En la selección argentina, la reconstrucción está en marcha

Más allá de los rivales, la gira que marcó el inicio del ciclo de Sampaoli rescató a la selección de la peligrosa displicencia en que estaba <br />inmersa. El DT bajó una idea y los jugadores mostraron compromiso.

Si con la llegada de Jorge Sampaoli se pretendió despejar la peligrosa abulia que se había instalado en la órbita de la selección, la gira que acaba de finalizar la Albiceleste tuvo entonces su significado.

La conceptualidad que pregona el flamante entrenador tuvo su banco de pruebas (algo que no tuvo su antecesor Edgardo Bauza), y a partir de allí se podrían enumerar un sinfín de beneficios antes de encarar los cruciales cuatro partidos que le restan a las Eliminatorias, camino a Rusia 2018.

El punto diferencial y emergente en medio de todo lo que puede significar una gira para el inicio de un ciclo con nuevo entrenador, es que los jugadores
–los nuevos y los de siempre– comprendieron la urgencia de la situación: la selección necesitaba un despertador. Alguien que los movilice y les haga entender que la clasificación al Mundial en verdad peligra y es por lo menos imprudente soslayar el tema.

Está claro que no alcanzó con la bravuconada del Patón Bauza, después de perder con Bolivia en La Paz, quien clamó a cuatro vientos que “se veía campeón del mundo” o que “Messi iba a levantar la copa en Moscú”.

En esta gira bautismal para Sampaoli y para varios de su primera lista, la selección jugó ante Brasil (1-0), uno de los mejores del mundo, y contra Singapur (6-0), de los más limitado del sudeste asiático. Le ganó a los dos y no es necesario aclarar que fueron partidos muy disímiles. Los aspectos en común fueron que en ambos amistosos el equipo estrechó el vínculo con las ideas del nuevo entrenador, quien como todos busca en sus dirigidos el convencimiento y la convicción.

Conceptos y algo más

Ante los brasileños se vieron los primeros signos de lo que pretende Sampaoli: presión alta cada vez que el rival tiene el balón, ataque permanente cuando se consigue la pelota y una movilidad sin pausas. Valió la intención y por momentos la Albiceleste lo consiguió. Pero Brasil juega, y vaya sí lo hace. Rompió en varias ocasiones el cerco de la presión y no logró el empate por esas cosas del fútbol.

Con Singapur, el análisis futbolístico es casi nulo. Cuando un rival es tan limitado en todos los sentidos, las virtudes propias se tergiversan. Sólo sirve evaluar aspectos que no tienen que ver con el juego en sí, sino con generalidades, también válidas, para reafirmar una idea. La recuperación, el protagonismo y la presión como aspectos basales del libreto Sampaoli y otros que tienen que ver más con la convivencia del grupo, el conocimiento entre los “históricos y los “nuevos” y todos los beneficios de la camaradería fuera de la cancha.

Fue importante también que cinco de los seis tantos marcados a Singapur ayer, fueran anotados por Federico Fazio, Joaquín Correa, Papu Gómez y Leandro Paredes. Todos del grupo de los “nuevos”, que se fueron con el dulce sabor de gritar un gol en la selección.

Está también en este grupo el zapalino Marcos Acuña, que si bien llegó al seleccionado de la mano del Patón Bauza, la nueva gestión también vio en el Huevo a ese jugador dinámico y vertical que lo hace diferente. Ante Singapur no fue su mejor versión, pero en ese mano a mano que se dio por el sector izquierdo con Nicolás Tagliafico (ingresó en el ST ante Brasil) en la gira, parece haber tomado cierta ventaja. Fue un aprobado para el neuquino, que seguramente será citado en futuras convocatorias.

Fue clave además que Ángel Di María haya sido la figura ante Singapur. Un histórico entre tantos novatos, cumpliendo una misión acorde a su veteranía con la camiseta nacional. Algo que con el correr de los partidos deberá asimilar Paulo Dybala. A sus innegables condiciones futbolísticas deberá anexarle rótulos más ligados al liderazgo dada su condición de heredero natural de Lionel Messi.

Claro está entonces que lo positivo de la gira no fue medir fuerzas con el débil Singapur, sino robustecer puertas adentro un nuevo grupo y adoptar una nueva identidad. O recuperarla.

Todo sea por el bien del fútbol argentino y que a Rusia no tengamos que verla por televisión.

“Se corrió para recuperar el balón, estuvimos todo el tiempo en campo rival… Las conclusiones se harán con tiempo”.

Sampaoli y el vaso medio lleno del encuentro ante Singapur.

Las razones

económicas

Datos

“Se corrió para recuperar el balón, estuvimos todo el tiempo en campo rival… Las conclusiones se harán con tiempo”.
1,4
millones de euros recibió la AFA por jugar ante Singapur. Uno de los motivos que justifican el amistoso.

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