Polos nacionales o provinciales

La agitación financiera cedió frente al avance de la ansiedad política. El Estado sigue cercado por la masa salarial pero el repunte de la coparticipación y la colocación de letras
–por ahora– bastan para cumplir. Vuelve otro punto de atención. El martes, Weretilneck estará en Casa Rosada, donde el presidente requerirá control de las provincias de sus plantas de personal.

Se aproxima un acuerdo con los docentes. Educación estruja a la Unter con descontar los paros, y le contrapone un aumento de salarios.

Propone bajas por las ausencias que –en abril– podrían llegar al 30% por cinco días y un alza del 18%, inicialmente del 10% con su retroactividad a marzo.

Mañana habrá otra propuesta en paritaria. La pauta del 18% no se sostiene. UPCN lo sabe y se alistó con su pedido. El número original ha quedado rezagado. Los judiciales cerrarán su mejora, que llegará al 21,5% en agosto. A esa altura, la Justicia sumará 27,5% en el año, con la suba del 6% de enero, acordada en diciembre pasado.

Esta etapa dejará paso al tiempo electoral. Esta semana, el gobernador volvió a explicar su ligazón con el gobierno nacional. La relación es “institucional”, insistió. Esa obviedad se explica cuando gobierno y partido no tienen fronteras. JSRN depende del caminar gubernamental.

La oposición desorbita el trato macrista del mandatario, siempre ligado a sus carencias de finanzas y obras.

Una sociedad electoral no tiene posibilidad mientras el gobernador piense en su relanzamiento y su proyección en el 2019. Cualquier crédito en octubre valdrá si Weretilneck no tiene socios. Por eso, desechó también la idea del vice Pedro Pesatti de un acuerdo con Magdalena Odarda. Y la senadora lo dinamitó con su formal pedido de juicio político al STJ.

La polarización nacional preocupa al oficialismo y al FpV. Weretilneck transmitió en marzo ese riesgo a su gabinete y su bloque. Advertía la estrategia de Macri y alertaba que JSRN podía ser dañado si las expectativas se concentraban en las listas de Cambiemos y el kirchnerismo. Entonces, trabaja en su desactivación.

Pesatti tiene su teoría. Los extremos –dice– corresponderán a quienes defenderán a la provincia y los alineados a Nación. JSRN lideraría el polo rionegrino. En ese caso, el oficialismo repasa la presente evaluación ciudadana del vínculo rionegrino con el gobierno central.

Los sondeos de Eco Consultores alertan de un ajustado equilibrio en la ponderación entre “subordinación” y “exigencia” a Nación.

Tampoco el presidente del PJ, Martín Soria, quiere la polarización nacional. Activa la “grieta” provincial y fustiga a la administración de JSRN. Hace su juego. Prefiere esa discusión que liderar el relato kirchnerista, una defensa que nunca sintió, aunque su hermana, la diputada María Emilia Soria, se alista en ese colectivo.

El oficialismo escoge el terreno de Soria, y lo confronta con la grieta de estilos. Uno y otro, con sus diferencias, realimentan los polos provinciales.

Cambiemos se organiza y aflora para contradecir ese escenario. Pro y UCR finalmente parecen dispuesto a converger. Solos no tenían futuro.

Ellos cabalgarán con la gestión de Macri, y dividirán entre presente y el pasado kirchnerista.

La dispersión electoral es un riesgo para los oficialismos. La votación de Catriel volvió a demostrarlo. Preveían un 50%, pero la lista promovida por el intendente Carlos Johnston cayó al 35% después que en el 2015 logró su reelección con casi el 73% en un mano a mano con el PJ.

En un mes, el 14 de mayo, votarán nueve intendencias (Jacobacci, Maquinchao, Los Menucos, Sierra Colorada, Darwin, Ñorquinco, Pomona, Godoy y Pilcaniyeu). JSRN se resguardó y participa en dos municipios (los dos primeros). Habrá, entonces, nuevas conclusiones.

La negociación salarial, en su cuenta regresiva. Los judiciales cerrarán un acuerdo del 21,5%, y así llegarán al 27,5% con el alza del 6% de enero.

El Pro y la UCR reeditan Cambiemos para cuestionar ese escenario. El oficialismo y el FpV reniegan de la polarización kirchnerismo- macrismo.