Primer viaje de Obama presidente a Kenia

Su abuela de 94 años lo saludará en el idioma local.

KOGELO, Kenia (AFP)- En el oeste de Kenia, más que en cualquier otra parte, la visita el próximo fin de semana del presidente estadounidense Barack Obama, la primera desde que ocupa la Casa Blanca, despierta entusiasmo y apetito por los negocios.

“Obama es una marca”, dice Hosea Owuor, vendedor de camisetas en el centro de Kisumu, tercera ciudad keniata situada al borde del lago Victoria. Para él, la llegada del presidente Obama a Kenia “es un negocio”.

Kisumu es la capital regional de la tierra de los antepasados de Obama. Su padre, Barack Obama Senior, creció en Kogelo, un pequeño pueblo situado a una hora de carretera, donde aún vive buena parte de la familia.

Barack Obama sólo ha visitado Kenia unas pocas veces, pero para la población local él es de aquí. Y llegue o no el presidente hasta el pueblo –su programa es aún en parte secreto–, Hoseo Owuor aprovechará la visita.

Normalmente, este treintañero vende ropa de segunda mano o gafas “made in China”. Para la ocasión, hizo un pedido de 400 camisetas con el retrato sonriente del presidente.

La trayectoria de Obama, de un pequeño pueblo africano hasta la Casa Blanca, es una fuente de inmenso orgullo para los keniatas.

Su padre creció en Kogelo antes de marcharse a estudiar a Estados Unidos, donde conoció y se casó con Ann Dunham, madre de Obama. La pareja no tardó en separarse y Barack Senior se convirtió en un padre ausente.

Fue cinco años después de su muerte, en un accidente de coche en Nairobi en 1982, cuando Barack Obama decidió venir a Kenia, en busca de sus raíces y al encuentro de los miembros de su familia.

Entre ellos, Said, su tío, rememora esta primera visita.

“Barack paseaba por el pueblo sin hacerse notar. En Nairobi, tomábamos los matatus (taxis colectivos) para ir a visitar lugares como los barrios pobres de Mathare, saltando por encima de las alcantarillas a cielo descubierto sin que nadie se percatara”.

La entrada en política del primo norteamericano supuso el fin del anonimato para toda la familia. “Kogelo sólo era un pueblo dormido, que nadie conocía”, continúa Said. “Su llegada al poder puso a Kogelo en el mapa”.

“Cuando llegó a presidente, tuvimos carreteras asfaltadas y agua potable”, agrega Manasé Oyucho, director de la escuela primaria.

Kogelo se conectó a la red eléctrica unas horas después de la victoria de Obama en 2008. Le siguieron la carretera asfaltada y el agua corriente.

La última visita en 2006 a Kenia de Obama, entonces un joven senador, despertó gran entusiasmo. Y su llegada este fin de semana será festejada con celebraciones patriotas para los keniatas que se permiten algunas licencias con su biografía.

Barack Obama es “un keniata, un luo, un kogelo”, exclamó Manasé Oyucho, como si el presidente hubiera nacido en el pueblo de 3.000 habitantes elevado sobre una verde meseta.

Hosea Owuor se muestra incluso seguro. Obama “nació en Siaya” –el condado que alberga Kogelo–, en las antípodas de Hawai, isla norteamericana que realmente vio nacer al presidente.

La familia de Obama ha insistido sobre todo en la simplicidad de sus lazos con el presidente.

“Él me llama tío y yo le llamo Barry”, ríe Said. “Esto no quiere decir que no le considere como un presidente”.

Sentada a la sombra de un mango, Sarah Obama, matriarca de la familia, de 94 años, espera que Barack se haya puesto con el luo, el idioma local. “Yo le saludaré y él me saludará en este idioma que aprecia”, dijo cerca de las cuidadas tumbas de su marido y de su hijastro –el padre de Obama– en la propiedad familiar de Kogelo.

“Me preguntará ‘Idhi nade, dani?’” (“¿Cómo estás abuela?”). “Yo le responderé ‘Adhi maber, nyakwara’” (“Estoy bien, mi querido nieto”).

A poco de dejar el cargo, hará una visita al país africano con su familia.


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