Jorge García no podrá acercarse a su expareja Ángela Garro

El juez Zabala rechazó el pedido de la defensa, que solicitaba eliminar la restricción de acercamiento a su expareja Ángela Garro.

El juez de Garantías Mauricio Zabala rechazó el pedido del defensor de Jorge García para que se elimine la restricción de acercamiento a su expareja Ángela Garro.

El juez se inclinó por los argumentos de la funcionaria de la fiscalía, Noelia Stillger, quien reveló que en el informe del gabinete psicológico del Poder Judicial, la mujer habría actuado bajo amenazas externas.

Stillger detalló que “se evidenció un cambio notable entre su primera denuncia y ahora que niega lo denunciado y según indicaron esos cambios no son debidos a una contradicción interna de ella sino a amenazas externas”.

El juez Zabala rechazó eliminar las restricciones de acercamiento que se mantendrán durante el resto del proceso judicial.

Desde principios de mes García está en libertad a pesar de continuar estando imputado de los delitos de privación ilegítima de la libertad y abuso sexual.

Ángela Garro sufrió violencia de género por parte de su esposo. Logró huir, gracias a que dos mujeres la protegieron. Jorge García, la mantenía en estricto cautiverio.


Neuquén :: Mirá el vídeo

Laura Loncopan Berti

lauraloncopan@rionegro.com.ar

NEUQUÉN (AN).- “¿Sabés cuánto tiempo estuve buscando un agujero para poder escaparme?”, dijo Ángela Garro, la mujer que corrió sin mirar para atrás el jueves 21 de enero cuando su pareja Jorge García trató de meterla por la fuerza en el camión y llevarla a la casa de Colonia Rural Nueva Esperanza.

Esa mañana el hombre, de 36 años, fue a una ferretería en Ciudad Industrial, junto a la joven, de 29, y la más pequeña de sus seis hijos. “Él me miraba del camión constantemente, presentía que me iba a ir. Dudé muchas veces. Las ganas de irme eran terribles. Lo que pasa es que siempre le tuve miedo. Al pasar los años fue volviéndose más agresivo”, afirmó Ángela.

García ejercía violencia de género contra ella de forma sistemática y hacía unos cinco meses que la tenía a su merced. Lo denunció, pero no logró respuestas efectivas del Estado.

Para tener una persona retenida no necesitás de una reja, con él al lado constantemente ya era suficiente. Se jactaba de ser el capitán del barco” – Ángela Garro, víctima de violencia.

En la ferretería, Ángela vio la oportunidad y la tomó. Ante un descuido de García, abrió la puerta del acompañante, agarró fuerte a su hija, y corrió. Vio una verdulería cerca y la utilizó como refugio. Le pidió ayuda al hombre que estaba en el local: “Llame a la policía porque mi marido me quiere matar”. Al ratito apareció García: el verdulero le había avisado. Solidaridad de machos, le dicen, los que se creen que son “el capitán del barco”.

Me agarró, me sacó a la rastra. Yo tenía a mi nena. Lo miraba al tipo y le decía ‘haga algo’. Lo único que me dijo fue: ‘Pero es tu marido’.

Ángela se resistió hasta que una señora vino en su auxilio. “Sororidad”, le dicen las feministas al reconocimiento mutuo y apoyo entre mujeres. “Gracias a ella yo me zafo de los brazos de él, porque él pierde fuerza. Entonces salgo corriendo a la ruta, me caigo. Sabía que tenía que irme. Cruzo la ruta, no venía ningún auto. Me meto al patio de una casa. Salto para otra casita. Me agarran los perros la pierna derecha. Le meto la mano en la boca para sacármelo. Antes que salte me abre la puerta Mónica”.

Señora, ayúdeme, me anda buscando mi marido para matarme.

Ángela entró y se escondió debajo de la cama, en la casa de Mónica.

Quedate tranquila, quedate ahí, no te va a pasar nada.

García tocó la puerta enseguida.¿No vio una mujer corriendo?”, le preguntó a Mónica. Y ella lo negó. “No me mandó al frente”, remarcó la joven. Otro acto de sororidad.

Cuando vino la policía y la llevaron al hospital Heller, Ángela recibió su primer control de embarazo. Espera su séptimo hijo. Está de 17 semanas. “Prefería morirme en el intento que vivir así”, dijo.

Ángela Garro, víctima de violencia de género

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Datos

Para tener una persona retenida no necesitás de una reja, con él al lado constantemente ya era suficiente. Se jactaba de ser el capitán del barco” – Ángela Garro, víctima de violencia.

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