Malos olores en la calle Buenos Aires

Los comerciantes de la céntrica Buenos Aires no tienen motivos para festejar, a pesar de la demorada finalización de la obra. Estuvieron casi un año y medio esperando que terminaran los trabajos que estaban previstos por sólo seis meses y los reclamos persisten.

En ese tiempo de obra la interrupción de la circulación vehicular y los problemas hasta para los peatones invisibilizaron vidrieras y disminuyeron notablemente las ventas. Algunos comercios hasta debieron cerrar sus puertas por temas de costos, sobre todo los más pequeños que debían afrontar importantes por alquiler. Y los reclamos no cesaron en distintas direcciones.

Finalizados los trabajos los comerciantes y vecinos particulares parecieron respirar tranquilos. Pero tampoco fue posible. Ahora los planteos son cada vez más frecuentes por los olores nauseabundos que genera un problema cloacal que afecta, sobre todo, la zona cercana a la intersección de Buenos Aires y Belgrano.

Allí existe un venteo cloacal que requiere de cambios de filtros pero que da la impresión no da abasto porque personal de Aguas Rionegrinas realiza ese trabajo pero el irresistible olor perdura, doblegando la resistencia de todo tipo de desodorante de ambiente, de piso y sahumerios de los más persistentes. “Así no pueden aguantar los comerciantes ni los clientes, afectando todo las ventas que ya vienen en baja con esta extensa obra”, sostuvo una de las comerciantes consultadas.

Otros destacaron que en esa intersección se levanta un exhotel donde en la actualidad funcionan las oficinas del ministerio de Desarrollo Social, sin descartar que los inconvenientes puedan estar vinculados a una descarga sobredimensionada. Lo cierto es que todos golpean las puertas de Aguas Rionegrinas y dedican a sus funcionarios los reclamos y algo más por la maloliente situación.