20 años de amor: Ancape Cahuel y un cumple distinto

La Organización Civil que trabaja con equinoterapia para personas con discapacidad llegó el 20 de julio a las dos décadas. Organizadores y practicantes atraviesan un momento particular.

A comienzos de la década del 2000, cuando el país y la ciudad atravesaban tiempos difíciles, nació Ancape Cahuel. La Organización Civil, que trabaja con equinoterapia para personas con discapacidad, es una referencia por su función social en la ciudad y en la región. Una historia de amor que mejora la calidad de vida, tanto de quienes la llevan a delante como de sus practicantes.

Festejo de cumpleaños de Natalia, una de las practicantes, antes de la pandemia.
Fotos: Juan José Thomes.

“Mi hija empezó a asistir desde el comienzo y experimentó cambios muy positivos. Me atrapó porque vi lo beneficioso que era la actividad para las personas con discapacidad”, explica Luis Arnaldo, presidente de la institución.

Los 20 años de Ancape representan un aprendizaje constante y evolución, tanto en términos de organización como de crecimiento institucional. “Fuimos creciendo y evolucionando, incorporamos relaciones con otros centros de similares características, de países limítrofes como Uruguay, Brasil y Chile. Sumamos actividades terapéuticas y recreativas”, agrega.
Durante la intendencia de Carlos Soria se gestionó el terreno propio, que con el aporte de la gente de General Roca y la región, el año pasado se emplazaron allí los consultorios de Ancape. Se iniciaron los trámites de habilitación de salud pero quedaron interrumpidos por la pandemia.

Luis, presidente.

‘‘Buscamos proporcionar herramientas a las personas con discapacidad para desenvolverse en la sociedad. Para nosotros es importante que lo hagan tanto en la institución como puertas afuera. Hay cosas de la vida cotidiana, tener amigos, mandarse mensajes, que para las personas con discapacidad suelen suponer una dificultad e intentamos trabajar sobre ello’’, cuenta María Pérez, directora de la Organización Civil.

María, directoria.

La pandemia de coronavirus presentó un escenario inédito para todos y Ancape lo afrontó a su forma. En la previa a la cuarentena, se trabajó con los practicantes para inculcar las medidas de prevención respecto al coronavirus. Además se articularon mecanismos de comunicación para estar en contacto.

“Durante este tiempo de pandemia ha sido un desafío pensar nuevas formas de contacto. Junto al equipo de profesionales, constituido por dos psicólogas y dos kinesiólogas, usamos medios virtuales y tecnológicos para acompañar a la familia y así sostener nuestras actividades”, asegura la directora.

Una vez más, la mano que pueda dar la gente de la ciudad y la zona será fundamental con vistas a afrontar una coyuntura para la que nadie estaba preparado. “La situación está compleja y pedimos a la sociedad que nos ayude nuevamente para poder mantener esta institución”, finaliza Arnaldo.
Por estos días, Ancape Cahuel llega a las dos décadas en tiempos de pandemia, pero los contextos difíciles no le son ajenos a la organización, que igual le busca la vuelta para seguir trabajando en pos de una sociedad mejor.

El testimonio de las practicantes

“Hola, yo soy Chabela. Me gusta ir a Ancape porque me gusta tomar mate, me gusta bailar, ir a caballo y me gusta festejar los cumpleaños. Tengo muchos amigos”.

“Soy Valeria, voy a Ancape con mis compañeros. Estar con ellos es un sueño. Me hace muy bien a la salud y hace mucho que voy, 20 años, ¡ feliz cumple Ancape!”.

En la simpleza está lo más profundo. Y lo que viven Chabela y Valeria, dos de las practicantes de Ancape, es de un valor incalculable para ellas y su familia.

La pandemia los separó físicamente y, más allá de estar en contacto, quienes forman parte de la organización desde los distintos lugares, lo sufren desde lo humano y lo terapéutico.
“Es aburrido porque hay que estar encerrado y eso a mí me pone los pelos de punta”, explica Chabela sobre los tiempos de cuarentena y aislamiento.

“Me siento mal por no ver a mis compañeros y aprender. Tenemos que cuidarnos todos los chicos y la gente mayor”, resalta Valeria.
Además de sus palabras, en ellas se refleja la importancia de una organización como esta. Sin dudas, fundamental para la inclusión.

El caballo como instrumento

En la previa al confinamiento, dos voluntarios acompañan a cada jinete. Uno se ocupa del practicante y otro del caballo. Foto: Juan Thomes.

Como lo evidencia su nombre, Ancape Cahuel hace referencia a la lengua Mapuche y su significado es “el cuerpo del caballo como instrumento para el cuerpo”.
Con el animal como centro de la actividad, el equipo multidisciplinario busca mejorar la vida de los practicantes en los planos psicoafectivo, social, biológico y funcional. La idea es que la posición del jinete sobre el caballo contribuya a la noción espacial, acústica y sinestésica.
Por fuera de la monta, también hay actividades complementarias como juegos y tareas que hacen a la interacción con otras personas. Los practicantes encuentran en Ancape un grupo de amigos y amigas, algo que para las personas con discapacidad no es sencillo.

Las dificultades para volver a la actividad

En contexto normal, fuera de la pandemia, el invierno perjudica las actividades de Ancape, porque los practicantes tienen patologías de base y se suspenden algunas jornadas.
En este sentido, y en medio de la pandemia, las personas que realizan la actividad son consideradas de riesgo. Además, no cuentan con los recursos necesarios para volver. Por caso, falleció uno de los caballos por un cólico renal y eso implica reducción de recursos.
“En los lugares en los que se habilitó el regreso de la equinoterapia se piden cosas que no tenemos y la situación económica es muy precaria. Se adeudan, en algunos casos, varios meses de sueldo, y las trabajadoras han pagado de su bolsillo algunos elementos para trabajar. Al no haber actividades las Obras Sociales no pagan las prestaciones. Hay un subsidio del Ministerio de Deportes, pero es lo único con lo que contamos». Para poder volver es necesario desinfectar todo el equipo cada vez que un jinete sube y eso ya es bastante costoso.
‘’No contamos con los recursos para cumplir con los protocolos. No tenemos fecha de regreso’’, agregan.


Temas

General Roca

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios