La falta de gasoductos marcará los límites del nuevo plan gas

El programa apuntará a compensar el declino y no buscará un salto productivo ante los límites del mercado y el transporte. Estiman que deberá compensar un mínimo de 12 millones de metros cúbicos para el próximo invierno. Nación prepara su lanzamiento para el jueves.

A diferencias de los anteriores planes de estímulo a la producción de gas natural que lanzó Argentina, el nuevo Plan Gas 4 o Esquema del Gas 20/24 que el gobierno nacional prepara para lanzar la semana que viene, será reducido y no apuntará a que haya un gran incremento en la producción por una serie de limitantes.

El flamante secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, precisó en diálogo con Energía On que “el objetivo del nuevo Esquema del Gas no será incrementar notablemente la producción de gas sino centralmente revertir el declino”.

Este declino es la caída que año a año se ve en la producción de los pozos que están funcionando y que tiene impactos disímiles entre el gas convencional y el no convencional. En el primer caso la caída en la producción es paulatina, a razón de un promedio del 9% anual, mientras que en las áreas no convencionales, como en Vaca Muerta, es mucho más marcada.

El objetivo de solo compensar esa caída en la producción se debe a un fuerte limitante que tiene el segmento del gas y que es la falta de nuevos gasoductos, en especial que conecten la zona de Vaca Muerta con los grandes centros de consumo y de industrialización del gas.

En ese sentido, Martínez explicó que “el estímulo estará atado a la inversión que frene el declino, pero ir más allá es un costo mayor que no tiene sentido porque no tenés cómo evacuar esa mayor producción”. Pues detalló que “si bien es un plan para todo el país, el fuerte va a estar en la Cuenca Neuquina en donde queda muy poca capacidad de transporte”.

En julio la producción de gas de la provincia de Neuquén llegó a los 70,67 millones de metros cúbicos por día, prácticamente 10 millones de metros cúbicos menos que lo que se había marcado en el mismo mes del 2019 cuando se estuvo muy cerca de tocar el máximo de la capacidad de los gasoductos Neuba I, II y Centro Oeste.

Esa capacidad máxima de transporte será en gran medida el límite del nuevo plan de estímulo aunque Martínez precisó que “también hay un menor consumo que es otra limitación”.

El gas nuevo

En el invierno que acaba de finalizar se evidenció una notable caída en la producción que llegó al 12,18% en julio y del 16% en agosto, en términos interanuales. Si bien parte de esa menor producción estuvo influenciada por la menor demanda y la caída en la producción de gas asociado al petróleo, desde la industria se advirtió que el nuevo Plan gas 4 tendría la difícil tarea de batallar en su primer invierno contra un declino que podría ser de hasta el 15%.

El plan tomaría como punto de referencia la producción que se alcanzó en mayo de este año en cada compañía, un mes en el que hubo una baja producción y el total de los yacimientos nacionales aportaron 124,46 millones de metros cúbicos por día.

En los gasoductos troncales de Neuquén queda poco espacio para sumar más producción. (Foto: Juan Thomes)

Siguiendo las proyecciones de declinación, esos valores indican que el plan buscará frenar una caída para el invierno del año que viene de al menos 12 millones de metros cúbicos diarios, un volumen nada menor dado que prácticamente equivale a toda la producción del principal bloque productor de gas del país, Fortín de Piedra.

Las firmas que participen de las subastas para ganar contratos de aprovisionamiento a 4 años se comprometerán a que su producción no descienda de ese umbral con el objetivo de evitar no sólo que el país deba importar una mayor cantidad de gas a un valor aún más caro que el del programa en ciernes, sino que además deba hacerse regresar el segundo buque regasificador.

El lanzamiento del nuevo plan gas sería realizado el jueves por el presidente Alberto Fernández en un acto en Vaca Muerta.

Ese objetivo tampoco es menor, dado que implica la constante incorporación de nuevos pozos, en especial en los desarrollos no convencionales.

La estrechez financiera del país también se conjuga con los alcances del nuevo plan de estímulo, dado que se corre contra no sólo la sábana corta de los fondos del Estado, sino además ante un efecto de arena en las manos por el impacto de la devaluación del peso en las tarifas del servicio que permanece congelado desde el año pasado y sin visos de actualizarse en el corto plazo.

El dato

1.300 a 1.400
millones de dólares era la estimación inicial del plan, que debió ser ajustado para adecuarse al contexto macroeconómico del país.

En este escenario macroeconómico, el plan para crear algún gasoducto que amplíe la capacidad de transporte de Vaca Muerta se plantea como inalcanzable y es por esto que desde el mismo gobierno se analizó una alternativa intermedia.

Esta consiste en la ampliación de la presión en las redes a través de lo que se conocen como loops, de forma que en los actuales gasoductos se puedan incorporar hasta 10 millones de metros cúbicos de gas extra por día.

Sin embargo, los primeros cálculos realizados por el gobierno determinaron que también se trata de una opción costosa, en el orden de los 600 millones de dólares, que vuelve a poner en dudas si podrá ser realizada en el corto plazo o si el incremento del enorme potencial del gas de Vaca Muerta, deberá espera a que la macroeconomía le juegue a favor.


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