Gaby Zampatti, la diseñadora de Plottier que conquista la alta costura con estilo propio

Con tules bordados, telas nobles y una dedicación absoluta al detalle, la diseñadora construye un estilo propio que crece desde el corazón del Valle.

Redacción

Por Martina Sehmsdorf martinas@rionegro.com.ar

A solo 15 kilómetros de la capital neuquina, en un rincón de Plottier donde la moda suele sentirse lejana, se alza la marca Gaby Zampatti Diseño. Allí, la joven diseñadora se abre camino con una propuesta que mezcla oficio, delicadeza y acompañamiento.

Así es la historia de Gaby Zampatti y su atelier que no deja de crecer


Gabriela Zampatti nació y creció en la localidad valletana. Su amor por el diseño se formó cuando salió del secundario. El camino comenzó con el asesoramiento de imagen y luego con corte y confección. “Me di cuenta de que quería diseñar y me inscribí en la escuela de diseño Roberto Piazza”, relata.

Se recibió en plena pandemia y comenzó a dedicarse a la alta costura en su tiempo libre. “Lo hacía como hobby”, cuenta. Fue recién en este 2025 cuando tomó la decisión que le cambió la rutina y la vida: dejar de verlo como una actividad secundaria para convertirlo en su trabajo.

“Venía tomando clientes y haciendo algunos trabajos, pero este año abrí un local”, expone la diseñadora. Su espacio en Plottier no solo funciona como atelier de alta costura, también es un pequeño estudio donde da clases de corte y confección de lunes a viernes. Alumnas, máquinas alineadas, telas desplegadas y un ambiente tranquilo acompañan un trabajo que avanza puntada a puntada.

Foto: Florencia Salto

Las citas para diseñar vestidos, trajes o prendas especiales se pactan aparte. “En esas charlas definimos el diseño, las telas, el presupuesto. También tomo las medidas. Es un trabajo muy artesanal y personalizado”, detalla la joven.

Zampatti no solo confecciona vestidos para eventos. Diseña trajes, blazers, conjuntos de dos y tres piezas y prendas a medida según la necesidad de cada clienta. Este último mes, admite, el furor fue total: “Tuve un montón de egresadas. Todas con propuestas diferentes, ni siquiera se repitieron colores”.

Foto: Florencia Salto

A la diseñadora le gusta trabajar con texturas que requieren paciencia. Ama los tules bordados y el proceso minucioso de recortar cada pieza para aplicarla a mano sobre la tela final. Una actividad que es la esencia de su marca. “El tul bordado es más artesanal. Hay que decidir dónde va cada aplique, es como un encastre. Me encanta ese proceso”, expresa.

Entre las telas más pedidas menciona el crepé marroquí y los tules bordados. Para vestidos, el raso tornasol es furor este año. Sus proveedores principales están en Cipolletti y, recientemente, amplió sus opciones viajando a Buenos Aires para conocer nuevas casas de telas y asegurar variedad y calidad.

“El tul bordado es más artesanal. Hay que decidir dónde va cada aplique, es como un encastre. Me encanta ese proceso”. Foto: Florencia Salto

Si hay algo que define su trabajo, es la relación que construye con sus clientas. La diseñadora lo cuenta como si hablara de un lazo íntimo: “Se genera una complicidad. Más en eventos tan importantes. Es muy lindo acompañarlas”.

Ese vínculo se intensifica con las novias. “El momento es distinto. No sé si por el vestido, sino por acompañar a la persona en algo único. Estar en la iglesia y ver cómo se luce… es emocionante”. La diseñadora confiesa que, cuando el proceso termina, le cuesta despedirse. “Me cuesta cortar el contacto. Me pasa con todas”.

Foto: Florencia Salto

Este año, sin embargo, hubo un grupo que la conquistó de una forma especial: las egresadas. “Traen propuestas más osadas, distintas. Fue un desafío porque ninguna quería repetir color ni estilo. Fue muy creativo”, comentó orgullosa.

En un rubro que suele centralizarse en las capitales, Gaby eligió quedarse en su ciudad. “Me encanta estar en Plottier. Es distinto el público, no me mudaría”. A la diseñadora la mueve construir su clientela, confiar en el boca a boca y apostar a la identidad local.

Cuando se le pregunta qué siente al diseñar, Gaby no duda: habla del acompañamiento, del proceso compartido, de ver materializada una idea que alguna vez fue apenas un boceto. “Es muy lindo y muy placentero. Me emociona mucho. Genero vínculo con todas las clientas”.

Gaby Zampatti no solo diseña vestidos: teje historias y construye vínculos. Y lo hace desde Plottier, su ciudad, donde entendió que la alta costura también puede nacer en un taller pequeño y de la mano de un oficio que se construye paso a paso.


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A solo 15 kilómetros de la capital neuquina, en un rincón de Plottier donde la moda suele sentirse lejana, se alza la marca Gaby Zampatti Diseño. Allí, la joven diseñadora se abre camino con una propuesta que mezcla oficio, delicadeza y acompañamiento.

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