Marina Silva, la postulante inesperada

BRASILIA.- Antes de ser candidata a la presidencia, Marina Silva fue ministra, diputada y también sindicalista. Pero, mucho antes, era una niña con malaria, negra y pobre de Brasil que recolectó caucho en la Amazonia, limpió casas y soñaba con ser monja. María Osmarina Silva Vaz de Lima creció en el Seringal Bagaço, en el estado de Acre, en la Amazonia. Ahora, a sus 56 años, esta mujer menuda lucha por arrebatarle la presidencia a la exguerrillera Dilma Rousseff (PT), con quien compartió militancia en el pasado. Asumió la candidatura de manera totalmente inesperada, tras la muerte de su compañero de fórmula, Eduardo Campos, en un accidente aéreo en agosto. Y en pocos días explotó en los sondeos, aunque luego ha perdido puntos y hoy lucha por pasar a la segunda vuelta. Si gana, podría ser la primera presidenta negra de Brasil, país en donde un 51% de la población es negra o mulata. Silva militó en el PT, fue la senadora más joven de Brasil con 36 años y, en 2003, el recién asumido presidente Luiz Inácio Lula da Silva la designó como ministra de Medio Ambiente. Dejó el partido en 2009 por problemas de “ideales y principios”, y fue candidata a la presidencia con el minúsculo Partido Verde en las elecciones de 2010. Para sorpresa general, cosechó casi 20% de los votos, colocándose como la tercera candidata más votada. (AFP)


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