Acribillaron a un lavacoches en Neuquén

Un lavacoches neuquino fue acribillado ayer a balazos y uno de sus agresores, un menor, fue detenido. El crimen habría sido planificado, ya que una mujer los esperaba a pocas cuadras para esconder las armas en su mochila. El otro integrante de la banda permanece prófugo. El violento episodio fue a la luz del día, a metros de un playón donde se festejaba el Día del Niño.

NEUQUEN (AN) – Un lavacoches fue alevosamente acribillado a balazos en la tarde de ayer, en la puerta de su casa en el barrio Progreso. Uno de los agresores, menor de edad, fue detenido minutos después junto a una mujer que les prestó apoyo por lo que se supone fue un crimen cuidosamente planificado. Su acompañante, mayor de edad y a quien en principio se le atribuiría la mayor cuota de responsabilidad en el hecho, permanecía anoche prófugo pero ya estaba identificado y era intensamente buscado en barrios vecinos. El violento episodio fue observado circunstancialmente por un efectivo de civil, quien incluso intervino en la intersección de los sospechosos.

La víctima fue identificada como Pablo Andrés Ulloa, tenía 21 años y se desempeñaba como lavacoches en la primera cuadra de la céntrica calle Juan B. Justo, plena zona bancaria de la ciudad. Tras recibir varios disparos -una versión habló de cuatro- fue llevado en taxi al hospital Heller. No estaba armado, según las fuentes, y las armas disparadas serían dos pistolas tipo Bersa, calibre 22, que fueron secuestradas.

Los investigadores presumen que el homicidio fue planificado, pero se desconocen los motivos. El presunto autor prófugo registra antecedentes por hechos policiales y se descontaba que sería detenido.

Los agresores llegaron a la casa de Ulloa, quien se encontraba en la vereda junto a otras personas, y «sin mediar muchas palabras», según una fuente, le dispararon a quemarropa.

«Hubo por lo menos entre siete y ocho disparos», dijo un investigador policial, por lo que se presume que las dos armas secuestrados habrían sido accionadas.

La mujer, de apellido Gatica, de 32 años -y el menor- fue aprehendida en el vecino barrio Villa Ceferino y registra antecedentes por varios hechos delictivos menores, entre los que se encuentran hurtos y robos.

Si bien en principio se habló de un probable tiroteo, fue desvirtuado por la Policía y se confirmó que se trató de un ataque directo. Ulloa no habría tenido oportunidad de defenderse, ante la sucesión de disparos.

El escenario fue la esquina de Avenida del Trabajador casi Collon Cura, un sector comercial estratégico del sector, que regularmente registra una activa circulación de personas y automóviles.

En el momento de llevarse a cabo el crimen, en un playón que está a pocos metros, un gran cantidad de chicos participaba de los festejos por el día del niño. «Los autores cruzaron por ese lugar, sin correr, pero apresuradamente. En las cercanías los esperaba la mujer, quien les abrió su mochila para que escondieran las armas. Todo ese desarrollo fue observado por el efectivo de civil», dijeron las fuentes.

La investigación es encabezada por la fiscal de homicidios, Sandra González Taboada, y de Menores, María Finocchietti, y conducida por el comisario jefe de la comisaría Tercera, Daniel Vergéz, y el subjefe, subcomisario Daniel Poblet.

En el hecho intervino en primer momento un patrulla de efectivos de la Policía Metropolitana, que fue quien participó de la detención de uno de los sospechosos.

Se informó que los menores detenidos serían tres, pero que sólo uno de ellos estaría sospechado de haber participado de la agresión.

Los peritos trabajaron en el escenario del crimen más de una hora, relevando detalles que contribuyan su esclarecimiento. Entre los elementos recogidos de contaron varios vainas servidas. En la pared de la vivienda se observaron cinco impactos de bala, aunque no todos se corresponderían con el hecho de ayer.

El silencio dominó la escena

NEUQUEN (AN) – La esquina escenario del crimen del lavacoches es un clásico lugar de encuentros de jóvenes, que se juntan a beber alcohol, particularmente durante las noches. Ayer el vecindario estaba conmovido por el alevoso ataque a tiros, fundamentalmente por la hora en que se registró: a plena luz y hasta con los festejos del día del niño, a muy pocos metros. Hubo numerosos testigos, pero lo que dominó el ambiente cuando los periodistas llegaron al lugar, fue el silencio.

El barrio donde ocurrió el hecho fue hasta hace algunos años escenario de hechos violentos, pero el avance del sector comercial y la urbanización parecieron aplacar esa característica.

Sin embargo, la esquina de la rotonda de Gregorio Alvarez -así se la conoce porque está a la entrada de ese barrio,-, siguió siendo el lugar de encuentros de jóvenes, y no tanto.

Las pintadas en los paredones, con letras en negra y aludiendo a «bandas» y preferencias futboleras, acentúan la vigencia de un sesgo de violencia que el progreso no alcanza a frenar del todo.

Los agresores del lavacoches, según las fuentes de la investigación, no serían del sector, pero sí cercano. No se tenían hasta anoche elementos para definir hipótesis sobre los móviles del crimen, pero sorprendió la alevosía y el escaso o nulo interés de ocultarlo.


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