Advierten que el plan de ajuste podría tener impacto en la actividad

Diversos economistas anticiparon a Río Negro que el plan contemplado en la Ley de Emergencia Económica es un fuerte ajuste fiscal, que tendría un importante efecto inflacionario y que hacia delante despierta expectativa, pero también una gran dosis de incertidumbre acerca de si podrá generar condiciones de recuperación económica sustanciales, ya que el peso del ajuste recae sobre la clase media con capacidad de consumo y sobre la actividad primaria.

En concreto, lo que se orienta la ley de Emergencia Económica que recién fue sancionada por el Congreso es asegurar la situación fiscal del país para mostrar vocación de pago a los organismos y los acreedores externos, pero implica también aumentar fuertemente la presión impositiva sobre los sectores de la población que más consumo genera, lo cual abre grandes incógnitas en cuanto a las posibilidades y la velocidad de la recuperación.

Tanto economistas como dirigentes empresarios observan, por el momento, con cierta desconfianza, los pro y los contras del programa anunciado por el ministro de Economía Martín Guzmán, y la apuesta que ha hecho el presidente Alberto Fernández al respecto.

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Pedro Cascales, secretario de CAME, considero que “el plan de ajuste es doloroso, sin dudas, pero muchas alternativas tampoco se tenían”. “No hay mucho margen de maniobra. La otra alternativa es emitir dinero y recortar gasto. Ahora, recortar el gasto público en la magnitud de lo que se está hablando es casi inviable”, expresó Cascales.

“Por decreto el gobierno ahora va a poder subir sueldos y jubilaciones. Ahora, esto en otra gestión era absolutamente inviable. Hay que tener en cuenta que seis de cada diez pesos que gasta el Estado son jubilados y pensionados”, resaltó.

El dirigente estimó que lo que se busca es desindexar la economía, para tender a bajar el nivel de aumento de precios. “Con relación a las pymes -afirmó- hay algunas medidas que son muy importantes. La primera es que se saca punitorios y resarcitorios. Eso descomprime casi un 50 por ciento que tenían las pymes. Segundo punto a favor de las pymes es que se agregan más deducciones de los aportes, y se congelaron las tarifas 180 días, que era otra mochila enorme que tenía las pymes”, comentó.

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No obstante, el dirigente empresario observa algunos puntos preocupantes como la doble indemnización y el incremento de algunos impuestos que va a incidir sobre los sectores que en este momento mueven más el consumo del país.

Por su parte, Nicolas Alonzo, economista de la consultora Orlando Ferreres, recalcó que el programa se basa “en una fuerte suba de impuestos, calculando entre 1,6 y 2,0 por ciento del PBI, lo cual es bastante significativo”.

“Parte de ese ajuste se está haciendo con un impuestos muy raros como por ejemplo el 30 por ciento imposición para la compra de dólares para atesoramiento y en bienes personales. Hay muchas definiciones con relación a los ingresos y sabemos muy poco por el lado del gasto público”, explico Alonzo.

El economista dijo que “ todo parece indicar que va a primar cierta prudencia en materia del gasto, y por eso los bonos reaccionaron positivamente, pero todavía hay incertidumbre y el tema es que va a pasar con el componente más importante del gasto que es el haber jubilatorio”.

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“Creo que la fórmula de aumento de las jubilaciones es la variable de ajuste que va a utilizar el gobierno y que va a ir moviendo con cierta discrecionalidad, dependiendo de cuanto financiamiento se puede hacer y determinar el resultado fiscal del 2020”, enfatizó el especialista.

En ese sentido, apunto que por ahora lo que se sabe es que “esto es un impuestazo, “en donde se le pega a los sectores más productivos del país, como ser el campo, u otro impuestos innovadores pero malos, como por ejemplo, el tema de los autos”.

“Las posibilidades de recuperar la economía en forma rápida está muy lejos. Uno lo que puede pensar es que va haber una reasignación de recursos y en ese sentido se le estaría sacando ingresos a gente que tiene cierta capacidad de ahorro y después, por medio del Presupuesto, se lo vuelca a gente que después puede canalizarlo al consumo y de esa manera se podría lograr cierta reactivación”, agrego Alonzo.

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La economista Marina Dal Poggetto, exsubsecretaria de Política Economía, remarco que “muchas de las cosas que están incluidas en el proyecto a mi juicio tienen razonabilidad”.

“La dirección es correcta. Después podemos discutir la magnitud. Estoy convencida que no hay forma de intentar frenar la inercia inflacionaria sino se cambia la indexación contractual que tiene la economía argentina”, expreso Dal Poggetto.

Así, resaltó que “hay dos precios que son esenciales, uno es el previsional y otro el tema tarifario. Después se puede discutir que se debe hacer en cada uno”.

“Yo creo que si se va a un esquema de desindexación en el marco de un acuerdo político en el cual todavía no conocemos los contenidos. Sabemos que la inercia inflacionaria se ubicó en los últimos meses en la zona del 4 por ciento por mes, con tarifas ancladas desde agosto, uno no puede congelar ningún precio. Si uno quiere pasar la inercia de 55 interanual al 35 o 40 por ciento, ningún precio se puede congelar”, puntualizo.

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Para ello -opinó- lo que se puede hacer es de intentar en acuerdo político de salarios y jubilaciones, algo por arriba, “pero abusar del ancla cambiaria-tarifaria sin dudas que es peligroso y puede terminar mal”.

“De todas formas, conceptualmente, las retenciones, el impuesto al turismo, yo estoy de acuerdo, pero reitero, lo que sí podemos discutir es la magnitud de esa implementación”, concluyó Dal Poggetto.

Por último, Luciano Cohan, exsubsecretario de Programación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda, en declaraciones a un medio periodístico, recalco en las contradicciones del modelo que busca implementar el nuevo gobierno. “No se puede sustituir importaciones y fomentar las exportaciones a la vez”.