Buscar aliados dentro y fuera


La búsqueda de recursos que garanticen la gobernabilidad en la provincia se le está haciendo cuesta arriba a Omar Gutiérrez. Sin representantes del MPN en el Senado y con solo uno en diputados, el gobernador deberá repensar las estrategias para llegar a Nación.


Si se pudiera dibujar una línea de fiebre en un gráfico de Excel se visualizaría que los capitales de legitimidad que obtuvieron el gobernador Omar Gutiérrez y el intendente Mariano Gaido registraron un punto máximo. Fue el 10 de diciembre, de ese objetivo el primero comenzó una cuenta regresiva y el segundo es una incógnita.

Uno de los capítulos del manual del buen emepenista trata las estrategias de los representantes en el Congreso de la Nación en la obtención de atención política, social o financiera hacia la provincia. Ahora se deberá hacer una adenda para ver qué se hace cuando no hay ninguno en el Senado (al menos que puedan llamar por teléfono al gobernador y éste los atienda, porque las dos senadoras son del MPN pero llegaron a la banca por otro partido) y solo quedó una de las cinco bancas de Diputados.

La búsqueda de mayores recursos que garanticen gobernabilidad, a Gutiérrez se le hace cuesta arriba. “Eso lo tiene que hablar con (Guillermo) Nielsen”, dicen que le dijo Alberto Fernández al gobernador cuando lo fue a ver antes de asumir. Fue cuando no se sabía el lugar que ocuparía el ahora presidente de YPF. Para saciar su ansiedad, se reunió con el ministro de Producción, Matías Kulfas, y ofició de vocero ante empresarios que participaron en el encuentro por el Día del Petróleo que se hizo tres días después de la asunción del nuevo gobierno.

El campo interno no presenta un lecho de rosas para encontrar aliados y mucho menos para salir en una ambulancia a buscar heridos.

Los kirchneristas hard hacen fila para hacer relucir la buena relación del actual gobernador con el presidente Mauricio Macri mientras que los k soft tienen una mirada más benevolente sobre la capacidad de negociación que siempre tuvo el MPN frente a los gobiernos nacionales.

El historiador Gabriel Rafart habla de que, en las mesas de acuerdos de facciones políticas no siempre sobresale la cooperación sobre la disputa. Especula sobre las dificultades que tendrá el titular del Ejecutivo para encontrar aliados fuera del MPN, en un escenario electoral dividido, y con un flanco interno hostil. Hay un desafiante anuncio del exvicegobernador de mostrarse como un elegible en cuatro años más.

El MPN que responde en forma dura hacia Gutiérrez (no es todo el sector Azul que orienta Jorge Sapag) comenzó a sembrar la semilla del número 2023 al lado del nombre de Pablo Gutiérrez Colantuono, hermano de Omar, y confirmado titular del Copade. Ergo, el campo interno no presenta un lecho de rosas para encontrar aliados y mucho menos para salir en una ambulancia a buscar heridos.

La incógnita del intendente de Neuquén seguirá como tal un buen tiempo porque aún está en período de garantía de estreno del cargo.

La búsqueda de aliados le fue relativamente fácil a Gaido porque ya tenía la góndola de colectoras donde llenó el carrito de su gabinete. Para completar la faena y, como lo dice el manual del buen emepenista, ofreció botiquines a opositores que quedaron desamparados tras la muerte de Horacio Quiroga. El diputado mandato cumplido Juan Monteiro asumió como representante municipal en la corporación que administra las tierras aledañas a los ríos y su nominación fue festejada por la facción ultraquiroguista de lo que supo ser Cambiemos.

De esta forma quedó encapsulado el sector político “formal” que compitió en las elecciones como una continuidad de Quiroga, incluso con un temprano divorcio del pequeño partido que incorporó y que, en su momento, originó el quiebre de los aliados.

En suma, Gaido muestra gestión e inclusión y Gutiérrez, por ahora, debe superar ansiedades y valerse de métodos de negociación que no muestran estrategias públicas. Hace dos años dijo que el pacto fiscal era la mejor forma de atraer inversiones para 20 años más y el viernes por la noche lo hacía derogar en la Legislatura, esta vez con el apoyo del Todos. Hace dos años lo hizo con el aporte de Cambiemos.

Ante una oposición de cabotaje atomizada, el método de divide y reinarás está más vigente de nunca con la mirada a 4 años.


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