«Ahora cómete la vida»

La Fura Dels Baus estrenó en el Pabellón Ocre de La Rural su nuevo espectáculo "Obit". Sus integrantes lo definen como "una propuesta muy vital aunque aborde el tema de la muerte". ASA

Buenos Aires (Télam).- El grupo teatral catalán La Fura Dels Baus estrenó ayer en el Pabellón Ocre de La Rural su nuevo espectáculo «Obit» al que Pera Tantiña, uno de los directores y fundadores del conjunto, definió como «una propuesta muy vital aunque aborde el tema de la muerte».

Conocidos por el público argentino desde 1984, los «fureros» sorprendieron por la transgresión de los códigos tradicionales como la ruptura del espacio escénico invadiendo el ámbito del espectador con cierta violencia, poniendo en peligro el rol pasivo del público. Sin embargo, en esta oportunidad, los seguidores incondicionales de La Fura serán los primeros sorprendidos porque, según Tantiña, «Obit» no es una obra de teatro, ni siquiera un espectáculo, es una acción colectiva.

«Desde el '84 la Fura era conocida por bajar la acción del escenario al público -señaló Tantiña-, ahora intentamos que sea el público el que haga, el que sienta sin pasar por el filtro del actor». La participación del espectador podría definirse como una invitación a jugar, sin que ello implique la violencia que caracterizaba a los espectáculos anteriores del grupo. «Les damos una serie del roles y le proponemos que asuman sus sensaciones. Lo que podemos afirmar es que el espectáculo es 'radical': o gusta y participas del juego, o reniegas de manera absoluta. No hay opciones», enfatizó.

Después de 25 años de éxito en todo el mundo y del crecimiento de teatristas que tomaron sus códigos, los «fureros» se han planteado cómo renovar ese particular vínculo que establecieron con la gente desde sus primeras apariciones. «La renovación está en que ya no es el actor fura, sino tú como persona y como personaje que te encuentres en una situación y, sobre todo, ver cómo reaccionas ante ella. Porque la clave está en que 'Obit' habla de la muerte», destacó. «Es un espectáculo vitalista 100 por ciento -agregó-. Lo que nos preguntamos es ¿hay vida antes de la muerte?».

Lo cierto es que al pensar en el tema nos imaginamos los cirios y mujeres llorando, pero Tantiña considera que hay dos formas de tomar la vida. «Una forma -explicó- es pensar que tenemos una vida y que cuando llega la muerte se termina todo, entonces uno pasa la vida temiendo morir. Otra posibilidad es entender que toda la vida está plagada de muerte, de pequeñas pérdidas. Es así que la muerte, en definitiva, no es más que una pérdida más. Lo que pasa es que al público le molesta que lo pongan en esa situación». «No es un espectáculo bonito y aquel que venga sólo a ver se va a aburrir solemnemente -subrayó enfáticamente-, porque no hay nada para ver, sólo hay gente haciendo cosas». En cierta medida la diversidad de propuestas está garantizada e la Fura porque está integrada por seis directores que tienen toda la libertad para decidir sus puestas. Como prueba basta señalar que en el mes de setiembre se va a estrenar una versión muy particular de «La metamorfosis» de Kafka dirigida por el argentino Javier Daulte, en un escenario a la italiana.

El espacio escénico en «Obit» se define como un cuadrilátero de juegos. Se van creando en ese ámbito tres ambientes diferentes para tres propuestas distintas. En el primer juego se establece la lucha entre dos equipos iguales, «porque la humanidad es la misma pero siempre nos peleamos entre iguales», acotó Tantiña. Hay una pared y el público que participa dirigido por nosotros es el que empuja para ver qué equipo vence. En este caso se trata de un juego físico y de lucha. La segunda situación es un laberinto donde la gente se pierde y «los participantes suelen enojarse porque las dejamos libradas a sus fuerzas, sin saber dónde ésta», comentó.

«El tercero es el juego vitalista», definió Tantiña. Es un juego rítmico del que participan 800 o 900 personas con diferentes instrumentos muy simples para que sientan que uno forma parte de un todo y que todos juntos somos capaces de hacer algo en concreto. «El tránsito por 'Obit' pasa por todas las pérdidas que tenemos en la vida. Por ejemplo: encontramos una pareja y todo parece maravilloso, pero cuando por alguna razón esa pareja se pierde, entramos en el caos total donde no sabemos dónde estamos parados, pero si se logra salir de la depresión, descubrimos que hay miles de personas en contacto con las cuales nos volvemos a llenar de vida», resumió. Finalmente señaló: «a pesar de hablar de la muerte es un espectáculo vitalista que termina diciendo 'Ahora cómete la vida'».

Leonor Soria


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