Algunas mejoras en la educación argentina

Rodrigo Miguel*

La suerte de un país no depende del tamaño de su territorio, ni de los recursos naturales, ni del clima. El destino de un país está marcado por la educación de su gente, por su capital humano. Con gente capacitada seremos un país rico, desarrollado y, por sobre todo, justo.

Siguiendo esta idea, el gobierno de Mauricio Macri apostó al desarrollo de la educación incorporando jornadas de capacitación docente en distintas materias, la implementación de planes destinados a la mejora específica de la enseñanza, como el nuevo Plan Nacional Aprender Matemática y el Plan Faro, entre otros.

Afortunadamente, los resultados de las evaluaciones censales Aprender 2018, un dispositivo del gobierno nacional que evalúa los aprendizajes de los estudiantes y sistematiza la información acerca de algunas condiciones en las que ellos se desarrollan, fueron positivos.

Estas pruebas buscan obtener y generar información oportuna y de calidad para conocer mejor los logros alcanzados y los desafíos pendientes en torno a los aprendizajes de los estudiantes, para contribuir así a procesos de mejora continua.

En su edición 2018, las pruebas fueron realizadas por el 79% de los chicos de sexto grado de todo el país, es decir que participaron 19.600 colegios y 574.000 alumnos.

Los resultados son muy auspiciosos y demuestran un cambio positivo en la educación, pero al mismo tiempo nos exigen mayor compromiso para asegurar el derecho a una educación de calidad para todos los argentinos. Se observaron grandes mejoras y progresos en prácticas del lenguaje especialmente en todas las provincias, pero, como contracara, aún persisten dificultades en matemática donde no se registraron avances de fondo.

En el último Operativo Aprender se observaron mejoras y progresos en prácticas del lenguaje, pero aún persisten dificultades en matemáticas donde no hay avances de fondo.

No es casualidad que el progreso se haya dado en prácticas de lenguaje, ya que fue en esa materia donde se puso el foco en primer lugar. Más de 920.000 docentes participaron en jornadas orientadas a la enseñanza de la lengua ya que cuando se mejora en esa materia inmediatamente se crece en otros saberes. Como enfatizó oportunamente el ministro de educación Alejandro Finocchiaro: “Un alumno no puede resolver un problema matemático si no entiende el enunciado”.

En contraposición, el estancamiento que se observa en matemática se espera poder revertir gracias a la implementación del nuevo modelo de enseñanza en esa materia que anunciaron a fines del año pasado: el Plan Nacional Aprender Matemática.

Este nuevo modelo de enseñanza propone cambiar la estrategia tradicional utilizada por los docentes a la hora de enseñar matemática para promover mejoras en el aprendizaje y construir conocimiento matemático.

El eje fundamental del plan es la formación docente para implementar estrategias metodológicas que les permitan trabajar de otra manera con los alumnos, permitiendo de este modo abordar la enseñanza de los temas relacionándolos con las necesidades de los estudiantes, planteando problemas y procesos de experimentación, construyendo soluciones en conjunto y relacionándolos con la vida real.

Las pruebas Aprender 2018 no solo nos permiten ver el avance en la educación y donde debemos prestar más atención, sino que además nos ayuda a considerar las diferencias a nivel socioeconómico, que no deberían existir entre las escuelas públicas y privadas.

Sus resultados nos siguen mostrando que las escuelas de gestión privada continúan teniendo un mejor desempeño que las escuelas de gestión pública. Esta es una diferencia que no podemos permitirnos como sociedad y poco a poco debemos eliminar. La educación es el principal factor en la creación de igualdad de oportunidades, generando un sistema por medio del cual se logra la justicia distributiva.

Mejorando la educación como se está haciendo generamos riqueza y una mejor calidad de vida de las personas. Nosotros como personas somos quienes hacemos la diferencia, quienes decidimos el futuro de un país haciéndolo rico, desarrollado y justo socialmente. Todos debemos empezar desde el mismo lugar y en condiciones similares de educación y no permitir que el nivel socioeconómico de nuestros padres marque nuestro futuro.

La educación pareciera haber tomado el sendero correcto, y las pruebas Aprender demuestran que así es.

Todavía queda un largo camino por recorrer, pero es importante entender que no hay mejor inversión que la educación, que el saber, el conocimiento y por ende el capital humano es la verdadera fuente del desarrollo y riqueza de los países, siendo además un igualador social por excelencia.

*Abogado especialista en educación y autor de “El Poder de la Educación”


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