Ambivalentes estados de ánimo


El gobierno bajó su ansiedad. Se consolidó con inicio de las clases, favorecido con el acuerdo de Unter. Subas salariales que también empujan los sueldos de funcionarios.


El gobierno de Carreras -que mañana cumplirá tres meses- ingresó en otra fase, empujado por el logrado inicio escolar y por su mensaje parlamentario.

Su discurso compiló políticas y narró un trabajo integral, aún carente de concreción. Por ejemplo: ni mencionó la situación financiera, que últimamente organiza a los Estados. Esa vivencia en el 2020 está en los 11.000 millones que se deben abonar por la deuda. El contexto es arriesgado, pues media docena de provincias dieron señales confusas frente a sus vencimientos y el mercado se estrechó más. Eso complica la búsqueda y encarece los pesos que la administración rionegrina prevé para las fuertes exigencias de abril. Hay otras posibilidades.

La mandataria sí logró acuerdos gremiales por los salarios del primer trimestre, salvo con UPCN que extravió toda expectativa y su titular, Juan Carlos Scalesi, incorporó finalmente en sus críticas a la gobernadora. Creía que ella era su reaseguro.

En cambio, el gobierno sella la relación con Unter y, para eso, le concedió una suba porcentual cuando sostuvo la suma fija de 4.000 pesos en el resto. El acuerdo fue un logro político y también salarial para las autoridades, recordando su anclaje a las remuneraciones docentes.


Sin paz, el PJ abrió su proceso partidario. Soria y Doñate, alejados. Aquel arengó la expulsión de Pichetto y el hoy senador pedía moderación para ir por los pichettistas.


El decreto Nº 1841 de diciembre ligó los haberes de funcionarios al del director de secundaria, que crecerá 11% con la mejora trimestral, y se ubica arriba en el ranking de alzas del período. En montos -con un haber en marzo de ministro de más de 200.000 y la gobernadora en 230.000- siguen todavía lejos del rango de los otros Poderes y los órganos de control. El STJ tendrá un 6,1%, pero colocará a todos sus vocales en el medio millón y los 4.000 pesos en la Legislatura significan menos del 2% en los legisladores, ya entre 230.000 y 260.000 pesos.

El oficialismo bajó su ansiedad y Juntos exhibirá ese estado cuando se reúna el sábado en Roca. Ayuda que equilibró la relación de Carreras y Alberto Weretilneck, tras un inicio de trato opaco. En la pública censura del senador a la secretaria de Género, Mercedes Pietranera -que cuestionó lo hecho por la gestión anterior- estuvo el acomodo, pues la mandataria advirtió el malestar y desautorizó a su elegida funcionaria, con apuro y exageración.

Hay sinsabores en el oficialismo, pero no provienen de la mayor oposición. El PJ no tiene paz. En la previa legislativa, el bloque del FdT se reunió y exhibió diferencias. Fue, en realidad, exteriorizar contenidos disgustos por los dichos de soristas -como José Berros y Pablo Barreno- que ventilaron las causas de Techo Digno, dejando expuestos a pares, exintendentes investigados. Los mayores reproches partieron de Alejandra Mas y Daniel Belloso. Marcelo Mango corrió culpas y especuló con que la Justicia sigue líneas del oficialismo. Existen superiores discrepancias, como deben interrelacionarse con la administración provincial.

Para colmo, el PJ llamó ayer a elecciones para el 5 de abril. Una renovación partidaria con actualizados litigios entre su presidente, Martín Soria, y el senador Martín Doñate, el referente elegido por el gobierno nacional.

La precaria conexión entre ellos se evidenció en el Consejo del PJ de Ferro cuando Soria arengó la expulsión de Miguel Pichetto, cuya alta exposición era objetada por Doñate. Luego, el senador le cuestionó que no cumplió. “Había que echarlo”, contestó el roquense. “Sí, no así”, le dijo el senador. Ayer no estuvo en la reunión de Roca.

Allí, Soria habló de renovación partidaria y se entendió que no iría por otro mandato, pero retendrá el mando del Congreso. Doñate se aparta, pregona un nombre consensuado y piensa en una presidenta: la conesina Mas.

Una diferencia esencial. El roquense reivindica un partido con ocupación opositora y Doñate prefiere focalizarse en su armado. Eso explica además su malestar por fustigar a Pichetto, pues aleja más a sus seguidores.

Con el nuevo proceso, la dirigencia peronista tiene otra ocasión para asimilar -finalmente- que las diferencias no deben convertirse en guerras necias.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios