¿Apple perdió su magia sin Jobs?

Hoy se cumplen diez años de la muerte del innovador Steve Jobs y aunque la empresa sigue siendo una de las más rentables del planeta muchos se preguntan si no se ha convertido en una maquinaria de dinero sin el “aura” que la caracterizaba.

Redacción

Por Redacción

Cuentan que las publicidades de Nike fueron la inspiración de Steve Jobs, el alma de Apple. Que en esos comerciales, que vendían zapatillas sin hablar de zapatillas, estuvo el germen de una marca que, más que vender celulares, vendía, y vende aún, un concepto y una aspiración. Pero ahora, a diez años después de la muerte de Jobs, esa magia sigue vigente?


Apple se convirtió en un amplio sistema de dispositivos y servicios, más valiosa que cualquier otra empresa del mundo, pero perdió el aura “revolucionaria” de su mítico cofundador, o eso piensan sus incondicionales.

“Tim Cook no es Steve Jobs”, “Apple ya no innova”, “Steve Jobs se revuelve en la tumba”. En Twitter abundan los comentarios desilusionados, especialmente tras las presentaciones de nuevos productos por parte de Cook, quien tomó las riendas de la firma en agosto de 2011.

El estilo de suspenso y énfasis de Jobs, muerto el 5 de octubre de 2011, se mantiene: en cada presentación -ya sea de mejoras técnicas, una línea de iPhone más sofisticada, un nuevo servicio de transmisión de video o un nuevo color de carcasa- Tim Cook y sus acólitos muestran el mismo entusiasmo y los mismos matices hiperbólicos.

Pero sin Jobs, “Apple ha perdido la capacidad de lanzar productos que revolucionen el mercado”, dice el analista independiente Rob Enderle. “Se han convertido en una empresa financiera, una máquina bien engrasada que sabe cómo ordeñar a sus leales consumidores”.

Impredecible, místico, implacable, apasionado, exigente, visionario…Todo eso era Steve Jobs. Falleció hace 10 años, el 5 de octubre de 2011. Hoy tendría 66 años.


Apple, que comenzó en 1976 en un garaje del entonces joven Silicon Valley, cambió la vida cotidiana de cientos de millones de personas con sus computadoras y accesorios, como el iPod (2001) y especialmente el iPhone (2007).

Jobs revolucionó la informática en dos ocasiones: con las interfaces gráficas en la década de 1980, que se impusieron como método de comunicación entre máquinas y humanos; y con el teléfono inteligente, que puso a la internet en el bolsillo de todos.

Después, se lanzó el Apple Watch, el reloj inteligente. “La medida de Apple siempre fue la innovación, y esto es importante (…) pero hay otros criterios, como la capacidad de una empresa para reinventarse”, matiza la analista Carolina Milanesi.

Efectivamente, el grupo de Cupertino se ha diversificado añadiendo muchos servicios cuidadosamente integrados en sus dispositivos: música, medios de pago, vídeos, juegos, lecciones deportivas…

Apple ahora tiene más hilos que nunca para atraer nuevos usuarios y mantenerlos”, dijo la experta de Creative Strategies.

Jobs presentó el iPhone en enero de 2007 en San Francisco.


Una estrategia de la cual probablemente no hubiera renegado Steve Jobs, quien buscaba simplificar y controlar la experiencia de los consumidores de la A a la Z, según la biografía escrita por Walter Isaacson.

Ni Apple ni ninguna otra empresa ha provocado una revolución digital en la última década. Pero el culto a la firma de la manzana continúa y mantiene la presión sobre Tim Cook. Aun cuando, para muchos analistas, el coloso californiano nunca ha dejado de inventar.

“Innovan a nivel interno, pese a la tentación de realizar adquisiciones. Está en el corazón de su ADN y Steve Jobs estaría muy orgulloso de ello”, dijo Dan Ives, que cita en particular el desarrollo del chip M1, que reemplaza a los de Intel en algunos dispositivos nuevos.

“El iPhone seguirá siendo el corazón y el pulmón del crecimiento de Apple en los próximos años. (…) Pero vamos a tener gafas de Apple, para realidades virtuales y aumentadas, y también un automóvil de Apple en 2024”, agregó.


¿Cerca de los 3 billones?



En cualquier caso, los métodos de Tim Cook encantan a Wall Street: Apple valía alrededor de 350.000 millones de dólares hace diez años, frente a 2,358 billones el 1 de octubre de 2021. “Y alcanzará los 3 billones de aquí a seis o nueve meses”, predice Dan Ives, que descarta corrientes contrarias.

Es que la escasez mundial de microchips no parece haber afectado demasiado la capacidad de Apple para satisfacer la demanda y sus compromisos políticos respecto a la privacidad en China solo preocupan a los críticos.

Hasta ahora, el grupo también se ha librado relativamente en lo que respecta a las leyes antimonopolio, a diferencia de Google y Facebook, acosados por demandas de abuso de posición dominante.

Una jueza estadounidense dictaminó recientemente, en el marco de una demanda de Epic Games, que “Apple no ejerce un monopolio en el mercado de transacciones en juegos en celulares”, aunque tiene una conducta “anticompetitiva”, por lo que ordenó cambiar las prácticas de su tienda App Store.


Tanto en este tema como en el de las herramientas de lucha contra la pornografía infantil, Tim Cook avanza con concesiones al margen, en un estilo muy diferente al de su tempestuoso antecesor.

“No creo que el estilo de Steve Jobs hubiera sobrevivido en estos últimos 10 años”, dijo Carolina Milanesi, en alusión a su personalidad supuestamente difícil. Y aseveró: “En mi opinión, Tim Cook es hoy un mejor líder para la empresa”.


Los precios de los iPhone según los años



Si hay algo que Apple suele hacer con sus iPhone es mantenerse constante en algunas cuestiones, como la línea de diseño, y también con los precios.

El iPhone original del 2007, tenía un costo base de 499 dólares en su versión de 4GB, y de 599 dólares de 8GB. Hoy, el iPhone 13 tiene un costo básico de 699 en su versión estándar, mientras que el 12 ya bajó oficialmente a 599. O sea, en 14 años, creció 200 dólares la versión base y la anteúltima versión tiene casi el mismo costo que la primera.

El segundo modelo de iPhone 3G, allá por 2008, ya rondaba los 599 dólares, y 699 en su versión de 8GB y 16GB. O sea que se mantiene el precio de la mejor versión del segundo iPhone, casi 15 años más tarde.


Hubo también modelos mucho más caros. Por ejemplo, el iPhone 3GS del 2009 rondaba los 800 dólares. De hecho, el iPhone 8 por ejemplo, tenía su versión básica en más de 800 dólares, más caro incluso que hoy.

Aquí, sin embargo, sentimos la diferencia: el iPhone 7, lanzado en 2017, costó 640 euros en Estados Unidos, y casi 28 mil pesos en nuestro país. Apenas unos 4 años más tarde, el iPhone 13 de 699 dólares costará alrededor de 120 mil pesos, con los impuestos PAÍS y demás. La constancia de Apple con los precios aplica a su filosofía de trabajo, pero cuando hay que pesificar esa constante, todo se nos complica una vez más.


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