¡Aquel tiempo!

• A mediados del 82, en el marco de la apertura democrática, la dictadura militar promovió la reafiliación a los partidos políticos. Hacia marzo del 83 los datos oficiales registraban el sorprendente número de 2.966.472 afiliados, de los cuales 1.489.565 correspondían al PJ y 617.251 a la UCR y el 29% restante –859.656– se repartía entre distintos partidos. • Entre éstos, sólo el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) logró superar los 100.000 afiliados. • Estos apoyos corroboraban que los dos grandes partidos – PJ y UCR– volvían a ocupar el centro de las preferencias políticas del electorado. Por otra parte, si se suman los porcentajes de las dos fórmulas presidenciales más votadas en las elecciones presidenciales del 83 y el 89, se comprueba que la UCR y el PJ sumaron el 91,9 y el 79,9% de los votos respectivamente. • Este escenario cambió decididamente en las presidenciales del 95. La suma de sufragios de las dos fórmulas más votadas –PJ y Frepaso– descendió al 73,3%. Pero el dato novedoso fue que en el cómputo ya no figuraba la UCR: había quedado relegada al tercer lugar, no menos de que las dos fórmulas más votadas reconocían un mismo origen peronista (Carlos Menem por el PJ y José Bordón por el Frepaso). • Lentamente –y lo corrobora la historia– la competencia por la presidencia comenzó a deslizarse del bipartidismo al multipartidismo y del formato partido versus frente con el que solían presentarse la UCR y el PJ hacia alianzas cambiantes con denominaciones e integraciones muchas veces diversas según la elección. (Datos obtenidos del trabajo “Los partidos políticos en la Argentina. Condiciones y oportunidades de su fragmentación”, de Ana María Mustapic, incluido en “¿Cuánto importan las instituciones?”)


• A mediados del 82, en el marco de la apertura democrática, la dictadura militar promovió la reafiliación a los partidos políticos. Hacia marzo del 83 los datos oficiales registraban el sorprendente número de 2.966.472 afiliados, de los cuales 1.489.565 correspondían al PJ y 617.251 a la UCR y el 29% restante –859.656– se repartía entre distintos partidos. • Entre éstos, sólo el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) logró superar los 100.000 afiliados. • Estos apoyos corroboraban que los dos grandes partidos – PJ y UCR– volvían a ocupar el centro de las preferencias políticas del electorado. Por otra parte, si se suman los porcentajes de las dos fórmulas presidenciales más votadas en las elecciones presidenciales del 83 y el 89, se comprueba que la UCR y el PJ sumaron el 91,9 y el 79,9% de los votos respectivamente. • Este escenario cambió decididamente en las presidenciales del 95. La suma de sufragios de las dos fórmulas más votadas –PJ y Frepaso– descendió al 73,3%. Pero el dato novedoso fue que en el cómputo ya no figuraba la UCR: había quedado relegada al tercer lugar, no menos de que las dos fórmulas más votadas reconocían un mismo origen peronista (Carlos Menem por el PJ y José Bordón por el Frepaso). • Lentamente –y lo corrobora la historia– la competencia por la presidencia comenzó a deslizarse del bipartidismo al multipartidismo y del formato partido versus frente con el que solían presentarse la UCR y el PJ hacia alianzas cambiantes con denominaciones e integraciones muchas veces diversas según la elección. (Datos obtenidos del trabajo “Los partidos políticos en la Argentina. Condiciones y oportunidades de su fragmentación”, de Ana María Mustapic, incluido en “¿Cuánto importan las instituciones?”)

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