“Aquí, la lucha

Junto con otro historiador –Claudio Belini–, Korol es autor de “Historia económica de la Argentina en el siglo XX”, una investigación que muestra los problemas que siguen enfrentando al país.

Redacción

Por Redacción

entrevista: Juan Korol, investigador de historia económica

Carlos TorrenGo

carlostorrengo@hotmail.com

Martín Heer

–Hace un año publicó con Claudio Belini, “Historia económica de la Argentina”. Señalan ahí que Argentina seguía estando en una oportunidad única en cuanto a sus posibilidades de crecimiento. Pero advertían que se estaba en puerta de problemas. ¿Están en escena esos problemas?

–Aclaremos que nosotros escribimos una historia de la economía argentina, no un tratado sobre la gestión económica del gobierno. Pero sí, los problemas han crecido y crecen en lógica incluso a problemas que vienen de muy lejos en nuestra historia y que siguen teniendo una gravitación bloqueadora para la economía, para que libere sus fuerzas…

–¿La lucha de intereses por la distribución?

–Esa lucha uno la puede encuadrar, explicar por el lado de una expresión natural en la vida de una sociedad. Pero el tema son los términos en que se manifiestan los posicionamientos, los puntos de vista. En otras palabras: los alcances que definen a la conflictividad social, la dureza y las consecuentes intransigencias con que se dirime el conflicto para atrapar al Estado y fijar políticas… Si se reflexiona la historia económica argentina con mirada profunda, uno concluye en que el apoderamiento del aparato de Estado es la presa excluyente de los actores económicos, políticos.

–Pero en el libro ustedes señalan que atrapar esa presa siempre ha sido un logro de corto plazo…

–Lo cual no es contradictorio con lo que digo. Es más, en el libro decimos que esa lucha supo adquirir incluso tintes dramáticos. Aunque fuera débil en este o aquel caso, el control del Estado siempre se hizo en procura de reorientar el conjunto de la política económica en el campo de los ingresos, los subsidios o lo que fuese, pero siempre teniendo en la mira beneficios que no necesariamente comprendían el todo… Éste es el núcleo duro de razones que hacen a la incertidumbre que genera la economía argentina, que hace a los cambios de rumbos que aquella lucha le imprime a la economía…

–Pero parecen, al menos eso surge de la lectura de la historia, estar necesariamente sujetos a qué fuerza política ocupa el poder. ¿Es así?

–Lo es… se muda dentro de un mismo régimen político, lo cual implica una dosis de más incertidumbre. Se llega diciendo algo, poniendo otra cosa política en marcha y luego de cambia esa política…

–Miradas siempre desde la historia, estas marchas y contramarchas y la incertidumbre que generan, ¿qué fogonean?

–Hoy y en muchos ayeres –por así decirlo– fogonean la especulación financiera, por caso. Porque este país, y esto no es necesario abundar en detalles, tiene un problema muy serio: ausencia de inversiones. A la incertidumbre, la ausencia de inversiones; a la ausencia de inversiones, la especulación financiera… Pero además, hay momentos de la Argentina en que algún sector se empecina en generar más incertidumbre a la economía que la que ya nos lega la historia. Empecinamientos que, por caso, alimentan la inflación que también y con independencia de razones técnicas tiene que ver con la incertidumbre… ¿Cómo podemos ser creíbles cuando hay ausencia de instrumentos decisivos para determinar la inflación vía el Indec, o sea vía el mismo Estado? Una cuestión que no hace sólo a la inflación, claro… hace a toda la geografía de datos sobre la economía…

–De la investigación de ustedes se extrae que en el orden de lo fáctico esta incertidumbre o carencia de fuego claras también es alimentada por la legislación que regula mucho del funcionamiento de la economía…

–Y también desde muy lejos en nuestra historia…

–¿Se trata de sobreabundancia de legislación?

–Más que eso, que en todo caso es un plano a reflexionar. Se trata de los cambios que se imprimen a la legislación. Nosotros estudiamos, por caso, las leyes de inversiones extranjeras dictadas desde distintas ideas… las hay reguladoras, más liberales. Esos cambios se dieron, por tomar un lapso, en 1953, con el peronismo en el poder; luego en el 58, con Frondizi, y a posteriori en el 71 y 76 con regímenes militares… y los mismos se dan en lo que hace a los sistemas que regulan los depósitos bancarios, que se amacan nacionalizaciones y descentralizaciones y ni qué hablar de los regímenes cambiarios… El presente habla de esto…

–¿Por qué sostienen, a la hora de optar en términos de gravedad, que lo más delicado de todo este proceso de manejo arbitrario del Estado se da en el campo de la promoción industrial?

–Por varias razones. Por ejemplo porque Argentina ha estado ausente de una política industrial definida; esto más allá de intenciones e iniciativas puntuales. Esto ha implicado, a través de los tiempos, una inmensa transferencias de recursos, subsidios, a proyectos, iniciativas, grupos económicos, regiones, que jamás lograron transformar esas transferencias en un crecimiento significativo de lo que les tocaba hacer… Así, más allá de que en un período la industria pareció encauzarse, jamás se plasmó en un proyecto de política de Estado… Mire, poco se entiende de la historia económica argentina si no se parte de la voracidad con la que se mira al Estado y se lo quiere atrapar.

–¿Qué define la conducta de los sectores hegemónicos, del conjunto de fuerzas que andan tras ese atrape?

–La incapacidad de construir en conjunto. Lo que nosotros llamamos consensos mínimos para resolver temas que atañen a todo el país… acumulación de capital, distribución…

–Si aceptamos que las políticas de Estado raramente son neutras en relación con quienes benefician en mayor grado o con quienes afectan, ¿ésta es una característica típicamente argentina?

–No, no. A mí me parece que debemos atenuar y lo digo por lo que estamos viendo que pasa hoy en algunos países de Europa, aquello de definir determinadas situaciones como “típicamente argentinas”… Lo que sí es muy nuestro es la exageración con la que reflexionamos y abordamos nuestros temas, problemas. Cuando Argentina se embarcó en la ola neoliberal, vendió todo… A México no se le ocurrió vender Pemex, a Brasil no se le ocurrió vender Embraer… A nosotros se nos ocurrió de todo… En este marco, hay que acotar algo: en Argentina hay hoy, diríamos, una especie de empate en materia de poderes sectoriales capaces de imponer reglas de juego. Una cuestión que no sucede en Brasil, por ejemplo. Ahí se generan consensos, acuerdos destinados a políticas de Estado desde una realidad. Hay sectores muy poderosos que precisamente, para reproducir su poder, buscan generar al otro con poder, político, otras ramas de la economía, etc… y esos otros, también para reproducir su poder, van en busca de acuerdos…

–¿Así fue la relación industria de San Pablo-Lula?

–Así fue…


entrevista: Juan Korol, investigador de historia económica

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios