Archivo Histórico… y olvidado

El gobierno provincial tomó las riendas para buscar un remedio definitivo a la precariedad que hoy reina en el Archivo Histórico y Biblioteca Provincial pero, más allá de la voluntad política, las promesas realizadas otorgan escasas garantías para normalizar su funcionamiento.

El secretario de Cultura de la provincia, Ariel Ávalos, indicó que frente al pedido de desalojo que partió del Instituto Provincial del Seguro de Salud (Ipross) -que le presta instalaciones en Guido y Rivadavia de esta capital- “se está tratando de que (la obra social) instale sus dependencias en otro edificio que no sea el ocupado actualmente por el Archivo Histórico”.

Admitió que en los recintos escasean elementos fundamentales como matafuegos y el edificio no cuenta con pintura ignífuga, los equipos de acondicionamiento térmico “no funcionan o lo hacen en muy mal desempeño” y los tubos de ventilación del edificio están tapados.

El informe detalla además que el sistema eléctrico es deficiente, según inspecciones que fueron reveladas al legislador Marcelo Mango (FpV), quien presentó un pedido de informes frente a tamaña situación.

Situación compleja

Ávalos reconoció que el lugar “se encuentra en una compleja situación” desde hace varios años, y por “mucho tiempo fueron inexistentes las políticas referidas a su significación” por lo tanto “la situación actual es el resultado de esta falta de atención y ocupación”, aunque luego aclaró que se compraron matafuegos y estanterías como para paliar en parte la falta de elementos de seguridad y de funcionamiento.

A su juicio, “esto requiere de un trabajo serio y profundo, ideando proyectos a largo plazo que tengan por finalidad situarlo en su máxima capacidad de funcionamiento”, a la vez que dijo estar realizando gestiones con el Ministerio de Cultura de la Nación a fin de capacitar a los empleados, ya que “el personal dijo no haber sido capacitado nunca”.

El secretario de Cultura se comprometió a elaborar un proyecto con un “contexto” que reúna “condiciones ambientales adecuadas y condiciones de accesibilidad necesarias para que un mayor número de público pueda acceder a un acervo de valor incalculable”.

Ante una pregunta puntual de Mango sobre la existencia de recursos propios, Ávalos consintió en que no hay cuenta especial, y que las previsiones presupuestarias dependen de la secretaría a su cargo.

La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) promovió en julio pasado un abrazo comunitario al galpón que comparte con la delegación de la obra social ante una intimación de sus autoridades de que les liberen las oficinas. Hasta la propia Universidad Nacional del Comahue (Curza) expresó su preocupación sobre este repositorio oficial al valorar que contiene un profuso acervo documental sobre la Provincia desde antes de su etapa territorial (siglo XIX).

El documento más antiguo que se guarda en cajones data de 1814 y representa una reliquia ya que se trata de un expediente policial armado ese año tras una revuelta del Escuadrón de Pardos contra el capitán del puerto de Patagones por falta de pago de salarios.

Otros que se buscan preservar están relacionados con la década de 1880 y de la Justicia Letrada y de conflictos de propiedades, muchos de los cuales aún son usados por la Dirección de Tierras cuando deben dirimir un conflicto.

“Durante mucho tiempo fueron inexistentes las políticas referidas a su significación y la situación actual es el resultado de ello”,

dijo el secretario de Cultura, Ariel Ávalos, sobre el Archivo Histórico.

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