Armando Vidal , pionero que vendió los terrenos del ejido urbano neuquino

Neuquén

Luego de la “Campaña al Desierto” y producido el traslado de la capital neuquina desde Chos Malal a la Confluencia, se comenzó con la venta de los lotes para que el territorio se urbanizara. Y don Armando Vidal, que había nacido en Moreno, provincia de Buenos Aires, en 1890 fue uno de sus propulsores.

Siendo muy joven se independizó de su familia oriunda de Pontevedra, España, y se fue a trabajar en un tambo y tropas de carros. Luego prosiguió con múltiples tareas.

En una oportunidad su hijo Toto nos contaba que “siempre fue muy trabajador y andariego, recorría pueblos y campos de la provincia de Buenso Aires y Córdoba”.

Prosiguiendo con su relato nos enteramos que luego se radicó en el sur de Córdoba, en Cañada Verde o Villa Huidobro. Era muy amigo de don Casimiro Gómez y de sus hijos, quienes eran dueños de una estancia muy importante llamada La Nacional.

Allí contrajo matrimonio con Luisa Molina y en 1926 nació su hija Elsa Esther; es en aquel lugar donde Gómez le ofreció venir a Neuquén a hacerse cargo de sus bienes en este territorio.

Él era dueño de la estancia Las Perlas y de grandes extensiones de tierra, había formado con sus hijos la Sociedad Anónima “La Nueva España”, dueña de la mayoría de los terrenos contenidos en el Plano Oficial de la ciudad de Neuquén.

Recordamos que Casimiro era un español talabartero que vendía los cueros al ejército y que donó a la Nación los terrenos para edificios públicos, calles, plazas y avenidas.

En 1928 don Armando llegó a Neuquén con su esposa, su hija Elsa y su cuñado Luis Molina, por caminos escabrosos, sin ruta. En ese momento alquiló una vivienda donde hoy está el Automóvil Club Argentino, sobre calle Rivadavia y allí nació su hijo Armando Luis, “Toto”.

Debido al elevado precio de los alquileres, don Vidal compró a la Nueva España un cuarto de manzana en la esquina de Córdoba y Rivadavia y allí construyó una pequeña vivienda.; en este lugar nació Carlos Alfredo, “Cacho”.

El lugar, continuaba el relato de Toto, “estaba rodeado de médanos y arenales y era la única casa, desde donde sólo se veía la cárcel y el cementerio. Mi padre hizo abrir la calle Córdoba por su cuenta, emparejándola con rastrones propios. En el lugar tenía un corral con animales ya que papá solía ir a caballo hasta la estancia Las Perlas que administraba”.

Toto continuó diciendo que “los terrenos en aquellos primeros tiempos tenían muy escaso valor, ya que no había gran demanda. Las ventas se hacían a diez años de plazo sin interés. Se puede decir que mi padre vendió casi la totalidad de los terrenos de la ciudad de Neuquén”.

“Cuando se jubiló continuó su tarea su hijo Cacho que acababa de recibirse de Contador, quien junto con Francisco Seleme intervino en la última gran venta del año 1958 a la Municipalidad y que incluyó todo el barrio Santa Genoveva; posteriormente se incorporó el Sr. Eduardo D’Anna, Martillero Público. También don Armando se dedicó a la fruticultura, estableció una chacra en el barrio Confluencia, su frente en calle Tronador; por ello una calle del barrio lleva su nombre.

Tuvo carnicería y despensa, en San Martín esq. Rioja y un tambo.

Poseyó camiones que trasladaron materiales para la construcción del puente carretero Neuquén- Cipolletti.

En los años ’50 edificó el chalet de calle Rivadavia 340. Falleció en el año 1973 a los 83 años y su esposa doña Luisa falleció a los 101 años en 2003.

Acerca de su persona, concluyeron sus hijos que “desde que pisó Neuquén se enamoró de este terruño y aun cuando era solo viento y desolado, él hablaba del gran futuro de esta ciudad, que la convertiría en la gran ciudad del sur argentino.”

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256


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