Artesanos de Bariloche desafían el frío y mantienen su feria a la intemperie

Luego de que la carpa que los albergara se rompiera el último fin de semana por el temporal, los artesanos de la calle Urquiza arman día tras días sus puestos a la intemperie.

El crudo invierno que vive Bariloche -con temperaturas bajo cero y nieve acumulada por todos los rincones- no desanima a los artesanos de la calle Urquiza, que arman día tras días sus puestos a la intemperie, en busca de aprovechar la temporada alta de turismo.

La carpa que los albergaba se rompió el último domingo por el temporal y desde el lunes decidieron continuar con la feria al aire libre, porque sus economías dependen de lo que puedan vender en estos días.

El panorama genera curiosidad entre los turistas, que sacan fotos y algunos también compran, aunque pasan “más rápido y menos interesados” que cuando estaba la carpa, según reconoció uno de los feriantes.

Son en total unos 70 los artesanos permanentes que arman sus puestos en la plaza, a los que se agregan algunos visitantes. Sólo desistieron los que tienen edad avanzada o problemas de salud, según confió Martín Páez, uno de los referentes de la feria.

Páez elabora microesculturas en fósforos y dijo que las ventas se mueven, pero menos de lo que esperaban. “Pasa mucha gente, recorren la feria, pero el resultado con la globa era mucho mejor, porque no hacía tanto frío y porque teníamos luz, lo que nos permitía estar abiertos hasta las 20”, explicó.

Desde el lunes arman alrededor de las 10 y a las 18, cuando cae el sol y el frío se acentúa, tienen que levantar. Otro inconveniente es que ya sin la carpa no tienen resguardo para sus artesanías y deben trasladarlas al cierre de cada jornada hasta un espacio que les facilitó el municipio en la sala Frey.

Las temperaturas se mantienen bajo cero casi todo el día y ponen a prueba la resistencia de los artesanos, aunque uno de ellos aseguró que “peor es la lluvia”, porque en ese caso sí deben suspender toda actividad.

Otro puestero, Juan Correa, es oriundo de Pehuajó, está en la feria desde hace dos años y produce bijou. Dijo que pasar los días en esas condiciones es duro, y se ayudan con abrigo abundante, té y mate. Valoró tambien los gestos de solidaridad: “ayer pasó un muchacho que vende comida en la calle y nos sirvió sopa caliente de regalo”.

Sobre la reconstrucción de la carpa Martín Páez dijo que comenzaron las tratativas con el municipio, que convocó a especialistas del gremio Uocra. Aseguró que en 15 días tendrán disponible un plan para reemplazar lo dañado y recuperar la estructura.


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