Autos clásicos, joyas que tienen mucho para contar

Por Agustín Aroca,

agustinaroca4@gmail.com

En un mundo donde todo evoluciona constantemente, los automóviles también fueron cambiando a lo largo de la historia.

En la actualidad las principales cualidades de los autos son la seguridad, el confort y la mecánica, atributos contra los cuales los autos clásicos no tienen posibilidad de competir. Pero los autos antiguos y los aficionados por ellos lejos están de centrarse en estas características. Su gusto por las joyas clásicas va más allá.

Y es que en muchas ocasiones el fanatismo por estos autos se transmite de generación en generación. Para ellos son mucho más que un vehículo antiguo, son una forma de mantener la historia viva, a veces con varias décadas sobre el lomo.

Los ven como una obra de arte porque a diferencia de la modernidad de los autos aquellos vehículos eran producidos en su mayoría de forma artesanal, con un trabajo manual donde el interior del auto se hacía de forma quirúrgica, cada detalle y accesorio era realizado auto por auto.

Cada auto clásico guardado en un garaje lleva dentro de él una historia propia. Quizás eso es lo más pintoresco de cada exposición regional y nacional que se realiza para exhibir estas joyas.

Cada auto y su respectivo dueño tienen una historia para contar, por eso ningún vehículo, aunque sea un mismo modelo, serán iguales. Las ganas de compartir con los demás estas historias llevaron a la convocatoria de diferentes “reuniones” para los amantes de las antigüedades móviles a lo largo del país.

El Club de Antigüedades Móviles de General Roca (CAM), integrado por 70 socios en la actualidad, es uno de las pioneros de esta actividad en el Alto Valle.

Fundado allá por el 2000, cada año realiza diferentes exposiciones para sacar a relucir las joyas sobre ruedas. Además, con el afán de preservar el patrimonio histórico argentino el club realiza todos los años eventos con fines solidarios y sus integrantes participan de las carreras o eventos que hacen otros clubes de la región. Inclusive recibiendo la invitación de otras provincias para concurrir a sus exposiciones.

Wenceslao Rodríguez, miembro del CAM, contó que lo importante de los autos antiguos es que todas sus partes sean originales o que estén bien restauradas. Indicó además que hay dos formas de conservar el valor de un vehículo, una de ellas es mantenerlo lo más “de fábrica” posible, es decir con los menores cambios posibles. La otra es restaurar el auto a la perfección para que su originalidad no se pierda.

Entre los autos clásicos más memorables se encuentran el Torino 380. De industria argentina, dio muestras de su esencia en aquella interminable carrera de 84 horas seguidas en el circuito alemán Nürburgring. El equipo argentino estaba a cargo de Juan Manuel Fangio, y fue el Torino quien dio más vueltas a lo largo de las casi 90 horas que duró la prueba con casi 334 giros, pero las penalizaciones la redujeron a 315.

A pesar de no lograr la victoria por las diferentes penalizaciones de los 3 diferentes corredores del equipo, el toro argentino dejo atrás a grandes marcas del momento como Ford, Mercedes Benz, BMW y Lancia.

El rastrojero Confiable, económico, robusto, fue el principal aliado de la clase trabajadora durante sus 33 años de producción. Su nombre proviene de la palabra “rastrojo”, que lo caracteriza por su utilización en los campos. A fines del año pasado, se anunció que el rastrojero volvería a entrar en producción en una Fabrica de rosario, con una peculiaridad que a muchos aficionados de los autos antiguos no les gustara. la mítica camioneta tendrá un motor eléctrico, que según el empresario encargado de la producción es el “inevitable futuro “de todos los vehículos.