Barack Obama y las minorías
Es cierto, Barack Obama le debe la reelección fundamentalmente al voto de las minorías norteamericanas, que lo respaldaron claramente. Especialmente al de la minoría latina y al (masivo en su favor) de la gente de color. Cabe destacar, además, que también las mujeres se inclinaron mayoritariamente por el candidato demócrata. Veamos dos casos particulares. Lo sucedido con el voto de los judíos norteamericanos y con el de los latinos de origen cubano, porque en ambos casos hubo ciertamente algunas novedades. Obama obtuvo la mayoría de los sufragios de los judíos norteamericanos, que conforman el 2% del total de los que llegan a las urnas. Consiguió –en rigor– el 69% de esos votos. Una victoria entonces bien clara, pero algo menos que en el 2008, cuando logró el 78% de los votos de esos electores. La confrontación sobre qué hacer con Irán mantenida –con áspera dureza– con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, antes de la elección pudo bien haber sido el factor de esta pérdida relativa. No obstante, Obama ganó con claridad en todos y cada uno de los Estados de su país en los que existe una presencia sustantiva de judíos. Incluyendo la Florida. Ocurre que los votos de este segmento de la población norteamericana tuvieron en cuenta no sólo las cuestiones de política exterior sino fundamentalmente (como casi todos los demás votantes) lo concerniente a la delicada situación de la economía de su país. Y prefirieron a Obama. En lo que tiene que ver con los “americano-cubanos”, tradicionalmente republicanos y de centro, Obama esta vez logró obtener un 49% de sus votos, casi la mitad, lo que evidencia un cambio de actitud de esa particular y exitosa comunidad cuya visión muestra ahora un corrimiento político hacia la izquierda del espectro de la política del país del Norte. En el 2004 el también demócrata John Kerry había obtenido apenas el 35% de esos mismos votos. Todo un cambio, entonces, importante por su dimensión. Si consideramos el voto de todos los latinos de la Florida, Obama se impuso con el 61%. Romney apenas logró el 39%, porcentaje que está conformado fundamentalmente por los sufragios de los mencionados latinos de origen cubano. Lo sucedido permitió que el Estado de la Florida eligiera al primer legislador demócrata de origen cubano: José García. Los estamentos más jóvenes de las familias de origen cubano parecerían haberse desplazado hacia el Partido Demócrata. Por esto Obama obtuvo el 66% de los votos de los ciudadanos de origen cubano nacidos en Estados Unidos, aunque apenas logró el 45% de los votos de esos mismos ciudadanos cuando se trató de los nacidos en Cuba. Las cosas no son estáticas sino dinámicas cuando de depositar el voto por parte de los ciudadanos norteamericanos pertenecientes a las minorías se trata, según queda visto. Pese a que, por el momento, ellas están lejos del Partido Republicano. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional
gustavo chopitea (*)
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