Boca se levantó y da pelea

Bajó a Vélez con dos conquistas de Insúa y sigue con vida.

En la tarde que se destaparía gran parte del destino, Boca demostró autoridad y concentración para derrotar a Vélez, el rival que lo acosó durante todo el Apertura. El conjunto de Alfio Basile le dio rango de final al partido, exhibiendo una notable supremacía en todos los sentidos. Estuvo por encima en el plano mental y estratégico, plasmando su dominio con dos goles de Insúa. La ambición de uno y otro se vio reflejada en el planteo inicial. Ambos llegaban a este partido con un desgaste similar por la participación en la Copa Sudamericana, donde transitan las semifinales. Estaban igualmente obligados a conseguir los tres puntos para mantener sus ilusiones. Era necesario un toque de audacia. Pero Miguel Angel Russo fue temeroso al momento de designar los once que saldrían a discutir el torneo. Dejó en el banco a Centurión, un volante ofensivo con buen manejo y explosión. En su lugar actuó Bustos, un jugador de marca. La línea central se completó con Cubero y Somoza. Quedó claro: con tres luchadores, la apuesta era combatir. Extraña elección en un entrenador que se destacó por hacer jugar a sus equipos pensando en el arco rival. En el pasado Clausura, que lo vio campeón, optó por atacar a Boca sin especular. Y lo goleó, con baile. Ayer prefirió luchar. En definitiva, se apichonó en La Bombonera. Y fue ampliamente superado, tirando medio torneo a la basura. Contrariamente, Boca reaccionó y pisó fuerte. Dos derrotas consecutivas -Colón y Arsenal- alteraron el andar victorioso del conjunto de Basile, instalando la histeria en el ambiente xeneize durante la última semana. Aparecieron los problemas y aguardaba, amenazante, una tormenta que deberá esperar. O quizás, desaparezca. Para eso necesita triunfos. Y consiguió uno vital. Con actitud ofensiva y haciendo lo que tiene que hacer: jugar con compromiso. Hubo cohesión por un mismo objetivo. Por un partido quedaron de lado las individualidades, para darle cabida al conjunto. El sofocante calor de la tarde no le impidió a Boca presionar y monopolizar en control de la pelota. El desarrollo estuvo a su disposición. Para comenzar, resolvió su principal déficit: no le crearon ninguna situación de gol. Sin embargo, el ‘Cata’ Díaz y Schiavi no pudieron evitar las discusiones entre ellos. La pareja central no consigue superar sus diferencias, aunque esta vez estuvieron más elásticos para contribuir a la paz general. Cada uno de los futbolistas, más allá de sus propias limitaciones, estuvieron a la altura de las circunstancias. Boca se impuso en todos los aspectos. Construyó la victoria desde un Gago excepcional y un Battaglia de gran lucidez. La combinación de ambos es el equilibrio del mediocampo, y uno de los fundamentos más sólidos del equipo. El otro argumento es Palacio, que tuvo una buena tarde pero falló en la definición. Palermo fue puro empuje pero no gravitó. Faltaba el gol entonces. Y apareció Insúa para resolverlo, con dos apariciones en el complemento. Primero definió con clase, amagando y picando la pelota sobre Sessa. Luego, con un cabezazo tras un tiro libre de Guillermo. Con partidos como el de ayer, el “Pocho” será una carta fundamental para Basile. Mientras que Boca, con actuaciones como esta, podrá aspirar a llevarse el Apertura.

…y llegaron las ovaciones

Uno por su tarde goleadora y contundente. El otro, por su excepcional juego y clase. Insúa y Gago fueron ovacionados por primera vez desde que están en Boca. Fueron las figuras de Boca, justo en el partido que debía ganar. En medio de las turbulencias por las dos derrotas, el conjunto de Basile llegaba apretado. Y necesitaba una actuación reivindicatoria. Algo similar le ocurría a Insúa. El “Pocho” tuvo un rendimiento desparejo en el torneo, con varias lagunas. Por eso no había logrado conquistar a la hinchada. El murmullo acompañaba la mayoría de sus acciones, algo que quizás haya desaparecido ayer. Porque Insúa eligió -y definió- el partido perfecto para sobresalir. Observando la situación, Basile lo reemplazó en el último minuto. Y la gente lo ovacionó, incluyendo el “Pochooo, Pochooo”, para despedirlo. Mientras que Gago sostuvo su destacado nivel. Menos participativo que otras veces en el circuito de juego ofensivo, el volante completó una gran actuación. Fue fundamental en la recuperación, anulando a Gracián, el estratega de Vélez. Era aplaudido en cada intervención hasta que, a poco de finalizar el partido, tiró un caño de espaldas. Apretado contra la línea, imitó a Riquelme y le cometieron infracción. Ahí nomás, recibió el bautismo de la hinchada: “Gagooo, Gagooo”. (ABA)

JUAN IGNACIO PEREYRA


En la tarde que se destaparía gran parte del destino, Boca demostró autoridad y concentración para derrotar a Vélez, el rival que lo acosó durante todo el Apertura. El conjunto de Alfio Basile le dio rango de final al partido, exhibiendo una notable supremacía en todos los sentidos. Estuvo por encima en el plano mental y estratégico, plasmando su dominio con dos goles de Insúa. La ambición de uno y otro se vio reflejada en el planteo inicial. Ambos llegaban a este partido con un desgaste similar por la participación en la Copa Sudamericana, donde transitan las semifinales. Estaban igualmente obligados a conseguir los tres puntos para mantener sus ilusiones. Era necesario un toque de audacia. Pero Miguel Angel Russo fue temeroso al momento de designar los once que saldrían a discutir el torneo. Dejó en el banco a Centurión, un volante ofensivo con buen manejo y explosión. En su lugar actuó Bustos, un jugador de marca. La línea central se completó con Cubero y Somoza. Quedó claro: con tres luchadores, la apuesta era combatir. Extraña elección en un entrenador que se destacó por hacer jugar a sus equipos pensando en el arco rival. En el pasado Clausura, que lo vio campeón, optó por atacar a Boca sin especular. Y lo goleó, con baile. Ayer prefirió luchar. En definitiva, se apichonó en La Bombonera. Y fue ampliamente superado, tirando medio torneo a la basura. Contrariamente, Boca reaccionó y pisó fuerte. Dos derrotas consecutivas -Colón y Arsenal- alteraron el andar victorioso del conjunto de Basile, instalando la histeria en el ambiente xeneize durante la última semana. Aparecieron los problemas y aguardaba, amenazante, una tormenta que deberá esperar. O quizás, desaparezca. Para eso necesita triunfos. Y consiguió uno vital. Con actitud ofensiva y haciendo lo que tiene que hacer: jugar con compromiso. Hubo cohesión por un mismo objetivo. Por un partido quedaron de lado las individualidades, para darle cabida al conjunto. El sofocante calor de la tarde no le impidió a Boca presionar y monopolizar en control de la pelota. El desarrollo estuvo a su disposición. Para comenzar, resolvió su principal déficit: no le crearon ninguna situación de gol. Sin embargo, el ‘Cata’ Díaz y Schiavi no pudieron evitar las discusiones entre ellos. La pareja central no consigue superar sus diferencias, aunque esta vez estuvieron más elásticos para contribuir a la paz general. Cada uno de los futbolistas, más allá de sus propias limitaciones, estuvieron a la altura de las circunstancias. Boca se impuso en todos los aspectos. Construyó la victoria desde un Gago excepcional y un Battaglia de gran lucidez. La combinación de ambos es el equilibrio del mediocampo, y uno de los fundamentos más sólidos del equipo. El otro argumento es Palacio, que tuvo una buena tarde pero falló en la definición. Palermo fue puro empuje pero no gravitó. Faltaba el gol entonces. Y apareció Insúa para resolverlo, con dos apariciones en el complemento. Primero definió con clase, amagando y picando la pelota sobre Sessa. Luego, con un cabezazo tras un tiro libre de Guillermo. Con partidos como el de ayer, el “Pocho” será una carta fundamental para Basile. Mientras que Boca, con actuaciones como esta, podrá aspirar a llevarse el Apertura.

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