Bodega Vecchi: 90 años de historia productiva

Fue fundada en 1929 por Francisco Mariano Vecchi, uno de aquellos pioneros italianos que contribuyeron a forjar la riqueza productiva del Alto Valle. Sus hijos y nietos continuaron con la tradición e introdujeron también la modernidad.

Transcurría 1925 cuando Francisco Mariano Vecchi, se asentó en la naciente Colonia Regina junto a su esposa y los proyectos para hacer crecer un emprendimiento productivo. Le demandó cuatro años de constantes trabajos, pero en 1929, pudo poner en marcha la bodega de elaboración de vinos que lleva su nombre, y que tras 90 años, aún sigue trabajando a cargo de los nietos del fundador.


Vecchi, había emigrado desde Italia hacia la Argentina en 1910, recorriendo distintos puntos del país, entre ellos el naciente Alto Valle rionegrino, donde fue administrador de 100 hectáreas que eran propiedad de Alfredo Viterbori, quien era gobernador del Territorio Nacional de Río Negro en aquellos años.


La posibilidad de crecimiento de esta zona lo impulsó a comprar tierras, aunque luego las vendió para regresar a Italia, formar su familia y retornar a la Argentina, puntualmente a Villa Regina en 1925, siendo uno de los primeros pobladores de esta ciudad, y uno de los pioneros en lo que hace la vitivinicultura regional.

El día de su boda, Elisa Antinori y Francisco Mariano Vecchi, el fundador del establecimiento


“Venía de Italia, así que plantar vides, alfalfa, frutales, criar animales, estaba dentro de sus costumbres; y más que nada en aquellos años para sostener la familia. Desde que se asentó comenzó a trabajar para crear la bodega, la que se puso en marcha en 1929. Es decir que la bodega está antes de que Río Negro se transformara en provincia, y antes también de que naciera el Instituto Nacional de Vitivinicultura”, relató Ana María Vecchi, nieta del fundador.


La bodega nació junto a muchas otras que fueron creando los colonos italianos que se radicaron en Villa Regina, ya que esta ciudad llegó a contar con una veintena de bodegas en funcionamiento, aunque solo dos continúan con su tarea de elaboración en la actualidad.


“Francisco Mariano Vecchi, ya radicado en Regina tuvo tres hijo, Renato, mi padre que era el mayor, Rodolfo y Graciela. Renato fue quien continuó con la bodega, pero previamente hizo el secundario en Mendoza, donde salían formados como enólogos. Estuvo al frente de la bodega hasta 2011 cuando falleció, y partir de ese momento continuamos sus hijos (Ana, Mariano y Roberto)” comentó.

Renato Vecchi, fallecido en 2011, fue el hijo del fundador que continuó con el establecimiento.


Precisamente Renato fue quien le dio nuevo impulso al desarrollo de la bodega, durante la década del ‘40, con solo 15 años y con el respaldo de su padre pidió un crédito en el Banco de Reconstrucción y Fomento para mejorar las instalaciones y capacidad de elaboración. “El crédito fue otorgado algunos años después de la solicitud. Mi padre regresó a Regina en el 50, y comenzó a trabajar en la bodega La Graava, mientras se construyó el nuevo edificio de nuestra bodega, que es el que aún se mantiene en pie” señaló Ana María Vecchi.


“En aquellos años, más allá de la producción propia, se compraba mucha uva a otros productores, porque todo esto forma parte de la historia de la viticultura de la provincia. Río Negro tenía una gran superficie plantada con uvas y unas 240 bodegas. Hoy la superficie no es la que había en aquellos tiempos, y de las bodegas sólo 20 están trabajando” dijo la nieta del fundador de la Bodega Vecchi.

Los vinos de mesa fueron el símbolo distintivo de la bodega.


La historia de esta firma está ligada a la elaboración de vinos comunes; desde sus inicios tuvieron un buen reconocimiento por la calidad de los mismos, pero recién en los últimos años se inició el proceso para elaborar vinos varietales de mayor calidad. La tarea comenzó con la reconversión de las plantaciones de vides, y a partir de allí la elaboración de vinos.


Para avanzar en este camino, mejoraron la calidad de las cepas de las plantaciones propias con variedades Malbec, Merlot y Sirah, que les permite elaborar un volumen acotado de botellas que se venden principalmente en el mercado de la región; pero sin olvidar los orígenes, por lo que aún mantienen la elaboración de vinos comunes de mesa, que fue el pilar para el desarrollo de este emprendimiento de 90 años.


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