Braian Toledo volvió a entrenar y sueña con estar en Tokio 2020

El argentino, uno de los mejores lanzadores de jabalina del mundo, se recuperó tras una operación de tobillo y apunta a clasificarse y llegar a una final en los Juegos Olímpicos.

Braian Toledo parece un filósofo, un gurú de la autoayuda, pero en realidad es un chico que vivió mucho y sabe lo que es sufrir.

Por eso hoy, luego de dar vuelta una cruda infancia que incluyó abandono, violencia y carencia de necesidades básicas, el orgullo de Marcos Paz disfruta el camino hacia Tokio, aunque hace siete meses haya tenido que ser operado tras romperse cuatro ligamentos de su tobillo derecho. 

“Para mí, como para muchos, caminar es algo simple, natural pero, de repente, durante 75 días que estuve en muletas, me encontré que no, que necesitaba de la ayuda del otro», reflexionó el atleta.

Uno de los mejores lanzadores de jabalina del mundo no deja de decir que quiere repetir la final de Río 2014, incluso que se ilusiona con una medalla, pero sabe que primero debe recuperarse bien de una lesión difícil y clasificarse a la cita olímpica.

Para Tokio hay varias formas de clasificar, ya no es como antes que sólo se llegaba haciendo la marca establecida por la Federación Internacional (85m). Ahora también se puede entrar por ránking mundial y suma de puntos en torneos (en ambos estar entre los 35 mejores).

Entonces, para Braian, no luce tan complejo. “Deberé ser más inteligente y aprovechar mis posibilidades. Tendré que optimizar el tiempo y usar mi experiencia”, comenta quien asegura no tener una fecha de regreso a la pista.

Además de enfocarse en su carrera deportiva, Toledo no descuida su trabajo solidario. Desde hace ocho años que es uno de los varios embajadores que tiene la Huella Weber, el programa solidario de Weber Saint Gobain que desde 2011 mejora la infraestructura de los lugares que eligen los deportistas olímpicos que forman este proyecto.

Braian arrancó en su barrio ayudando con Weber a la ONG Arriba los Pibes –funciona un merendero que da de comer a 90 chicos, pero también brinda talleres laborales y educativos-, luego siguió con Los Pepitos –un merendero para 120 pibes- en Merlo y terminó el 2019 en una sociedad de fomento ubicada en la rotonda de La Plata.

“Si tuviera más, ayudaría más”, sentencia. Como pasa en la pista, Toledo empuja. Y nos enseña. A no darnos por vencido. A pensar en el otro, sin dejar de lado nuestros sueños.

*Entrevista realizada por Prensa Huella Weber


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