Buscan sobrevivientes tras el paso del huracán Dorian por Bahamas

Los rescates se hacían con motos acuáticas y excavadoras. Al menos siete personas murieron. Aún se desconoce el alcance total del desastre.

Foto aérea de la destrucción del huracán Dorian en Bahamas. Fotos: AP

La gente en Bahamas rescataba a víctimas del huracán Dorian con motos acuáticas y una excavadora, mientras la Guardia Costera estadounidense, la Marina británica y un puñado de grupos humanitarios trataban de llevar alimentos y medicinas a los sobrevivientes.

Los aeropuertos estaban inundados y las rutas intransitables, después de que la tormenta más fuerte jamás documentada en Bahamas se instalara sobre las islas de Ábaco y Gran Bahama y las castigara con vientos de hasta 295 kilómetros por hora y lluvias torrenciales antes de moverse en dirección a Florida.

En la costa estadounidense, la gente ultimaba sus preparativos para una tormenta que seguía mostrando peligrosos vientos de 168 kilómetros por hora, lo que la clasifica como de Categoría 2.

Al menos siete personas murieron en Bahamas, y aún se desconoce el alcance total del desastre.

Los vendavales destruyeron o causaron graves daños en miles de viviendas, afectaron a los servicios en hospitales y atraparon a la gente.

«Es una devastación total. Quedó destruida. Apocalíptico. Parece como si una bomba hubiera explotado», dijo Lia Head-Rigby, quien ayuda a manejar una organización de asistencia y que realizó un recorrido aéreo por las Islas Ábaco, una de las zonas más afectadas. «No se puede reconstruir lo que estaba ahí; hay que empezar de nuevo».

Dijo que su representante en Ábaco le informó que «hay muchos más muertos» y que se están recuperando los cuerpos. El primer ministro también prevé un aumento en el número de decesos y pronosticó que la reconstrucción requeriría de un «gran esfuerzo coordinado».

«Estamos en medio de una de las peores crisis nacionales en la historia de nuestro país», dijo el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis. «No se escatimarán esfuerzos ni recursos».

Cinco helicópteros de la Guardia Costera volaban casi cada hora a la maltrecha Ábaco y evacuaron a más de 20 heridos al principal hospital de la capital. También marineros británicos acudían para prestar ayuda. Unos pocos grupos humanitarios independientes intentaban llegar a las islas afectadas en el norte del archipiélago.

«No queremos que la gente piense que los hemos olvidado (…) Sabemos en qué condiciones están», dijo Tammy Mitchell, de la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Bahamas, a la emisora de radio ZNS Bahamas.

Agachando la cabeza contra el viento y la lluvia, los rescatistas empezaron a evacuar gente tras el paso de la tormenta por la isla de Gran Bahama utilizando motos acuáticas, botes e incluso una gran excavadora que llevaba niños y adultos en su pala, avanzando en medio de las aguas crecidas para ponerlos a salvo.

Un rescatista asistió con cuidado a un anciano en brazos y caminó hasta una camioneta descubierta que esperaba para llevarlo a tierras más altas con otras personas.

En las costas de Florida, Georgia y Carolina del Norte se emitieron avisos de evacuación para más de 2 millones de personas. Aunque la amenaza de un impacto directo a Florida prácticamente ha desaparecido, se prevé que Dorian pase peligrosamente cerca de Georgia y Carolina del Sur, e incluso que toque tierra en Carolina del Norte el jueves o viernes.

El ojo del huracán pasó al este de Cabo Cañaveral, en Florida, el miércoles de madrugada.

Incluso si no toca tierra, es probable que el sistema cause marejadas ciclónicas y graves inundaciones, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

El centro de Dorian se encontraba el miércoles de madrugada unos 144 kilómetros al este de Daytona Beach, Florida, y avanzaba hacia el noroeste a 12 kilómetros por hora. Los vientos con fuerza de huracán se extendían hasta 95 kilómetros desde su ojo, mientras que los vientos con fuerza de tormenta tropical llegaban a 280 kilómetros desde el vórtice.

«No se arriesguen. Salgan de ahí», pidió Carlos Castillo, funcionario de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.

En las Bahamas, el portavoz de la Cruz Roja Matthew Cochrane dijo que se cree que más de 13.000 viviendas, alrededor del 45% de las residencias en Gran Bahama y Ábaco, sufrieron daños severos o quedaron destruidas por completo. Funcionarios de las Naciones Unidas indicaron que se necesitarán alimentos para más de 60.000 personas en las islas, mientras que la Cruz Roja señaló que unos 62.000 residentes requerirán agua potable.

Por otro lado, los meteorólogos seguían la evolución de la tormenta tropical Fernand, que se acercaba a la costa nordeste de México, al sur de la frontera con Estados Unidos. Se esperaba que tocara tierra el miércoles y descargara hasta 46 centímetros de agua, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, causando peligrosas inundaciones y aludes de lodo por debajo de la Sierra Madre.

Agencia AP


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