Cartas revelan el mundo de decisiones de Bin Laden

Lamentaba pérdida de apoyo entre islámicos y buscó sortear disidencia.

AP

Un periodista analiza las cartas, escritas en árabe, del líder de la red terrorista.

WASHINGTON (AFP/AP/DPA) – Las 17 cartas divulgadas ayer, que se encontraban entre miles de documentos incautados por Estados Unidos en la residencia de Osama bin Laden en Abbottabad, Pakistán, muestran que Osama Bin Laden no controlaba a todos los grupos asociados a Al Qaeda y se quejaba de su incompetencia, aunque seguía en contacto con sus fieles.

Durante la operación comando del 2 de mayo de 2011 contra Bin Laden, los comandos de la marina (Navy Seals) se apoderaron de una “mina de oro”: decenas de discos duros, ordenadores y claves USB que dan acceso a miles de documentos que permitieron a los analistas establecer un diario de ruta de Al Qaeda.

La divulgación de 17 de esas cartas de Abbottabad coincide con la conmemoración del primer aniversario de la muerte de Bin Laden, un hito en la presidencia de Barack Obama, quien no pierde la ocasión de recordarlo en la campaña por su reelección.

Los papeles incluyen cartas o borradores de cartas fechadas entre septiembre de 2006 y abril de 2011, un total de 175 páginas escritas en árabe y 197 en inglés y que se publican en el sitio de internet del Combating Terrorism Center (CTC, Centro de Combate al Terrorismo) de la academia militar de West Point.

Incluyen correspondencia interna de Al Qaeda, con misivas de Bin Laden y líderes del grupo asociado en Yemen, así como de militantes en Somalia y Pakistán.

Las cartas aportan pocas revelaciones. La mayoría de las informaciones incluidas en ellas ya se habían filtrado durante el año pasado. Sin embargo, dejan entrever, por ejemplo, la preocupación de Bin Laden por su hijo Hamza, quien se encuentra a merced de los ataques de los drones (aviones no tripulados) en las zonas tribales de Pakistán, donde fueron abatidos numerosos militantes de Al Qaeda.

El terrorista más buscado del mundo se mostraba también enojado por las “operaciones mal planeadas” de algunos aliados , cuyos atentados provocaron “víctimas civiles inútiles” y tuvieron por consecuencia la pérdida del apoyo de los musulmanes. “Le pedimos a cada emir en las regiones, que tengan extremo cuidado al controlar el trabajo militar” y que “anulen otros ataques en razón de la posibilidad de que haya víctimas civiles innecesarias”, escribió el jefe de la red en mayo de 2010.

En otra misiva, no fechada ni firmada, Bin Laden se interroga sobre la oportunidad de cambiar el nombre de Al Qaeda, ya que lo consideraba poco islámico.

“Este nombre no permite hacer saber a los musulmanes que nosotros lo somos y permite al enemigo clamar de manera equivocada que no está en guerra contra el islam y los musulmanes, sino que está en guerra con la organización Al Qaeda”, escribe el autor en otra carta.

Hasta el fin, Bin Laden se concentró en ataques a estadounidenses. En mayo de 2010 aconseja abatir el avión de Barack Obama o el del general David Petraeus cuando volaran a Pakistán o Afganistán, por considerar que un asesinato de esa magnitud elevaría a la presidencia al vicepresidente Joe Biden, “sin preparación’’, y sumiría Estados Unidos en una crisis.

Bin Laden se sentía cada vez más frustrado y furioso por no poder controlar a grupos de países como Irak o Yemen.

En otra carta, exhorta a la rama yemenita de Al Qaeda a continuar atacando a los estadounidenses y se niega a que su jefe sea reemplazado por el estadounidense de origen yemenita Anuar al Awlaki, quien sería abatido a fines de setiembre de 2011.

Algunos documentos muestran los debates, incluso las divisiones, en el seno de Al Qaeda. Uno de ellos denuncia la violencia incontrolada del Tehrik e-Taliban Pakistán (TTP), el movimiento de los talibanes paquistaníes. En otra carta Bin Laden rechaza una demanda de ingreso de los shebabs somalíes a Al Qaeda.


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