A tres años de la Ley Micaela
El pasado 10 de enero se cumplieron tres años desde la promulgación de la Ley Nacional 27.499, conocida como Ley Micaela, la cual establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencias contra las mujeres para todas las personas que trabajan en el Estado en todos sus niveles. Lleva el nombre de Micaela García, quien fue víctima de un femicidio en 2017.
Micaela era una joven de Entre Ríos que fue secuestrada, violada y asesinada el 10 de abril de 2017 por Sebastián Wagner, un hombre que había sido condenado por dos violaciones y que se encontraba en libertad condicional. Micaela era una militante del Movimiento Evita y del Ni Una Menos.
La ley es una política pública que promueve la transformación cultural, que ataca a las raíces del sistema patriarcal, a través de la incorporación de una mirada sensible al género y las sexualidades con el objetivo de prevenir, sancionar y erradicar las violencias machistas y promover la igualdad en la diversidad en el seno mismo de todos los poderes del Estado y en todos sus niveles.
Desde su implementación hasta hoy, todas las provincias del país y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han adherido a la ley y comenzado las capacitaciones a sus agentes estatales. También lo han hecho más de 500 municipios, las universidades a través del Consejo Interuniversitario Nacional, sindicatos, medios de comunicación, empresas y otras organizaciones.
La Ley Micaela es, además, un instrumento que nos ayuda a evidenciar las violencias por razones de género, a no aceptar declaraciones machistas y violentas, a denunciar presupuestos sub-ejecutados en las áreas de género, y a señalar la falta de voluntad política para el diseño e implementación de políticas públicas para la transformación de las raíces de las desigualdades de género.
Los tres poderes del Estado están en deuda con madres, padres, hija/os, amiga/os y vecina/os de cada mujer o niña abandonada, golpeada, violada o asesinada. Prevenir es curar se dice, y la Ley Micaela promueve la prevención a través de la transformación cultural. Es por eso, que se debe continuar con la implementación de esta ley, defendiéndola, llevándola como nuestra bandera.
Graciela Landriscini
Diputada Nacional FdT
Cipolletti
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