¿Un perro es igual a una mesa?

Esta pregunta en apariencia absurda tiene a veces respuestas que rozan lo increíble.

Estoy convencida de que todos desde nuestro sentido común responderían un rotundo “no” a esta pregunta. Cualquiera puede distinguir fácilmente que un perro es muy diferente a una mesa o el resto de los objetos. ¿Qué los diferencia? El perro, como todos los mamíferos, todas las aves y muchos otros seres, no sólo tiene vida, sino también conciencia.

La comunidad científica, luego de la Declaración de Cambridge, coincide en que la capacidad de sentir dolor y placer en los mamíferos y los seres humanos es muy similar. Sin embargo, nuestra legislación sigue considerando a todos los animales no humanos como meros objetos, inertes, como si fueran bienes idénticos a una mesa. A diferencia de países como Francia, Austria, Suiza y Alemania, nuestro Código Civil y Comercial no recoge las nuevas posturas sobre el estatus de los animales como sujetos de derecho. Este cambio de paradigma es el que venimos impulsando en el Congreso nacional hace tres años, con el apoyo de diversas organizaciones animalistas de todo el país.

Como sostenía Mahatma Gandhi, “la grandeza de una Nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales”. En Argentina, recientemente, hemos dado un gran paso al lograr la ley que prohíbe las carreras de perros y establece un nuevo estándar de protección para estos animales. Sin lugar a dudas no alcanza. Aun quedan varios temas pendientes, como la prohibición de la tracción a sangre, el uso de animales en circos o la experimentación de perfumes y productos cosméticos y de tocador. En el fondo de todas estas iniciativas que impulsamos queremos discutir el estatus de los animales como sujetos de derecho.

Magdalena Odarda

DNI 17.677.763

Magdalena Odarda

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