Cerveza artesanal: las claves del crecimiento de estos emprendedores de Catriel

Las variedades de "Cacique" llegan a distintas ciudades de Río Negro, La Pampa y Neuquén. La cervecería de Marcos y Jole ya tiene 5 años de producción en la ciudad que eligieron como hogar.

Por Mariana Benitez

La historia de las fábricas cerveceras de Catriel comenzó hace seis años y medio cuando esta ciudad fue elegida por Marcos Cicchitti y Jole Mirich como su residencia definitiva. «Los dos trabajábamos en la montaña, en la nieve –cuenta Marcos-. Hacíamos temporada en Argentina y en contratemporada trabajábamos en el exterior. Estuvimos 10 años haciendo esa vida y llegó el momento en que decidimos asentarnos en algún lugar».

Jole y Marcos están al frente de la cervecería Cacique.

La elección de la ciudad no les costó mucho: “Yo conocía Catriel, tenía amigos acá y decidimos venir a probar. Yo tengo familia en Neuquén, pero no queríamos vivir en una ciudad tan grande, por eso elegimos Catriel. Primero instalamos un centro de estética que manejaba Jole, mientras, yo empecé a cocinar cerveza en casa”.

Desde que decidieron crear la cervecería Cacique hasta hoy, cinco años después, su crecimiento fue exponencial: “Empecé cocinando en bachs de 50 litros y poco a poco armamos la fábrica”, recuerda Marcos y nos hace pensar en el container que todos visitábamos donde cocinaba y recargaba growlers. “Hacía tres cocciones de 50 litros por semana, unos 600 litros mensuales. Después compramos el equipo de 200 litros y años más tarde las ollas de 500 litros. Hoy tenemos una capacidad máxima de 12.000 litros mensuales aunque este verano pasado, por la pandemia y el cierre de bares, estuvimos en los 9.000 litros los meses más fuertes”.

Un espacio cómodo para disfrutar una buena cerveza.

La oferta de Cacique, ubicada en avenida Roque Sáenz Peña 2328, se complementa desde sus inicios con oferta gastronómica de calidad que se fue ampliando año a año a medida que crecían las comodidades. Al principio disfrutábamos de sus “fogones” sólo en verano. Eran eventos en los que el patio se llenaba de buena música y sandwiches varios. Poco a poco fueron apareciendo pizzas, burguers, papas y hasta el “jamón del medio”, una versión propia del Croque Madame, original e imperdible. Hoy, el nuevo galpón calefaccionado y con cocina permite que la fábrica tenga también una oferta gastronómica completa y más que interesante.

Las opciones cerveceras fijas son: Dorada Patagónica, Honey, Pluma Roja (Scottish), Milk Stout, Ipa Cacique (una English Ipa con buen soporte de maltas para lúpulos herbales) y American Ipa (“lupulada hasta la médula”, dicen ellos). A ellas le suman ocasionalmente otras que van probando, con agregados como trigo, granadina, cereza y hasta lavanda. “Seguimos mucho cerveceras de Estados Unidos y vemos nuevas variedades y nuevas modas que vamos haciendo en pequeñas tandas para probar si nos gustan, si se venden, si a nuestros clientes les gustan”.

Un abanico de variedades están listos para ser probados.

Todas estas variedades, en latas y barriles, salen desde Catriel para venderse en ciudades de Río Negro, La Pampa y Neuquén. La empresa ya tiene un equipo de trabajo de unas 11 personas y la pareja no se arrepiente de haber elegido esta ciudad: “Desde siempre la gente nos ha tratado muy bien. Siempre pudimos trabajar muy bien acá, la gente nos elige como cervecería local pero además siempre nos han ayudado desinteresadamente desde que llegamos. Estamos muy cómodos en Catriel, nos gusta el tamaño que tiene la ciudad tanto para trabajar como para criar a nuestro hijo”.

La cervecería tiene una capacidad máxima de 12.000 litros mensuales.

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