Comienza la última temporada de «The Blacklist»: entrevista con James Spader

La serie protagonizada por Red Reddington (Spader), un excéntrico y millonario criminal que maneja una lista negra de asesinos y traficantes, llega a su fin: este jueves, la señal AXN comienza a emitir la séptima y última temporada.

El popular actor norteamericano James Spader que durante seis temporadas dio vida a Red Reddington, se prepara para estrenar los últimos episodios de la séptima y última temporada de «The Blacklist», ete jueves jueves a las 21 por la pantalla del canal de cable AXN.

Como Reddington, el actor que ganó reconocimiento mundial en 1987 con «Sexo, mentiras y video», compuso a uno de los criminales más buscado por el FBI y una mente brillante que supo convertirse en figura clave para la resolución de casos criminales complejos, construyendo un particular personaje del que veremos sus últimas jugadas a partir de este jueves.


Trailer de la séptima temporada de «The Blacklist»


Excéntrico y seductor, Reddington es un criminal millonario, de relaciones laberínticas, que se deja leer extravagante, socarrón y sagaz, donde el interés común que parece mantener con el FBI esconde una lucha por el poder.

El actor, de 60 años, catalogado como un sex symbol durante los 80 y que trascendió por su papel como Steff en el filme «La chica de rosa», construyó su derrotero principalmente en el cine aunque tuvo dos personajes que lo marcaron en el universo de las series televisivas: Red Reddington en «The Blascklist» y Alan Shore en «Los practicantes» y «Boston legal», donde componía a un abogado más fiel a sus valores que a la ética profesional.

A diferencia de Shore, que no era peligroso para nadie más que para sí mismo y con el que se alzó como Mejor Actor en los premios Grammy en 2004, 2005 y 2007, Reddington «es un hombre peligroso para los demás, y el mundo que habita, es un tipo que requiere de gran precaución y cuidado», compara Spader durante una entrevista telefónica con varios medios internacionales y de la que participó Télam.

Con humor, el intérprete confiesa que la mayor dificultad que encontró con Reddington fue la alarma que lo despertaba todas las mañanas para ir a trabajar: «No soy madrugador y nunca me pude acostumbrar. Solía pensar que actuar era un trabajo nocturno. Comencé en el teatro y me encantaba hacer películas que se rodaban por la noche. Pero, de repente, comencé a trabajar en televisión, y los cronogramas son de día y muy temprano».

Red Reddington es un criminal millonario, de relaciones laberínticas.

Este antihéroe que lo hizo madrugar durante siete años y que al igual que Shore tiene un gran deseo por la vida y un agudo sentido del humor, libra una batalla consigo mismo: «Siente miedo por cosas que son muy oscuras y personales, teme de lo que es capaz y de sus propios talentos», remarca el actor.

La séptima y última temporada de «The Blacklist», la taquillera serie que sigue los entramados de Reddington y su lista negra de asesinos y traficantes, y que parece una telaraña interminable, propone nuevas preguntas planteadas a partir del profundo efecto colateral que se desprende de la presencia de Katarina Rostova (Laila Robins) y una búsqueda incansable en torno a alguien del pasado.

A modo de anticipo, Spader resume: «Red pasó tanto tiempo en peligro que se convirtió en su forma de vida. Pero en este momento y aunque Elizabeth Keen (Megan Boone) parece estar jugando muy bien con él, Red debe enfrentarse tanto a ella como a Katarina. Todavía queda mucho por ver y la temporada sigue construyendo un cierre bastante climático».

P: En este momento tan atravesado por las series, ¿cómo hace «The Blacklist» para mantener durante tanto tiempo su público?

R: Considero que hay muchas razones. Llegamos a una gran cantidad de países y la serie fue capaz de satisfacer a los espectadores. La audiencia internacional también fue muy importante para nuestros argumentos, logramos mantener una matriz cosmopolita: se desarrolla en diferentes puntos del mundo, con personas de distintas culturas y distintos idiomas, y las plataformas de streaming también nos ayudaron, porque la serie pide que se vea más de una vez: porque cuando se estrena el capítulo se ve con ojos frescos, pero al descubrir posteriormente nuevas pistas, aquel episodio que se vio hace un tiempo se interpreta de otra manera.

P: ¿Lo sigue sorprendiendo Red después de siete temporadas?

R: Siento que lo conozco muy bien, pero se enfrenta a nuevas circunstancias y a veces, todavía, me sorprende su respuesta. Red tiene la confianza necesaria para cruzar cualquier umbral, sin embargo, muchas de las situaciones son desconocidas y debe considerarlas de una nueva manera. Hablo mucho con los escritores y tiendo a conocer las sorpresas con anticipación, pero hay veces que la respuesta me atraviesa y me genera sensaciones.

P: Cuando asumió el personaje ¿Supo cuál sería su identidad o la descubrió con el paso de los capítulos? La audiencia aún sigue sin saber quién es.

R: Supe sobre Reddington desde el principio y debo decir que se siente más cómodo con su identidad que la mayoría de las personas que conozco en mi vida real. El programa trató de que la audiencia comprenda quién era en diferentes momentos, incluso si después resultaba ser algo diferente. Durante siete temporadas existieron momentos en los que la incógnita sobre su identidad estuvo a la vanguardia, pero también tuvimos temporadas enteras en las que la gente estuvo más preocupada por sus relaciones interpersonales y lo que ocurría en ese preciso momento, independientemente del pasado o de quién era. Las preguntas sobre quién era iban y venían dependiendo de dónde estábamos parados.

P: ¿Está preparado para dejar ir a Reddington?

R: Me apego mucho a los personajes que interpreto pero cuando dejo de actuarlos me alejo con rapidez. Espero con ansias la próxima vida y mundo que pueda explorar como actor, mientras tanto exploro la mía, que es satisfactoria y desafiante, disfruto de los viajes, de conocer otras culturas y sociedades, de un buen libro… El tiempo fuera del trabajo es muy valioso para mí.

Los misterios de James Spader más allá de sus personajes

Los personajes más populares y longevos que James Spader sostuvo en televisión siempre fueron enigmáticos, pero tanto el abogado Alan Shore como el criminal Reymond Reddington tuvieron un objetivo en común: resolver encrucijadas.

James Spader, junto a Andie MacDowell, en «Sexo, mentiras y video» (1989).

Al igual que sus papeles en las series “Los practicantes”, “Boston legal” y “The Blacklist”, se le consultó a Spader qué haría si tuviese la oportunidad de resolver un misterio de la vida o un problema real, y cuál elegiría.

El actor, además de confesar con humor que es una pregunta difícil de responder para las personas que padecen problemas obsesivo-compulsivos, se decidió: “El gran misterio de las mujeres; el misterio de cómo vivir una vida con un sentimiento de felicidad y satisfacción, de gracia y sabiduría. Y el misterio de cómo hacerlo con éxito”.

“Veo el misterio del mundo que me rodea, porque cada vez que puedo viajo, leo y me expongo a la mayor cantidad de arte y cultura que me es posible, a diferentes pueblos, y es algo que perseguiré por el resto de mi vida”, manifiesta con soltura.

De todos modos y como conclusión, el actor, de 60 años, esboza: “También pienso que si resuelvo estos misterios la vida será considerablemente menos interesante y son los misterios los que hacen que valga la pena vivir”.

Pero después de unos segundos, agregó: “Creo que también existe ese misterio al que te enfrentás todos los días cuando leés el periódico, sin importar dónde vivas o cómo es tu vida, en algún momento durante el día todos nos enfrentamos a la pregunta de ‘¿Cómo llegamos aquí y al estado actual de las cosas?’”.

“’¿Cómo pudimos llegar a este punto? ¿Y cómo avanzamos de manera constructiva, humana, decente y respetuosa en cada cultura? Son preguntas que me hago todos los días’”, continuó, sin saber que algunas semanas después de esta entrevista el mundo entero estaría conmocionado por la pandemia Covid-19, y desde los medios de comunicación se pediría más solidaridad.

Esas cuestiones hicieron que Spader se llamase a la reflexión con interrogantes que alcanzan ahora, obligadamente, a todos los ciudadanos, y que él opina no estar seguro de que sean «solucionables”.


Temas

Series

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios