Cómo es el plan para mejorar el transporte urbano en Bariloche

El municipio no dio a conocer más que algunas ideas, pero todo apunta a recorridos troncales con líneas secundarias. Los problemas de congestión son la principal causa de las demoras, dicen en la intendencia. Tarifa, aportes nacionales y gratuidad, en estudio.

Los conocedores del transporte urbano de Bariloche, usuarios incluidos, no dudan en evaluar al sistema actual como un muestrario de absurdos y distorsiones que urge corregir.

El municipio tiene en estudio un cambio estructural que nunca termina de alumbrar. La comisión de Seguimiento del Transporte solo recibió un borrador con los lineamientos generales y se comprometió a elaborar una “devolución”, pero no hay fechas ni precisiones sobre su puesta en práctica.

Los ejes principales de la idea pasan por desarmar el actual dibujo “radial” con 22 líneas que convergen sobre el microcentro, para combinar recorridos “troncales” con rondines e implementar el boleto combinado.

El director de Tránsito y Transporte, Carlos Catini, ya envió la primera propuesta a la comisión, pero todavía está en elaboración un trabajo técnico más exhaustivo en el área de Desarrollo Urbano, cuyos detalles permanecen en reserva.

Catini confirmó sin embargo que la idea es definir líneas troncales para las avenidas Juan Herman, Pioneros y Bustillo, y que los barrios periféricos de esas avenidas serán atendidos con rondines, como ya existen hoy en Colonia Suiza y Península San Pedro.

En esos casos el nuevo sistema fue bien recibido porque tiene frecuencias mucho mejores que las existentes con anterioridad, cuando eran servidos con colectivos de largo recorrido cada dos o tres horas. Pero no está asegurado que los usuarios también acepten los rondines en barrios como Malvinas o El Frutillar, donde hoy ya existen conexiones directas con el centro en frecuencias de 30 ó 40 minutos.

La comisión de seguimiento del transporte en Bariloche ya tiene un primer borrador del nuevo proyecto. Foto: Alfredo Leiva

Otra incógnita remite al precio del boleto. En la actualidad un pasajero viaja desde El Pilar o desde el barrio San Francisco IV hasta la zona céntrica por la tarifa plana de 35 pesos. Si tuviera que tomar dos colectivos con un sobrecosto las quejas no se harían esperar.

La complejidad del tema obligó al municipio a postergar los cambios una y otra vez. Los primeros aportes sistemáticos para rediseñar el transporte datan del “estudio de movilidad urbana sustentable”, de 2014. Ya hablaban de simplificación y “troncalización” del transporte, y de cobertura de zonas sin servicio o con poca accesibilidad. El municipio sólo practicó parches, extensiones parciales de algunas líneas a pedido de los usuarios y reducción de frecuencias en otras, para evitar mayores costos por el total de kilómetros recorridos.

Algunas calles céntricas agrupan varias líneas superpuestas sin lógica alguna. Catini admitió que es así, pero la trama vial de la ciudad dificulta los cambios. Dijo que en los últimos años sólo modificaron recorridos para incorporar, por ejemplo, nuevas áreas urbanas como los barrios San Francisco, 645 Viviendas y en breve habría que hacer lo mismo con Esandi y Circunvalación.

El trabajo que Catini envió a la comisión de Transporte parte de señalar que cualquier solución debe considerar a la trama vial en su conjunto. Subrayó que “la congestión vehicular es la causa principal del incumplimiento de frecuencias”.

Los cambios proyectados implican inversiones, porque demandarían al menos tres “centros de distribución” hoy inexistentes, en el Alto, en el Centro y en la zona Oeste. Deberán ser “paradores amplios, cerrados, calefaccionados en lo posible, iluminados y con alguna concesión para su mantenimiento y limpieza”.

A las líneas troncales y “rápidas” se añadirán “rondines sobre los barrios laterales, por ejemplo Malvinas y El Frutillar”, en conexión con la avenida Herman.

La propuesta de Catini incluye también la necesaria adopción del boleto combinado “con descuento”. Prevé además un servicio diferencial “punto a punto”, más caro, y destinado a desalentar el uso de vehículos particulares. Aclara que esta variante debe ser “confiable y puntual”, porque de lo contrario “no funcionaría”.

Insistió en que el punto a considerar es “el colapso en el tránsito”, que durante la mañana de los días hábiles impone la circulación “a vuelta de rueda” en los ingresos al centro por Bustillo, Herman y Luis Piedrabuena.


Opiniones coincidentes


Representantes vecinales, de organizaciones de usuarios y concejales de varios bloques admiten que el sistema actual está largamente superado.

La Multisectorial del Transporte planteó en los últimos años largas e intensas peleas por la tarifa, pero también tiene opinión sobre el rediseño de las líneas. Guillermo Navarro, integrante de esa organización, dijo que nunca recibieron una propuesta concreta del municipio y consideró indispensable modernizar el sistema, evitar superposiciones y “economizar” donde se pueda, para mejorar el servicio.

Referentes de la multisectorial por el transporte desde hace meses están movilizados por la problemática. Archivo

Concepción Mohana, también de la Multisectorial, consideró que “hay que revisar muchas cuestiones y la tarifa también, porque está todo integrado”. Dijo que en esa y otras entidades hay profesionales que conocen muy bien el sistema de transporte y pueden aportar.

El concejal Gerardo del Río (PUL) es integrante de la comisión de seguimiento y consideró indispensable resolver las falencias más graves, como “la gente que no puede subir al colectivo” en las horas pico.

Señaló que “la necesidad de redistribuir las líneas es algo que ve todo el mundo”, a fin de que no corran colectivos semivacíos en los horarios marginales, mientras en los más demandados no dan abasto.


El boleto escolar: solo con guardapolvo


El escrito enviado por Catini a la comisión de Transporte se mete también con un tema espinoso: el boleto estudiantil Su propuesta es mantener la gratuidad actual para los alumnos primarios del sistema estatal, que viajen “con guardapolvo”. Pero para el resto sugiere estudiar una tarifa del 50%. Hoy usan el transporte sin cargo.

Aclaró que el municipio podría otorgar subsidio completo al que lo necesite.

También propuso un sistema de transporte escolar exclusivo (colectivos de color naranja), y en horarios acotados al ingreso y salida de las escuelas. “Si suben a la línea regular abonarían el 50% o la tarifa total”, añadió.

En otro punto sugirió “generar recursos” para sostener el subsidio a los estudiantes con un porcentaje de lo recaudado por multas y por el estacionamiento medido.


Ampliar la cantidad de kilómetros pero con subsidio


La consigna de los planificadores es evitar que los colectivos cumplan recorridos demasiado largos y con pocos pasajeros. A la hora de delinear posibilidades están tironeados entre el interés de los usuarios -que piden frecuencias regulares y colectivos que no los dejen a pie- y la necesidad de bajar costos para asegurar una tarifa razonable.

Uno de los factores decisivos en toda la ecuación es el subsidio que está dispuesto a garantizar el gobierno nacional, sobre el cual no hay todavía ninguna definición.

Catini dijo que el transporte de Bariloche debe manejarse desde hace más de diez años con un reconocimiento de combustible a precio rebajado para 544.000 kilómetros mensuales. Ese límite conspira contra cualquier ampliación de recorridos. Si se alargaron itinerarios en algún barrio fue a costa de ralear frecuencias en otro.

Catini dijo que hoy la ciudad necesita aumentar el reconocimiento nacional a 750.000 kilómetros, un 40% más.

El intendente Gustavo Gennuso encabeza las gestiones ante Nación con ese fin. Un “sí” para ese planteo cambiaría el escenario y permitiría elaborar el nuevo esquema con otra holgura.


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