Cómo reconocer el dolor en nuestras mascotas

Saber distinguir que algo le duele a los animales domésticos es importante para evitar consecuencias perjudiciales. ¿A qué le debemos prestar atención para detectar ciertas dolencias?

Cualquier cosa que duele o afecta a las personas también les provoca dolor a los animales y eso es lago que hay que asumir primer lugar. El dolor indica que “algo no está bien” y es, al inicio, un mecanismo de defensa del cuerpo para proteger una zona lesionada, o forzar al animal a descansar, cuando el cuerpo necesita destinar energía para recuperarse.

Reconocer el dolor es una herramienta muy valiosa para detectar enfermedades en etapas tempranas y evitar el sufrimiento innecesario de nuestras mascotas”, explica a RÍO NEGRO Paulina Oña, médica veterinaria, de Bariloche.

Según la profesional, cuando un animal se lastima o presenta una alteración en el comportamiento, debemos saber interpretar el grado de dolencia, si es tolerable para el animal, el tiempo y la necesidad de tratamiento. En cuanto a la tolerancia, cada especie, raza e individuo son distintos. “El dolor tiene muchas facetas, por lo tanto no debe ser evaluado bajo un solo parámetro de valoración”, indica Paulina Oña. “En regla general los animales pequeños tienen umbrales del dolor más bajos, que los animales de tamaño grande. Es decir, frente a un mismo estímulo doloroso -como clavarse una espina- el dolor va a ser mayor en el animal cuanto más pequeño de tamaño sea o sea provocará una renguera en un Caniche y apenas un lamido en un Dogo argentino”.

Reconocer el dolor en animales no es sencillo, aun para gente experimentada y existen muchos conceptos errados en la evaluación, que las personas hacen al respecto”

Paulina K. Oña, médica veterinaria, MP684, Bariloche.

Nunca se debe automedicar a los animales. Los antiinflamatorios que usan las personas son sumamente tóxicos para ellos y desafortunadamente se producen casos de intoxicación que resultan letales, por administrar ibuprofeno o aspirinas a gatos y perros. Por eso hay que “realizar una consulta con el veterinario, para diagnosticar de forma temprana el problema. Así, daremos la mejor oportunidad de recuperación evitando sufrimientos innecesario”. Y aclara Oña: “Colocar collar isabelino en mi opinión es contraproducente. Si el animal se lame la zona es porque está con dolor, y debemos hacer algo al respecto. Si el tratamiento es correcto, el collar isabelino no debería hacer falta”.

¿A qué debemos prestar atención?

– Lamido: ante dolor, picazón el animal lame la zona dolorosa.

-Expresión facial: cambia cuando el dolor o malestar es generalizado y severo. Ojos más cerrados que de costumbre, orejas hacia atrás, bigotes hacia adelante, nariz fruncida, mejilla contraída.

– Pupilas: las pupilas dilatadas pueden indicar dolor agudo. Esto ocurre más frecuentemente en el gato.

– Comportamiento: indican dolor: cambiar la rutina, esconderse (especialmente en gatos), evitar movimientos específicos, renguear, agredir, estar deprimido (no responde al llamado, no le interesa jugar.

– Postura antiálgica: puede ser evidente como levantar una pata, encorvarse levemente, mantener la cabeza inclinada, bajar una oreja, acostarse siempre en la misma posición.

– Aspecto: el pelo se ve opaco, lagrimean o tienen lagañas, se forman rastas de pelo, y erizado también puede indicar dolor.

– Apetito: ocurre ante malestar extremo.

– Vocalización: si un perro sufre un golpe o una lastimadura y no llora, no significa que no le duela. Expresar el dolor con sonidos es el último recurso del animal que indica que el dolor es intolerable.


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