Con dudas, ya exportan cebollas del Valle Inferior

Los productores comenzaron con los primeros envíos de la última cosecha, pero reina la incertidumbre por las ganancias. Estas cargas fueron para hipermercados de Brasil y Paraguay.

A media máquina comenzó el empaque y exportación de cebolla de la colonia agrícola del Valle Inferior del río Negro. Las operaciones se realizan en medio de un clima incierto en cuanto al verdadero precio, y los márgenes de ganancia para los productores quienes están limitados en la actividad ante las restricciones causadas por el coronavirus.

En la planta de procesamiento de la Cámara de Productores del Valle Inferior trabajan en el embolsado alrededor de una docena de operarios, menos de la mitad de los 35 que habitualmente son contratados para la temporada.

Allí, ya se cargaron varios camiones con destino a supermercados e hipermercados de Brasil y Paraguay, según informó el asesor técnico de la entidad, Juan Vallejos.

Admite que la carga comenzó con un precio bajo (de $160) respecto de los $ 200 de la temporada pasada, pero se muestra optimista. “Por lo menos se arrancó y veremos qué pasa (con los valores) más adelante, y además los productores están con la esperanza de que se empieza a mover, es un avance, por lo menos ya salieron las (primeras) cargas, y ya tenemos otro panorama”, aseveró.

Primera partida

260.000
kilos fue el primer envío al exterior de cebollas. con valores de venta de $ 140 y $ 180 por bolsas de 18 y 20 kilos.

En la colonia agrícola del Valle Inferior –con casi 2.000 hectáreas sembradas de este cultivo-, uno de los principales productores es Raúl Soria con 70 hectáreas, quien traza para este medio un panorama ajustado a la realidad a ponderar en el actual proceso de restricciones.

Su estandarte es la variedad grano de oro y suele empacar en Pedro Luro donde manda a granel, y de allí su producción parte a supermercados y mayoristas de Córdoba, Clorinda (Formosa), Buenos Aires, Rosario y Brasil.

“Si bien estamos viviendo restricciones (por la pandemia) eso no significa que hayamos perdido los contactos, aunque esta temporada los costos de producción han sido variables”, señaló. Pone como ejemplo que hasta el momento en que se dispuso la cuarentena la cosecha se estaba realizando con personal del Norte con valores por mano de obra que rondaba entre los $ 13.000 y 14.000 por hectárea. Con los efectos de las restricciones, los productores según Soria, debieron apelar sólo a cosecheros locales con costos de levantamiento de $30.000 por hectárea.

La cuarentena derivó en un aumento de los costos laborales y de insumos.

Observó que “fue una cuestión de oferta y demanda, y a medida que se necesitaba más gente, la mano de obra se disparó con lo cual desde el sembrado, utilización de remedios, combustibles y cargas salariales, se pasó de $ 100.000 a 150.000 el costo por hectárea.

En su opinión no hay un panorama claro en el mercado y en los márgenes de ganancia. Según Soria “el mercado dice cuanto vale y esto es como una carrera de caballos pero al revés” dado de que “lo nuestro empieza en la línea de llegada y no en la gatera. El margen empieza con lo que quiere primero ganar el minorista o supermercadista, luego el fletero, el que descarga y lo último queda para el productor”.

La producción bajo la lupa

Días atrás, se reunió la Comisión de Emergencia rionegrina en el área de Agricultura para atender la situación de una decena de chacareros del Valle Inferior que se vieron perjudicados por una manga de granizo que destruyó unas 200 hectáreas, mayormente de cebolla.

El expediente, de acuerdo a lo que pudo saber este medio, se encuentra en trámite administrativo con vías de declarar a esa pequeña franja de productores en emergencia. Una vez que se emita el decreto correspondiente, tendrían beneficios impositivos en los rubros Inmobiliario, patentes y cargas sociales.

Y un día volvió la certificación en origen. A poco de iniciarse la nueva gestión nacional, el Ministerio de Agricultura decidió en favor de los productores y empacadores de cebollas de Río Negro y sur de Buenos Aires al derogarse en los primeros días de enero la resolución 35/2019. Había sido firmada por el gobierno anterior a poco tiempo de terminar su mandato y que eliminaba la obligación de certificar en origen el empaque y clasificación de la producción para su comercialización pudiéndose hacer exclusivamente en frontera.

Entre setiembre y diciembre pasados hubo total incertidumbre en la región sobre si seguía vigente la resolución, pues muchos productores se preguntaban qué podría ocurrir con un camión enviado a la frontera con cebollas a granel al que se le podría rechazar el 50% de la carga. El temor radicaba en qué podría pasar con la carga que estaba alejada de los centros de producción regional.

“Un año lamentable, sin números y demasiado stock aún sin vender”

Raúl Soria prevé “un año lamentable para el productor”, a partir que “no podremos poner los números (de cotización del producto), y podremos estar conformes con vender la mercadería porque hay mucho stock de cebolla sin vender, también en Pedro Luro, al acotarse en 30 días la actividad” a raíz del confinamiento obligatorio.

Aun así, las señales que un distorsionado mercado envía, y dependiendo del tamaño y color, de acuerdo con los valores que están en poder de este productor hay comercialización por $ 6,50 pesos el kilo y $ 140 la bolsa.

Insiste que el proyecto “para tener margen de ganancia, la hectárea debe tener un rinde de 2.000 bolsas, acá (en el Valle Inferior) hubo productores, afectados por la tormenta, que no podrán cubrir nada porque sus rindes estuvieron en las 1.000 bolsas. Además, nosotros tuvimos la temporada 2018-2019 con un dólar a $40, ahora está todo al doble con lo cual no hay regulación del mercado”, concluyó.


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