el empleo”

En los trailers de Cajón Chico no hay actividad escolar, pero una decena de integrantes de la comunidad Millaín Currical siguen ahí. Están juntando sus cosas y animales para la mudanza a la invernada, en Huncal, 90 kilómetros hacia abajo por la Ruta Provincial 26.

Aprovechan la presencia de “Río Negro” allí para plantear sus demandas. Dicen que no avizoran un buen futuro para sus hijos porque carecen de recursos y las necesidades los obligan a dejar el lugar.

El que lleva la voz cantante es Amador Torres, maestro de lengua mapuche en la escuela. Tiene 53 años y 5 hijos, cuatro de ellos ya dejaron su casa para buscar un mejor futuro.

Cuenta que hacer entender la necesidad de la creación de una escuela trashumante les llevó 20 años de reclamos, hasta que el gobierno neuquino ubicó en 2007 los siete trailers para la veranada. “No dijeron que iban a funcionar de forma provisoria pero aquí estamos todavía”, dice mientras enseña el lugar.

Sus compañeros consideraron que la escuela primaria les significó un paso de avance pero cuestionaron la calidad de la educación que les brindan. “Ahora nuestros hijos aprenden a leer y a escribir, pero de ahí a conseguir un empleo hay una distancia inmensa. En la parte administrativa logran el certificado de estudios, pero la realidad nos muestra que cuando van a hacer el secundario a Loncopué pierden el primer año. Llegan con una mala preparación”, dijo Amador.

Al describir la vida en el lugar, todos señalaron a la discriminación como un obstáculo para mejorar sus vidas. Y Amador puso un ejemplo: “los mapuches siempre fuimos mirados como algo apartado. Para hacernos una casa en Caviahue, o conseguir un plan, hay que superar muchos trámites y esperar que se abra el cielo y caiga una estrella. No tenemos derecho a una vivienda, a pesar de que nuestros paisanos están enterrados ahí”.

Al referirse a los ciclos de la naturaleza, el maestro de la comunidad explica que cuando se presenta un año climático y económico bueno “la cara te sonríe sola. Andás por el campo, mirás tu paisaje, tus pasturas, tus animales y te dan ganas de pegar un grito porque todo es verde. Pero cuando no tenés aguas y hay puro polvo seco… ¡Macana! Hay que sacar fuerzas de no sé dónde para seguir viviendo aquí”.

Los siete tráileres que utilizan para dar clases en Cajón Chico son el descarte de empresas petroleras. Las clases se dictan allí desde

el 2007.

Datos

Los siete tráileres que utilizan para dar clases en Cajón Chico son el descarte de empresas petroleras. Las clases se dictan allí desde
el 2007.

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