Con el virus, el hospital de Bariloche avanza hacia la telemedicina

Para evitar que haya aglomeraciones, se habilitó una línea de teléfono para realizar consultas y pedir atención. La atienden administrativos entrenados y, si es preciso, los médicos.

Las esperas larguísimas para sacar un turno o las consultas con un médico cara a cara solo para pedir una receta son cosas del pasado. Con la emergencia por el coronavirus, el hospital Ramón Carrillo de Bariloche implementó un sistema de atención más accesible e incluso personalizado.

Un número telefónico permite atender todo tipo de consultas y orientar a los pacientes. Durante la primera semana, se recibieron unas 240 consultas diarias entre llamados y mensajes de Whatsapp.

Este sistema permitió cortar casi de lleno la circulación de personas en el hospital público de Bariloche, en un 98%, en el marco de la emergencia sanitaria. Los resultados son además alentadores y de este modo, la telemedicina llegó para quedarse en el hospital de Bariloche. Con o sin coronavirus.

“La estrategia es que el hospital no colapse. Se intenta dar respuesta a la demanda habitual ambulatoria, una demanda semicrítica que no está relacionada con la infección del Covid”, resumió Fernando Tortosa, jefe del Departamento Médico del hospital.

Añadió que se trata de “disminuir lo máximo posible la exposición de pacientes de riesgo en esta contingencia, sin dejar de dar respuesta a esta población pero sin exponerla a otro riesgo”.

Para agendar

4409440
es el número de teléfono fijo, con líneas rotativas, del hospital Ramón Carrillo, al que se puede llamar.
120
llamadas diarias y alrededor de 100 mensajes de Whatsapp se recibían a diario durante los primeros días del sistema.

En un principio, se propusieron cuatro teléfonos celulares para que la gente evacuara sus consultas pero técnicos de Invap generaron líneas rotativas a través de un único número que facilitó aun más la atención.

Hoy, detrás de cada llamado, un equipo de cinco administrativos responde todo tipo de inquietudes. Si se necesita orientación médica, en esa misma sala, un grupo de profesionales atiende a los pacientes.

“El sistema no solo funciona muy bien. Pudimos resolver algo que nos preocupaba: la gente venía a hacer consultas y se juntaba en el hall central. Hoy casi todo se canaliza por teléfono”, puntualizó Enrique Santillán, jefe del Departamento Técnico del hospital. Resaltó que el desafío “es continuar con este mecanismo a futuro cuando se logre salir de esta contingencia”.

Los pasillos del hospital Ramón Carrillo están vacíos. Se redujo un 98% la circulación. Foto: Alfredo Leiva

Cuando un paciente llama para despejar alguna duda, el área administrativa intenta resolver la consulta en una primera instancia. Muchos son derivados a otras áreas como farmacia, laboratorio, hematología o rayos.

Cuando la consulta es de mayor complejidad, el médico toma el teléfono. Si el llamado, en cambio, es por una emergencia, se conecta con la línea 107. De esta forma, se logró conformar una red ambulatoria.

Variado


“Atendemos desde consultas por alergias, por una inflamación en una parótida y hasta gente mayor que simplemente necesita un poco de contención”, resumió el jefe de Pediatría del hospital, Andrés Little.

Santillán reconoció que en un principio, pensaron que la cantidad de llamados iba a ser “abrumador pero no fue tanto”. El horario de atención era de 8 a 20 pero como después de las 16, casi no se recibían llamados o mensajes, se redujo a ese horario. De todas formas, nunca falta quien escribe a la noche o madrugada.

De acuerdo con los registros, se reciben llamados de todos los barrios y por parte de diversas edades, incluso adultos mayores. Las autoridades de salud coinciden en que mucha gente solía sacar turnos para despejar dudas que ahora resuelve a través del teléfono en unos pocos minutos. El promedio de cada llamado es de 5 minutos; algo más cuando son derivados a un especialista.

“Son llamados cortos con preguntas concisas y puntuales. Tengo tantos años: ¿tengo que vacunarme? ¿Cuándo me tocaría? Los administrativos fueron entrenados para este sistema y con acompañamiento médico al lado, es aun mejor”, sintetiza.

Tras la exitosa experiencia en Bariloche, el hospital de Roca estudia implementar el sistema.

“Hoy, la mayor parte de la gente tiene Whatsapp, el recurso más básico de la telemedicina. Pueden enviar un audio, una foto, un video. Entonces, no podemos satisfacer la demanda presencial pero de esta forma, conectamos al paciente con el profesional”, agregó Tortosa.

Santillán citó el caso de una persona de 65 años que necesitaba una receta para sus anteojos. “Se le explicó que no es algo urgente y que lo mejor era esperar un tiempo prudencial. De otro modo, esta persona habría estado dos horas para sacar un turno, habría circulado por el hospital y tomado contacto con mucha gente. Tampoco hubiese podido resolver el problema”, ejemplificó.

Los médicos coinciden. El sistema permite ahorrar tiempo y dinero a la gente y al sistema hospitalario. “Es cierto que ahora con la emergencia hay recursos disponibles. Los médicos que no hacen consultorios están disponibles. Con un funcionamiento normal se requiere más personal. Pero ojalá esto permita un cambio en la manera de pensar”, definió Little.
En el hospital solo quedan los pacientes internados, con un familiar (el máximo permitido).


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