Condenan a policía por vejación

Inhabilitación y 30 meses en suspenso para un agente de Viedma.

VIEDMA (AV).- Un policía de 47 años fue condenado a dos años y seis meses de prisión en suspenso por golpear a un joven al detenerlo.

Se trata de Mario Nicolás Farías a quien se lo encontró autor material y penalmente responsable del delito de «vejaciones», imponiéndosele además una inhabilitación especial para ejercer la función policial por cinco años.

El policía que cumple funciones en Viedma negó los hechos que se le imputan. Para el tribunal integrado por Eduardo Ignacio Giménez, Liliana Piccinini y María del Carmen Vivas de Vásquez los hechos quedaron probados.

Entre las 22 y 22.30 del 13 de mayo de 2.000 -a un costado del barrio Gobernador Castello de Viedma en la intersección de Jacobacci y la ex ruta 3- el acusado se encontraba en la búsqueda de los presuntos autores de un presunto delito contra la propiedad sobre el que había sido informado. El fallo sostuvo que en ese marco detuvo y agredió físicamente a un menor edad con golpe de puño en el rostro, antes de introducirlo en el móvil policial para trasladarlo a la unidad respectiva.

Los jueces destacaron la versión de la víctima que relató que estaba jugando con unos amigos y se encontraba en ese lugar escondido tras unos yuyos, cuando arribó la comisión policial que lo detuvo. Identificó a Farías como la persona que, antes de subirlo al móvil lo agredió, aunque dijo que también lo habían pateado en la espalda. Subrayaron que esta versión fue apoyada por testigos y que uno de ellos señaló que el joven no estaba lastimado pero que sí lo vio golpeado en la cara al otro día. Policías también declararon en ese sentido, indicando uno de ellos que observó cuando Farías golpeó al menor en el rostro, mientras otro recordó el rostro ensangrentado del jovencito al bajarlo del móvil en la comisaría.

«Las vejaciones sufridas por el menor con la utilización de violencia física, concretamente golpes en el rostro, han sido acabadamente probadas con los testimonios escuchados y las certificaciones médicas», enfatiza el fallo.

En coincidencia con el fiscal de Cámara, Juan Peralta, el Tribunal calificó a este hecho como particularmente ultrajante, «pues si bien la figura resulta ser siempre injustificable y merecedora de reproche penal, en este caso se configura sin actitud alguna por parte de la víctima, no para justificarla sino para intentar entenderla. Todos los testigos escuchados refirieron la falta de resistencia, insultos o provocación por parte del menor».


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