Conocido delincuente se fugó de un salto, en Roca

Néstor Loreto San Martín tenía bien planeada la huida.

Archivo

ROCA (AR).- Insólita, arriesgada, casi una burla al sistema penitenciario. Así fue la fuga que ayer protagonizó en el Penal 2 de Roca el interno Néstor Loreto San Martín, un roquense de 32 años que purgaba una condena de 16 años de cárcel por numerosos hechos delictivos ocurridos en la zona. Simplemente saltó el murallón con la ayuda de un reducido grupo de internos que le hizo “piecito”. Aprovechando su altura, el hombre sólo debió descolgarse del muro principal de la exalcaidía, saltar a la calle y abordar una moto roja de 110 cc en la que lo esperaba un cómplice.

Todo ocurrió ayer, antes de las 10 de la mañana y sin que la fuga fuera advertida por el guardia que debía estar en la garita externa ubicada a unos 15 metros del lugar por donde saltó el recluso.

Hasta el cierre de esta edición San Martín no había sido recapturado. Si bien el rostro del reincidente ladrón es bien conocido por los policías de la zona, ahora los investigadores deberán tener en cuenta que Néstor Loreto se rapó el cabello apenas un día antes de escapar, otra evidencia de que tenía su fuga bien planificada y no pensaba en fallar.

Otro hecho que ahora cobra valor para los investigadores es que apenas cuatro días antes de escapar, San Martín había rogado a las autoridades penitenciarias que lo saquen del Pabellón Nº 9 porque, alegó, allí corría peligro su vida. El argumento resultó creíble, teniendo en cuenta que el mismo detenido, en septiembre del año pasado, había recibido entre 7 y 8 puñaladas por parte de un grupo de internos que resistía su permanencia en el Pabellón 2. Fue a raíz de aquel hecho que San Martín fue trasladado al Penal 1 de Viedma apenas salió del hospital. Pero hace dos meses aproximadamente el Servicio Penitenciario le había concedido un traslado provisorio a Roca por “acercamiento familiar”.

Con el argumento de la inseguridad San Martín logró ser alojado en el Pabellón 11 (exárea de mujeres). Es uno de los más próximos a la calle, en la esquina sureste del Penal, y donde se alojan los internos de mejor conducta y los refugiados. Desde allí pudo salir ayer hacia el patio y perderse en el norte roquense.

Desde el pabellón más próximo a la calle, San Martín consiguió trepar el muro sin una soga, sólo con el envión que le dieron otros reos.


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