Croquis que rescatan el paisaje urbano

Los Croquiseros Urbanos en Bariloche logran incentivar el interés por reparar en aquellas escenografías reflejadas en sus dibujos. Iniciaron su actividad en abril de 2013.

Como respondiendo a la metáfora de León Tolstói, pinta tu aldea y pintarás el mundo; los Croquiseros Urbanos asistieron a su cita mensual. Primer sábado de mayo, en la esquina de Morales y Neumeyer, Carolina, Miriam, Pablo, Alejandro, Eduardo, Gladis, Analía, José y Víctor inauguraron la actividad desplegando herramientas de dibujo y pintura tomando ubicación según preferencias personales.

Arquitectos, artistas plásticos o aficionados; los une el interés común por registrar en papel estampas citadinas y su entorno. El Centro Cívico, la Plaza Belgrano, árboles, el antiguo tanque del Departamento Provincial de Aguas, la Casita Azul, la antigua vivienda junto a lo que fue el Cine Bariloche, la Estación del Ferrocarril, el puente sobre el río Ñirihuau y el antiguo edificio del Hospital Zonal Ramón Carrillo, fueron algunos de sus objetivos. Incluso contabilizan el rescate de la imagen de la capilla De la Inmaculada muy poco antes del incendio que consumiera la edificación histórica en 2014.

Algunas de esas obras, producto de más de cuarenta salidas, se expusieron en la Sala Panozzi del Centro Administrativo Provincial. Allí se exhibieron trabajos realizados por José Giménez, Analía Pini, Alejandro Ferrari, Perla León, Gladis Yacobuzio y Cecilia Ezcurra.

Surgido en abril de 2013, el grupo sumó adherentes tras un curso dictado al año siguiente por el arquitecto Víctor Gallardo en la Universidad Nacional de Río Negro. Adherentes al colectivo de artistas internacional Urban Sketchers, mantienen fidelidad al manifiesto de aquella organización. Dibujar “in situ”, documentando un lugar y un momento determinado contando la historia del entorno, celebrar la diversidad de estilos de dibujo con cualquier herramienta y soporte, la ayuda mutua y trabajo en grupo y mostrar “el mundo, dibujo a dibujo”, forman parte de aquellos preceptos. “Siempre quise venir a pintar acá, el edificio del Senasa es el lugar”, considera una de las croquiseras antes de iniciar la actividad. Tras los saludos de bienvenida, la decena de dibujantes escoge ubicación. La actividad continúa en silencio. Concentración y vínculo visual con el objetivo son protagonistas.

Flores amarillas contrastando con aromática lavanda, balcones con frondosa carga vegetal desde donde asoman pétalos multicolores, aportan atractivo al edificio en el que predomina el blanco y alberga una cervecería. Enfrente, la espalda de la sede del Club Andino Bariloche y la parada de colectivos. Un poco más allá, el conjunto de construcciones que retrotrae a arquitectura histórica liderada por la pintada de azul, postigos rojos, tejas y enredadera trepando por la chimenea.

Libertad para escoger el enfoque, sentados en los bancos dispuestos en la vereda, en el piso o parados, “no asistimos con instrucciones previas, sólo determinamos el lugar de encuentro. Los croquis pueden ser detallados o para tener una idea del lugar que visitamos. Generalmente las reuniones son de 16 a 18 y luego nos juntamos a tomar un café para ver los trabajos y sacar fotos”, resume el arquitecto Pablo Masllorens, autor del libro “Arquitectura, aventura en Patagonia” presentado aquí el año pasado.

Entre quienes aguardan el arribo del colectivo está el músico Natalio Zuber, él también observa la escena. Algunos turistas registran el momento en fotos, otros preguntan si “siempre los artistas se juntan a dibujar”. Máximo (de 9 años) también dibuja, y muy bien; pero a Batman. Una postal de sábado de otoño por la tarde.

Presente, salidas y recuerdos

Fundado el 20 de abril de 2013, Croquiseros Urbanos Bariloche reúne a arquitectos, artistas y aficionados que regularmente participan de salidas grupales para enfocar su mirada tanto en espacios emblemáticos de la ciudad como en aquellos que, por habituales, suelen pasar inadvertidos.

Desde su página en Facebook, Croquiseros Urbanos Bariloche convoca a participar de las actividades periódicas.

“Una de las experiencias más bellas fue ante la Inmaculada Concepción. Fuerte, porque sus registros en lápiz, acuarela, fibras y otros materiales fueron realizados poco antes del devastador incendio”, expresa ron en su página en Facebook.


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