Cuáles son los tres cambios en la ley de Salud Mental

Las internaciones involuntarias ya no serán firmadas por un juez y habrá un órgano de revisión que dependerá de la Defensoría del Pueblo para controlar la ley.

Cuáles son los tres cambios en la ley de Salud Mental

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Allá por 1991, Río Negro fue pionera cuando logró sancionar la ley 2440, más conocida como la “Ley de Desmanicomialización”, dejando atrás el viejo modelo que consideraba a las personas con padecimiento mental como “peligrosos” para la sociedad y los condenaba al encierro y al aislamiento. Pero además, se ponía en enfoque en la inclusión social de los usuarios del Servicio de Salud Mental.

Recién en el 2010, 19 años más tarde, se sancionó una ley nacional que seguía los lineamientos de la innovadora ley rionegrina. En esta ocasión, sin embargo, la norma nacional incorporó aspectos que a nivel provincial no se contemplaban.

“En la última sesión de la Legislatura, Río Negro modificó en primera vuelta la emblemática ley 2.440, incorporándole los aspectos superadores en materia de derechos que propone la ley nacional. Muchas de esas cuestiones surgen de la Convención Internacional de Derechos de la Personas con Discapacidad”, detalló el legislador Jorge Vallaza, uno de los autores de la ley, junto a Leandro Lescano, Graciela Valdevenito, Alejandro Marinao, Marta Milesi y Carina Pita.

Las modificaciones de la ley giran en torno a tres temáticas. En primer lugar, las internaciones involuntarias deberán ser definidas por un equipo interdisciplinario y no ya un juez. Dos profesionales deberán firmarla y uno de ellos -como mínimo- debería ser psiquiatra o psicólogo.

Por otro lado, especificó Vallaza, “se reconoce la capacidad jurídica de la persona con padecimiento mental, garantizando un acompañamiento o apoyo en los aspectos que sí lo necesite. Antes tenía un curador que lo tutelaba; ahora, se garantiza personal de apoyo solo en los ámbitos que haga falta”.

A partir de las modificaciones, también se crea un órgano de revisión que dependerá de la Defensoría del Pueblo, para controlar el cumplimiento de la ley.

“Esto tiene que ver con la supervisión de todas las instituciones, profesionales y medidas que se tomen en relación a las personas con padecimiento mental; velando que se garanticen sus derechos. Hasta ahora, cuando había denuncias, no había un organismo que controlara. Por eso, los familiares de usuarios de salud mental no sabían a dónde consultar o qué hacer.

Mirta Elvira, docente de la Universidad Nacional de Río Negro, celebró “este gran paso para la ley de salud mental” aunque recalcó que aun hoy, “existe una brecha entre los recursos humanos que forman las universidades y lo que se necesita”.

“Las universidades aun no se han puesto a tono con ley. Sigue formando profesionales en psiquiatría o psicología pero hay que trabajar bajo el imperativo de la inclusión social”, explicó y agregó: “Tiempo atrás, dictamos un curso de posgrado en salud mental comunitaria y se formaron profesionales de diversas áreas (abogados, educadores, profesionales, operadores del municipio)”.


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