Cuidar con dedicación y amor

Unas 40 personas que no cuentan con cobertura social son atendidas a través del programa Cuidadores Municipales Polivalentes, nexo entre los médicos y los enfermos pero también, muchas veces, la única contención que tienen algunos adultos mayores.

Cipolletti tiene un grupo de personas que integran la estructura comunal, capacitado y dispuesto a dar contención cuando un adulto mayor, una persona con discapacidad o un enfermo terminal lo necesitan. Se trata del Programa de Cuidadores Municipales Polivalentes, que en la ciudad acompaña a casi 40 personas.

El programa nació hace siete años atrás bajo la órbita del área de Tercera Edad pero en la actualidad es parte de Prevención Comunitaria que dirige la licenciada en Trabajo Social, Mónica Pereyra. Atiende a personas que no tienen cobertura social y que –por alguna causa– demandan del acompañamiento de un cuidador. A veces les toca trabajar con las familias de quien requiere del servicio y en otras tantas situaciones lo hacen en la más absoluta soledad porque hay personas que están “solas en el mundo”.

La figura de los cuidadores domiciliarios surgió a principios de los 90 y encontró en esos años un periodo de formación que moldeó su rol. La sanción de una ley los llevó no sólo a poner la mirada sobre la tercera edad sino además a convertirse en polivalentes. El abanico de acción que tienen es amplio pero posee un eje que no cambia: priorizar el vínculo humano, fortaleciéndolo con la persona que necesita ayuda.

Pueden acompañar a un adulto mayor en una enfermedad o darles una mano para hacer un trámite. Están para compartir un mate o dar un consejo cuando la soledad es un mal que ataca en la recta final de la vida. Los cuidados pueden realizarse en el domicilio o en un centro de salud cuando hay una internación de por medio. Uno de los objetivos del programa es evitar la institucionalización del adulto mayor con el fin de que puedan estar en sus casas acompañados, sin que terminen en un geriátrico.

“Somos el nexo entre los médicos y los enfermos, trabajamos sobre la educación de la familia para mejorar la atención. Si el adulto mayor da dos pasitos, nosotros tratamos de que de tres o cuatro. Asistimos con amor. Hacemos muchas tareas, desde la higiene personal hasta el arreglo de la ropa, la alimentación asistida en caso de no puedan hacerlo solos, ayudamos con las compras, la movilidad dentro y fuera del habitad, la administración de la medicación que indica el médico, la rehabilitación y la realización de trámites, entre otras tareas”, explicó Patricia Valenzuela, coordinadora del programa que actualmente posee ocho cuidadores y 36 personas que están contenidas en los cuidados domiciliarios.

“Los cuidadores tenemos eso del profesionalismo, la vocación y la ética, del respeto por el adulto mayor como por un enfermo o persona discapacitada”,

reflexionó Patricia Valenzuela, coordinadora del programa.

Datos

“Los cuidadores tenemos eso del profesionalismo, la vocación y la ética, del respeto por el adulto mayor como por un enfermo o persona discapacitada”,

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