Damien Hirst, el gran provocador
Recorre la trayectoria del polémico creador.
La muestra incluye 70 obras, incluidos clásicos como y su tiburón en formol de “The Physical Impossibility of Death in the Mind of the Living” (La imposibilidad física en la mente de algo vivo), pero también otras como la vitrina con millones de moscas que vuelan junto a un cráneo de vaca ensangrentado en “A Thousand Years” (Mil años).
LONDRES (DPA) .- ¿Esto es arte o me están tomando el pelo? El visitante se plantea a menudo esta pregunta cuando acude a una exposición de Damien Hirst en la que se ve en medio de mariposas vivas, entre las dos mitades de una vaca diseccionada o frente a una caja de cristal con masas de moscas negras volando arremolinadas. Tampoco los incontables cuadros de puntos del artista británico o sus vitrinas con medicamentos brindan respuestas claras. Pero da igual de qué lado esté uno: la primera gran retrospectiva que condensa los alrededor de 25 años de trabajo del controvertido Hirst atraerá multitudes a la Tate Modern de Londres. Los visitantes de todo el mundo experimentarán muchas emociones: conmoción, asco, desconcierto, simpatía, aburrimiento, disgusto por la provocación o aprobación. Desde que Hirst, de 46 años, apareció en el escenario artístico británico a finales de la década de los 80, es amado y odiado al mismo tiempo. A veces se lo considera sobrevalorado y otras, subestimado. Como pionero del grupo conocido como “Young British Artists”, Hirst se hizo multimillonario. Fue blanco de acusaciones, de que las obras las realizaban sus asistentes, de que sólo le interesa el dinero y que sus trabajos ya no son arte desde hace tiempo. Cada uno puede formarse su propia opinión al visitar la gran muestra, indicó Hirst en vísperas de que hoy se inaugure la exposición, que estará abierta hasta el 9 de septiembre. A sus 46 años, Hirst desechó la idea de que “nunca exhibiría en la Tate”, como había proclamado años atrás: “Creo que lo había estado evitando porque de alguna manera me intimidaba”, dice ahora el controvertido artista, en declaraciones al diario español El Mundo. La curadora Ann Gallagher pretende ante todo dar a la mayor cantidad de visitantes posible la oportunidad de descubrir por sí mismos a Hirst. “Que quienes hasta ahora sólo escucharon cosas de él, puedan ver personalmente sus obras”, dijo. El largo camino Todo empieza con los inicios artísticos de Hirst en Leeds y como estudiante de la carrera de arte en Goldsmiths College. Allí ya sentó las bases para sus obras, que posteriormente lo hicieron famoso en todo el mundo, como sus collages y sus minuciosos cuadros de puntos. Sus peces y cabezas de ovejas disecados remiten a los grandes proyectos posteriores, como por ejemplo el tiburón en formol titulado “La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo”, de 1991. Es difícil refutarle a Hirst que hace posibles experiencias espectaculares. Su instalación “In and Out of Love”, del año 1991, muestra mariposas gigantes volando en un ambiente templado que se alimentan de frutos y agua azucarada, se reproducen y atraviesan todo el ciclo de vida, convirtiéndose en crisálidas que se adhieren a lienzos blancos. Para “Mother and Child, Divided”, presentado por primera vez en 1993 en la Bienal de Venecia, Hirst cortó por la mitad a una vaca y a un ternero. El visitante pasea entre cajas vidriadas y puede observar libremente las vísceras de los animales. Sus cajas medicinales pueden observarse en todo tipo de variantes, con los medicamentos ordenados por su envase o por píldoras individuales. Entre las obras más recientes están las realizadas con mariposas, de 2006, que más bien parecen vitrales o mandalas. Mención aparte merece su obra “For the Love of God”, en la que se ve una calavera incrustada con diamantes y con la que Hirst causó conmoción en 2007. El cráneo humano del siglo XVIII tiene más de 8.600 diamantes engarzados. La obra será exhibida en una caja negra, como si fuera una reliquia, en la famosa Sala de Turbinas de la Tate Modern, el hall de ingreso al museo La muestra, patrocinada por la autoridad a cargo de los museos en el emirato de Qatar, forma parte de la Olimpiada cultural, que busca atraer visitantes antes y durante los Juegos Olímpicos que se disputan este año en Londres.
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