Del hobby al diseño puro
Con sus trabajos nutre un concurrido negocio mientras planea seguir estudiando.
Rocío Seminario hace sus bolsos con una máquina de coser Gardini, que es casi también un diseño en sí misma. Antigua, de hierro, “con unas piezas mortales” de esas que ya no se fabrican. “Cose recto y no se necesita más”, aclara esta diseñadora de 31 años que empezó haciendo bolsos por hobby, pero hoy es dueña de su propia marca –Las Reinas– y vende sus diseños en Basavilbaso 783. El proyecto de Rocío se inició en el 2008, en Buenos Aires, lugar a donde fue a estudiar lo que estaba claro desde el principio: “Siempre supe que iba a estudiar eso, desde los 5 años me dediqué a diseñar cosas y todo lo que hice en adelante estuvo vinculado a la parte creativa”. En la capital trabajó en Okko, en una casa de decoración, una de prelavado de jeans y hasta haciendo cortos en Utilísima. “Tenía un bloque de 5 o 10 minutos en los que hacía cajas forradas con tela o enseñaba a hacer prendas básicas para quien no sabía nada de costura”, explica. Sin embargo, siempre volvía al diseño una y otra vez. “Esos trabajos económicamente no me funcionaban. Los bolsos siempre me terminaron pagando el alquiler y dando de comer”, dice un poco asombrada. “En el momento en que vuelvo a Neuquén no quería que me ayuden mis viejos y para mí eso era un desafío, aunque interiormente sabía que lo iba a lograr. Mi primera meta era pagar el alquiler, con el resto ya estaba regalada”, asegura, y cuenta que no sólo pudo pagarlo siempre, sino que pudo crecer. “Cuando empecé tenía tres percheros con un par de bolsos. De a poco fui comprando el mueble y anexando más. De acá a dos años me gustaría seguir con esta modalidad y después abrir un local para que la marca se instale”, afirma. El espacio en que funciona “Las Reinas” es un ambiente pequeño en donde predomina el rosa, los bolsos, las coronas, los pañuelos, las cajas decoradas y los objetos que aportan las artesanas que trabajan junto a ella. Arriba vive y trabaja Rocío, quien dice levantarse a las 5 para empezar a coser esos bolsos que le pueden demandar desde media hora hasta seis o siete. Es un departamento del barrio Santa Genoveva, frente a la plaza que los fines de semana se llena de gente y potenciales compradoras. “Los domingos son los días que más vendo. El local se ha convertido en parte del recorrido para la gente que viene a esta plaza”, dice. “Cuando empecé el taller, el año pasado, estaba en un espacio que me habilitaba mi abuela en el Bajo. A la mañana estudiaba de 5 a 8, de 8 a 9 cosía, de 13 a 16 trabajaba y de 17 a 23 estudiaba mi segunda carrera, que es maestra jardinera”, recuerda. Rocío no pudo este año, pero piensa seguir el estudio en el IFD 6 en el 2014. Para ella, la de maestra jardinera también es una profesión vinculada al diseño y la creatividad. O será que logra incorporar el diseño y la creatividad a todo lo que emprende. “Cuando quise apostar a Neuquén me dijeron que me iba a morir de hambre, pero está mi vocación y uno siempre tiene que estar atento a hacer lo que le gusta. Volví porque es un lugar tranquilo, y es una ciudad donde se puede crecer”, afirma Rocío y no tiene dudas: “si no tuviera este cariño a los trapos no podría hacerlo, me paso con esto las 24 horas”.
Rocío Seminario. 31 años. Nació en Neuquén. Vive en barrio Santa Genoveva.
Matías Subat
Comentarios