Denuncian violencia policial contra un joven en Roca: «Pudo terminar en tragedia»

¿Qué ocurrió el pasado 19 de julio en el Destacamento Vial de Paso Córdoba de la Policía de Río Negro? La denuncia de Darío Buonaventura, padre del joven.

Un joven roquense declaró ante la Justicia en las últimas horas como víctima de violencia institucional policial. En el destacamento de Paso Córdoba lo agredieron hasta dejarle el cuerpo con moretones, la cara ensangrentada y un ojo negro, según denunció. Al día siguiente sufrió una recaída psicológica que puso en riesgo su vida. En el pedido de justicia lo acompaña su padre Darío Buonaventura y la Fundación KANO, de esta ciudad, que trabaja en pos de los derechos de las personas con discapacidad.

El hecho ocurrió el pasado 19 de julio, en horas de la tarde en el Destacamento Vial de Paso Córdoba de la Policía de Río Negro. “Mi hijo Sebastián, un chico mayor de edad y discapacitado, se encontraba en ese momento en tratamiento médico dado su apatía y desmejoramiento personal en contexto de pandemia. Por ello había ido con su auto a Paso Córdoba donde fue detenido por personal policial de la Provincia de Río Negro siendo víctima de agresiones físicas por parte del personal policial en servicio, con lesiones visibles en distintas partes del cuerpo. La explicación que me brinda la superioridad Policial fue que transgredió una norma contravencional por transgresión al artículo 38 de la ley 532 (desorden) y que el Juez de Paz actuante había dispuesto su liberación”, afirma Darío Buonaventura a “Río Negro”.

“Ese es el relato policial. Es una falacia total primero porque en ningún momento transgredió ninguna norma contravencional ni delictiva y en segundo orden porque se encontraba bajo un estado de indefensión producto de su estado psicológico. Pero en el “ supuesto” de que hubiera infringido una norma contravencional ¿era necesario esposarlo y pegarle hasta hacerlo derramar su sangre, humillarlo y hacerlo sentir más indefenso de lo que estaba. Es un caso gravísimo por lo sucedido en esos momentos, por las circunstancias y por las consecuencias ocasionadas, dado que al otro día mi hijo tuvo un episodio con riesgo de vida donde afortunadamente pudo recuperarse”, agrega el padre de Sebastián.

Las lesiones que sufrió en el destacamento policial fueron certificadas en principio por un médico policial -al otro día del hecho- y luego por el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial.

“Esto motivó de mi parte la presentación para denunciar penalmente la situación con intervención de la fiscalía a cargo de la doctora Julieta Villa como así radicar en sede la Unidad Regional Segunda de Policía la correspondiente denuncia administrativa. Asimismo y mediante correo electrónico la notificación de la situación a la Secretaría de Seguridad y Justicia de la Provincia de Río Negro, Betiana Minor, solicitándole su intervención inmediata conforme los artículos 26 y 27 de la ley de Seguridad Pública 4200 dado que se trata de una violación de los derechos humanos cometido por personal policial tipificado como un abuso funcional grave”.

Ivana Vargas, presidenta de la Fundacion KANO, acompaña a Sebastián y a todo su familia en este trance de violencia. “Hay que visibilizar estas situaciones porque ante las personas que nos deben cuidar como es la policía uno debiera sentirse seguro. Pero esto no es lo que pasó con Sebastián: él fue víctima de violencia institucional. Su caso no es un hecho aislado, lamentablemente. Antes las situaciones de fuerte estrés él siempre se va a la barda o a orillas del río. En esta ocasión fue Paso Córdoba. El maneja, tiene su auto y su licencia de conducir. Cuando pasa por el destacamento creyeron que estaba alcoholizado y lo detienen y lo hacen bajar por la fuerza, según nos cuenta Sebastián. Lo golpean primero para luego, finalmente, hacerle un test de alcoholemia que dio negativo”.

Vargas agrega que ahora están acompañando a Sebastián para transitar esta instancia tanto de pedir justicia como de continuar la vida. “Quedó con mucho miedo. El es padre de familia y en este momento no puede sostener la crianza de sus hijos. Él ha vuelto por estas semanas a vivir en la casa de sus padres”. “Lo estamos ayudando desde un equipo interdisciplinario para que retome su vida lo mejor posible. Por ello es que lo acompañamos tanto para gestionar justicia como en el ámbito familiar”, acota la licenciada en Trabajo Social especializada en Discapacidad.

Como padre no puedo dejar de lado lo que ocurrió porque realmente es un hecho sumamente grave que podría haber terminado en una tragedia con riesgo de vida para mi hijo y en segundo lugar como oficial superior retirado de la fuerza resulta indignante el accionar del personal policial de Río Negro.

Darío Buonaventura

“En principio fue imperioso la atención clínica y médica a Sebastián con diversos estudios y por parte de diversos profesionales, estando ahora en recuperación y con contención psicológica”, aporta Darío Buonaventura, quien es policía jubilado. En este sentido, reflexiona: “como padre no puedo dejar de lado lo que ocurrió porque realmente es un hecho sumamente grave que podría haber terminado en una tragedia con riesgo de vida para mi hijo y en segundo lugar como oficial superior retirado de la fuerza resulta indignante el accionar del personal policial de Río Negro”.

“Es inadmisible que ocurran este tipo de situaciones como en este particular caso donde la víctima es un chico discapacitado agravado por el estado post covid que se encontraba. Es más, en mi periplo de acompañamiento por los diversos estamentos de la justicia y del cuerpo médico forense, receptaba azorado comentarios de que estos casos de abuso eran habituales y que la institución policial era la más cuestionada en tiempos de pandemia”.

“Esto me remite inmediatamente al caso Mandagaray – fallecimiento trágico de un oficial en un Curso de Capacitación de la Policía de Río Negro, acaecido hace pocos meses y cuyos datos fueran revelados públicamente acerca de las “técnicas de adiestramiento”, enfatiza Buonaventura.

En otro tramo de la entrevista, el padre de Sebastián se pregunta en cuestión del caso de su hijo “¿si éstas son prácticas habituales, naturalizadas en el seno de la Policía rionegrina o si son situaciones emergentes del estado de pandemia que afecta a toda la sociedad y donde obviamente la policía es parte? Sea la respuesta que sea la situación es grave y el punto central es que desde la institución policial hasta el poder político de turno deberán revisar las cuestiones y acabar definitivamente con estas situaciones”.

Ayer miércoles Sebastián declaró ante la Justicia en Roca donde dio su versión de los hechos. Su familia se presentará como parte querellante en el proceso. “El único objetivo perseguido al hacer público este caso es que estas situaciones no se repitan más y que los responsables de la agresión tengan el castigo penal y administrativo que corresponda”, concluye Darío Buonaventura.


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