Boca: punto aparte y un pase a octavos de final que quedó en suspenso

El Xeneize igualó 1-1 ante el Corinthians y el resultado lo obliga ahora a vencer al Deportivo Cali en la última fecha del Grupo E para pasar de fase.

Los caprichos del fútbol son así. Hace unos días, Boca se aprovechó de un mal día de Racing y lo privó de la final de la Copa de la Liga a pesar de que su juego fue apenas discreto.

Anoche, por rendimiento y funcionamiento, mereció mucho más que el 1-1 conseguido ante Corinthians en La Bombonera, un resultado que lo deja en una posición incómoda de cara a los octavos de final de la Libertadores.

Para meter los pies en siguiente fase, Boca está obligado a vencer el próximo jueves 26 al Deportivo Cali en La Bombonera, en lo que será el cierre del Grupo E.


Hubo un mundo entre el equipo que le ganó a la Academia por penales en las semifinales de la Copa de la Liga y el de anoche ante el Timao. El conjunto de Sebastián Battaglia pareció tocar fondo cuando perdió ante el mismo rival, el pasado 26 de abril. Quedaba último en su grupo y en la Copa de la Liga, una sufrida victoria ante Central Córdoba horas antes de viajar a Brasil, apenas maquillaban las penas de una formación abúlica y sin rumbo.

No es que ahora Boca haya mutado en un equipo arrollador y desbordado de virtudes futbolísticas, pero una racha invicta de seis partidos en todos los frentes, despejaron un horizonte que supo estar cargado de espesos nubarrones hasta no hace mucho.

El vaso medio lleno indica que el Xeneize sigue dependiendo de sí mismo para meterse en los octavos de final de la Libertadores y el próximo domingo jugará la final de la Copa de la Liga. No es poco.

Anoche Boca tuvo la lucidez para desentrañar a tiempo el plan defensivo paulista, a pesar de haber quedado rápidamente en desventaja. Todo ello implicaba redoblar voluntades ante un equipo que con el marcador a su favor, estaba en condiciones de reforzar su táctica defensiva.

Luego de gol de Du Queiroz a los 16’, por un momento Boca perdió la paciencia en su misión de encontrar la luz entre las dos cerradas líneas defensivas del Timao.

Pero en el camino de la búsqueda, Boca tuvo en la presión de Varela y en los pies de Pol Fernández y Óscar Romero parte de la solución, ya que sus envíos aéreos teledirigidos hacia los delanteros comenzaron a ser un problema para el fondo brasileño.

Darío Benedetto tuvo la primera y poco después fue el Toto Salvio el que se perdió el empate, pero antes del descanso el Pipa, de media vuelta, le dio forma de gol a un anticipo aéreo de Zambrano.
Boca daba la talla y antes de que ruede el ST, la sensación era que había encontrado la llave para entrarle a Corinthians.


La percepción tomó forma. Boca fue más que el equipo brasileño. Lo que no tuvo fue efectividad, con una noche fatal para Eduardo Salvio, en cuya figura Boca tuvo la victoria tan necesaria.

La mira del Toto no estuvo para nada ajustada, ni siquiera cuando en el final un centro exquisito de Óscar Romero lo encontró de frente a Cassio. Su cabezazo se fue apenas ancho en la última gran oportunidad del Xeneize de torcer el rumbo del partido, más allá que hubo una de Pol Fernández en el minuto final, también desperdiciada aunque no tan clara porque ni siquiera alcanzó a dominar.

La ruta del sufrimiento no terminó para Boca. Le queda una última estación para saber si se sube o no a los octavos de final. Claro que antes lo espera Tigre, agazapado, con intenciones de quitarle una estrella como ya lo hizo en la Copa de la Superliga 2019.

Será la semana más decisiva en lo que va del año para el Xeneize: dos partidos a suerte o verdad que marcarán el pulso del ciclo de Sebastián Battaglia para lo que resta de la temporada.


Ahora el Xeneize deberá vencer al Deportivo Cali el jueves 26 si es que quiere ser parte de los octavos de final de la Libertadores.



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