Desbarataron una banda que comercializaba drogas en Neuquén
Los allanamientos fueron en barrio San Lorenzo de Neuquén y en Centenario. Se secuestraron drogas, dinero en efectivo y autos.
En un megaoperativo personal policial de la Dirección Antinarcóticos de Neuquén desbarató ayer una banda de narcomenudeo en cinco allanamientos en Neuquén y Centenario. Se incautaron 50 gramos de cannabis sativa, dos plantas de marihuana, un total de 260 gramos de clorhidrato de cocaína y 260 mil pesos.
Además se secuestraron dos autos – un Volkswagen Bora y un Ford Fiesta-, trece teléfonos celulares y elementos de fraccionamiento.
Tras el operativo cinco personas, hombres y mujeres mayores de edad, fueron demorados, y quedaron a disposición de la justicia. Todos tenían algún tipo de participación en la organización que comercializaba drogas y algunos ya tenían antecedentes delictivos provinciales y federales.
El accionar policial incluyó cuatro allanamientos en viviendas del oeste neuquino y uno en un barrio privado Santa Ángela III de Centenario.
El comisario inspector Eduardo Bravo, director de Antinarcóticos dijo que lo llamativo fue la presencia de cocaína y el gran despliegue de vigilancia que tenía la organización.
Fuentes policiales indicaron que la investigación inició en octubre del año pasado, gracias a una denuncia anónima realizada a través de la aplicación móvil “Neuquén Te Cuida”. Desde ese momento comenzaron las pesquisas que permitieron observar los movimientos en una vivienda del barrio San Lorenzo, donde se comercializaban estupefacientes.
Con las investigaciones se descubrió otros tres domicilios del mismo barrio, donde también se comercializaban estas sustancias. . Los “kioscos” se encontraban en un radio de cuatro cuadras.
Luego al seguir con las indagaciones se descubrió en una vivienda en Centenario el lugar que proveía de droga a los “kioscos” que operaban en el oeste de la ciudad de Neuquén.
Explicaron desde la Dirección Antinarcóticos que se debió actuar con gran sigilo a lo largo de la investigación ya que las viviendas donde operaba la organización delictiva fueron convertidas en “fuertes”, custodiadas por perros de gran tamaño y sistemas de de vigilancia para monitorear el perímetro y los sistemas que funcionaban en el lugar.
“Contaban con varias personas que les avisaban, denominados “soldaditos,”, que cuando detectaban un movimiento, cesaban con su actividad”, comunicó Eduardo Bravo.
Igualmente, pese a esta protección de los «kioscos» , los efectivos lograron obtener indicios suficientes para luego solicitar las órdenes de allanamiento.
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