Descubren el cráneo del ave más grande del mundo

Pertenece a la familia Phorusrhacidae, un grupo de grandes aves no voladoras conocidas como "pájaros de terror". El cráneo, descubierto en la región, tiene más de 71 centímetros.

El cráneo de ave más grande del mundo hallado hasta ahora fue encontrado cerca de Bariloche y pertenecía a la familia Phorusrhacidae, un grupo extinto de grandes aves no voladoras carnívoras conocidas como «pájaros de terror».

El cráneo fósil descubierto tiene 71,6 centímetros de largo, y por lo tanto el tamaño de la cabeza de un caballo, informan los paleontólogos argentinos Luis Chiappe y Sara Bertelli, que trabajan en la Museo de Historia Natural de Los Angeles, en la revista científica británica «Nature», en la edición que saldrá a la venta en todo el mundo hoy. Alrededor de la mitad del largo del cráneo corresponde a un pico similar al de un águila.

El fósil es del mioceno medio y tiene unos 15,7 millones de años de antigüedad. Las aves de la familia Phorusrhacidae vivieron hasta alrededor de unos dos millones de años en Sudamérica. Se conoce muy poco sobre su modo de vida y las causas de su extinción.

A partir de un hueso de las patas corredoras hallado junto al cráneo, los paleontólogos calcularon que este ave tenía un tamaño alrededor de un 10 por ciento mayor que los ejemplares de esta familia conocidos hasta ahora, y llegaba a tener una altura cercana a los tres metros.

Estas aves se ganaron el mote de «pájaros de terror» por su impresionante estatura y paladar carnívoro. Podían medir más de tres metros y tenían grandes garras con las que atrapaban a sus presas. «Ellos eran como dinosaurios sin cola y se convirtieron en los mega-predadores del continente», dijo Chiappe, quien agregó que este descubrimiento cambió sus «ideas sobre cómo estas aves se movían. Imaginen lo que un animal con esta cabeza podría haber hecho».

 

Expuestos en Bariloche

 

Los restos del animal fueron hallados en Comallo y desde hace un año y medio son expuestos en el Museo Paleontológico de Bariloche.

En diciembre del año pasado los dos expertos, Chiappe y Bertelli, estuvieron trabajando en Bariloche para determinar la edad y la especie a la que pertenecían. La relación de tamaño de los huesos de cráneo y patas hace suponer a los científicos que el ave era muy veloz y ágil, a pesar de su gran tamaño. Hace un año, científicos sudamericanos publicaron en la revista «Proceedings of the Royal Society B: Biolo

gical Sciences» un cálculo según el cual, una especie de la familia Phorusrhacidae, que pesaba 350 kilogramos, lograba una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora. El cráneo hallado se diferencia en muchos detalles de los descubrimientos anteriores, de cráneos más pequeños. Por este motivo, Chiappe y Bertelli sospechan que, en contra de la opinión predominante, estas grandes aves se diferenciaban mucho en su aspecto de sus parientes más pequeños. (DPA)


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