Diversificar es la consigna en Añelo

La diversificación productiva en una zona netamente petrolera siempre ha sido una ecuación difícil de resolver. Tienta la idea de los millones de dólares que mueve el sector hidrocarburífero y que están ahí, al alcance de la mano, y que resuelven muchos problemas de caja de las distintas administraciones.

Pero en Añelo y su zona de influencia no todo es petróleo. En Tratayen, a medio camino entre la localidad petrolera y San Patricio del Chañar nació hace algunos años un ambicioso emprendimiento que logró mantenerse en pie y busca mayor desarrollo. Se trata del establecimiento Don Serafín, ligado a la familia Cervi, dedicado al engorde de ganado a corral.

Pablo Cervi aclara que no está en el día a día del emprendimiento, pero participó desde su creación y conoce los detalles del proceso que tuvo que atravesar.

“Estábamos preparando la tierra para plantar frutales y con el tema de Vaca Muerta vimos la dificultad de tener mano de obra, ya teníamos una importante cantidad de hectáreas con alfalfa y maíz y vimos la posibilidad de transformarlo en carne para darle valor agregado”, comenta Cervi de cómo surgió la idea del feedlot.

La nivelación de los suelos comenzó en 2009/2010 y en el 2012 comenzó con el feedlot con resultados que fueron creciendo.

“La capacidad es de unos 900 animales de carga instantánea, y son 1200 o 1300 al año que se engordan dentro del feedlot, y después tenemos algo de cría intensiva”, dice el empresario.

“En parcelas bajo riego se crían vacas con la idea de tener una parte de producción de terneros propia para no depender tanto de terceros, con cargas importantes de casi 4 vacas por hectárea”, comenta Cervi. Y da detalles de la producción: “para dar un dato, con una hectárea de maíz o de alfalfa se engordan 10 terneros que ingresan con 150/160 kilos al feedlot y salen con 320/340 kilos, la carne se vende en pie al frigorífico de Senillosa, a otro en Piedra del Águila, y hemos mandado a Trelew, Comodoro Rivadavia… eso depende de cómo esté el mercado, pero principalmente se faena en las dos ciudades mencionadas en primer término para distribuir en la provincia”.

La cría en esos terrenos no es una tarea sencilla, pero con inversión y ganas de trabajar se puede realizar. Dice Cervi: “un dato interesante es que esos campos naturales sin riego tienen una capacidad de una vaca cada 40 hectáreas, y haciendo cría intensiva se lleva a 4 vacas por hectárea. Eso significa que con riego y aplicación de tecnología se amplía la capacidad productiva hasta 160 veces. Debe haber pocos lugares donde se pueda hacer un cambio tan importante, el potencial que hay de poner tierras bajo riego en la provincia de Neuquén con los ríos que tenemos es enorme”.

También se toma un tiempo para aclarar las dificultades que atraviesan. “Hoy para hacer ganadería es posible donde hay riego gravitacional, donde hay dominio de agua para poder regar por canales. Parece una contradicción pero producimos gran parte de la energía del país y tenemos la energía eléctrica entre las tres más caras del país lo que hace inviable el riego si tenés que bombear o subir y achica mucho la frontera productiva. Si se pudiera vincular Vaca Muerta y tener un valor accesible de la electricidad para riego sería muy factible de potenciar el desarrollo y la diversificación productiva”.