Exclusivo Suscriptores

Cuál es el perfil de inversión de las mujeres de Río Negro y Neuquén

Pasado y presente de las inversoras de la Patagonia en lo que refiere a alternativas elegidas y a su perfil de riesgo. El interés creciente del público femenino sobre las finanzas es innegable.

Por Laura Pereyra (PIN Capital)

Lejos estoy de querer que este espacio excluya al lector por su género (ya que tengo relevado el mismo tema sobre el segmento masculino), pero estas semanas estuve en dos eventos que me dejaron pensando sobre el rol que asumen las mujeres a la hora de invertir.

Hay material de sobra en redes sobre las maneras globales de encarar las inversiones y el ahorro desde la mirada femenina. Pero no hay nada sobre el caso local. La valletana, la neuquina, la patagónica: ¿en qué piensa y qué espera a la hora de invertir su patrimonio?

Intentaré compartirles un resumen de lo que investigo hace algunos años. Ya siendo consultora de renta alta en un banco de la región empecé a preguntarme cuál era el perfil de la mujer que tomaba una decisión diferente a la media. Me refiero a la que hacía plazo fijo, compraba dólares y además se acercaba al escritorio a preguntar por algo que en la zona no estaba tan “de moda” que era invertir en fondos comunes de inversión. Año 2012, la propuesta era: “probalo, es otro producto dentro del banco, te va a generar liquidez”. En un 85% de los casos en ese entonces, las mujeres desistían de diversificar, pero de a poco se animaban.

Luego vino en 2017 el auge de las Lebac y con ellas, gran cantidad de personas entendieron que era el reemplazo perfecto del plazo fijo. Casi se duplicaron (sólo gracias a ese instrumento) la cantidad de cuentas comitentes habilitadas para operar en todo el país. Las mujeres entonces se lanzaron a un instrumento de mejor rendimiento. ¿Qué las incentivó? La mejora en la rentabilidad y que se pueda también hacer dentro del Banco.

Dato

65%
Porcentaje de las inversoras de Neuquén y Río Negro que tienen algún instrumento diferente del plazo fijo.

Tanto varones como mujeres patagónicos tienen, aún hoy, un 25% más de aversión al riesgo que lo que respecta a otras plazas como Córdoba, Rosario o Buenos Aires. Nuestra zona comenzó a ser diversa hace menos de 15 años. Pero siempre se caracterizó por ser una comunidad mucho más conservadora en términos de inversión.

De quienes vengo a contarles son mujeres de nuestra zona que tienen entre 30 y 50 años. Del total de la muestra, el 65% de las mujeres de Río Negro y Neuquén hoy tienen algún instrumento de inversión diferente o complementario al plazo fijo. Específicamente en el rango de 35 a 40 años están las chicas que lideran la planificación de su patrimonio.

El 70% de esa franja etárea son madres. Están promediando su edad laboral y son planificadas al detalle. De las consultadas 40% están en relación de dependencia y 60% están en un esquema independiente (responsables inscriptas o monotributistas).

Tanto varones como mujeres patagónicos tienen, aún hoy, un 25% más de aversión al riesgo respecto de otras plazas como Córdoba o Rosario.

Laura Pereyra, PIN Capital.

Las caracteriza una tendencia: tienen un ojo puesto en el bienestar de su familia (el hábito de proveer primero para la familia antes) y el otro ojo puesto en su patrimonio futuro.

Son hijas de un grupo de mujeres con acentuada relación culposa con tiempo y dinero. Preguntas como “¿estará bien que gaste esto para mí y no para otro?”, o “¿estará bien destinar horas de mi día para mí y no para otro?” resuenan aún en su interior. Esta creencia viene con la mochilita de cada una de las consultadas.

Cada vez son más, a través de estos años, las que se preocupan por el final de su carrera, en cómo las encontrará la vejez siendo que tienen un promedio de vida superior a la de los varones. Y el 60% de la población femenina local es lectora y consumidora de medios digitales especializados en materias económicas.

Buscan, miden, leen, investigan. Los perfiles de riesgo marcan que van a paso firme armando la idea de una cartera diversificada de largo plazo. Son moderadas a la hora de elegir el destino de sus ingresos. No son consumistas enloquecidas y prefieren esperar o demorar un consumo a ejecutar una compra injustificada.

El dato más hermoso que encontré haciendo este estudio, bajo mi punto de vista, es que hace sólo tres años que efectivamente piensan con menos culpa en cuestiones de dinero y el ingreso. En nuestra comunidad, hablar de plata estuvo siempre mal visto. El “somos pocos y nos conocemos mucho” hizo que todos estemos demasiado enfocados en la “tilinguería” asociada a ostentar patrimonio. Y conocimiento que no se comparte, no se expande.

Efecto de las redes sociales sumado al crecimiento demográfico de nuestras ciudades hizo que las mujeres ya se relajen con el “qué dirán” (en varios aspectos) y que comiencen a pensar que es necesario hablar de ciertos temas. Hace un tiempo que el tema dinero siempre se toca en reuniones de amigos y dejó de ser un tema netamente masculino ya que son ellas las que ponen el tema sobre la mesa, ocupando el rol de administradoras de sus hogares. El interés creciente del público femenino sobre las finanzas es innegable.

Hace sólo tres años que las mujeres efectivamente piensan con menos culpa en cuestiones de dinero y de ingreso.

Laura Pereyra, PIN Capital.

A su vez, el cambio de tendencia post pandemia las llevó a pensar más en el largo plazo y en la necesidad de contar con recursos extra para cuando vengan las épocas malas. En esto la “tanada” pesa en las féminas locales.

Es injusto para las herederas de otras latitudes, pero la realidad es que si tus abuelos bajaron o no de un barco, te rodeaste sin querer de la impronta de la Colonia. Mucho se estudia en economía del comportamiento respecto de los sesgos a la hora de invertir y las mujeres son mucho más conscientes que los varones de que la vida es un ciclo, donde se acumula en la bonanza y se pone austera en la adversidad. Por eso son excelentes administradoras de fondos.

Los sesgos son la variable fundamental en la economía conductual. Los sesgos cognitivos son patrones de comportamiento más o menos estandarizados, que orientan nuestras decisiones hacia decisiones que no son racionales. Están en las frases “no sé por qué pero para mí es así!”. Ayudan a nuestro cerebro a procesar información de manera rápida y que seamos más efectivos a la hora de decidir. Pero generan patrones y algunos hay que derribarlos para poder refundar conceptos que se adapten a nuestra realidad.

Dato

Más del 10%
Es el porcentaje del ingreso del hogar que las inversoras patagónicas destinan a ahorro.

La Argentina de hoy enfrenta a estas mujeres patagónicas, conservadoras, mesuradas y con mucha inteligencia emocional a la hora de decidir, a sus propios paradigmas. Ahorran más del 10% de lo que ingresa en el hogar, y tienen ese hábito arraigado con mayor fuerza hace tan solo 3 años.

¿Y a qué debemos este cambio? A que con 40 años, ninguna de nosotras vivió jamás una inflación de tres dígitos. Ni una pérdida de moneda tan abrupta. Entonces surge ya no el interés, sino la necesidad de defender el patrimonio. Y para eso, las mujeres son especialistas para ponerse en modo Inversoras.

En esto andamos las mujeres patagónicas, cambiando las matrices de pensamiento. Ya que del 40% de las encuestadas hace tres años, se elevó hoy a 60% las que indicaron que tienen un mínimo conocimiento en opciones de inversión por fuera de los productos bancarios. Perfiles conservadores que empiezan a mutar para adaptarse a los tiempos que corren.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios